-Porque se besaron -espetó y yo abrí los ojos como platos. Cuándo nos vio? -Y él te miraba raro y tú a él. -se le iluminaron los ojos en un instante -Se aman!! -exclamó más emocionada que yo.

Tiene cinco años y puede darse cuenta de tantas cosas. 

No me había dado cuenta antes, pero Maqui es bastante pequeña como para tener cinco años, no entiendo porqué y me da pena preguntar. 

-No es mi novio -espeté sonriendo.

-Estás sonriendo! -exclamó y no pude evitar romper en carcajadas al escuchar su agudísima voz gritando.

La puerta se abrió y un cansado Georlia se asomó por el umbral.

-Estás bien? -le pregunté.

Al parecer no se había dado cuenta de que estábamos ahí porque en el momento en el que nos vio una enorme sonrisa se dibujó en sus labios.

-Princesas! -exclamó.

Maqui saltó en el sofá esperando que él se acercara y la cargara en sus brazos. Yo simplemente permanecí quieta y poniéndome tan roja como un tomate.

Se acercó a Maqui y como siempre hacía la cargó elevándola por los aires. Ella reía como nunca. Estaba muy feliz al parecer.

La bajó un momento después y se acercó a mí plantando un tierno beso en mi cabeza.

-Cómo estás? -me preguntó sentándose a mi lado.

Cerré el libro que estaba leyendo y clavé mis ojos en los suyos.

-Cómo estás tú? -le pregunté -Te noto un poco cansado.

Él negó con la cabeza.

-Maqui y yo prepararémos la cena! -exclamé -Tú ve a dormir un rato.

-Siii! -gritó Maqui.

Georlia frunció el ceño mirándonos a ambos y abrió la boca para objetar pero yo lo interrumpí rápidamente.

-A dormir -le ordené.

Él sonrió y se levantó del sofá.

-Avísenme si necesitan algo -dijo y cuando ambas asentimos, se fue a su habitación.

Volteé a mirar a Maqui y me sobresalté al verla con una enorme sonrisa en sus labios y esos deslumbrantes ojos llenos de emoción.

-Te gusta cocinar? -le pregunté.

-Me encantaaa! -gritó y se arrastró por el sofá hasta llegar a mí.

-Pues entonces, manos a la obra! -exclamé tomándola en mis brazos y cargándola en mi hombro hasta la cocina donde la dejé sobre la encimera.

Ella no dejaba de reír y en un segundo empezó a frotarse las mejillas, supongo que se había reído demasiado.

-Qué quieres cenar? -le pregunté con una sonrisa.

-Macarrones con quesooo! -gritó entusiasmada y tuve que taparme los oídos para evitar lastimar mis tímpanos.

-Está bien, está bien -suspiro en forma de broma y ella sigue sonriendo.

Busco en el estante los macarrones y los pongo en una cacerola.

Nos la pasamos cocinando mientras reíamos, es decir, yo cocinaba, jamás dejaría que Maqui cocinara, es muy pequeña.

Cuando terminamos la cena, le llevamos un poco a Georlia y luego llevé a Maqui hasta su habitación.

-Me vas a contar un cuento? -preguntó con la voz cansina.

-No me sé ningún cuento -me excuse.

Ella hizo un puchero que me removió el corazón.

-Está bien -puse los ojos en blanco antes de empezar -Había una vez hace mucho tiempo un panda muy gordo -dije y agarré su pequeño panda de peluche -Estaba muy enamorado de una bonita osa -Maqui sonrió ligeramente -Sus padres prohibieron su relación porque decían que eran diferentes, y fueron obligados a vivir en distintos castillos. Sus padres nunca dejaron que se vean a la luz del sol, pero el chico panda siempre iba al castillo de la bonita osa por las noches. Ella le tiraba sábanas para que él trepara hasta su habitación. -Maqui empezaba a tener sueño -Por las noches eran felices, pero por la mañana tenían que fingir que no se conocían.

-Porqué sus padres eran tan malos? -preguntó somnolienta.

-Porque solo pensaban en ellos mismos -le aclaré y ella asintió -Un día decidieron escapar por la noche, fugarse en los bosques y vivir su amor. Pero antes de que escaparan, los padres de la bonita osa se enteraron y fueron a encararla -Maqui se removió un poco -Le dijeron que si escapaba con el chico panda, ellos la desheredaban por completo. Ella ni siquiera lo pensó, simplemente dejó toda su fortuna para irse con el amor de su vida, pues el dinero no sirve de nada cuando la felicidad se encuentra lejos.

Miré a Maqui que yacía dormida entre las sábanas, la acurruqué, besé su frente y me fui a dormir.

(...)

Sentía que la cabeza me iba a explotar, y la verdad es que no sé porqué.

Escuchaba leves golpes en la puerta principal, me lié con mis sábanas y salí de la habitación.

Seguro todos seguían durmiendo, porque no había rastros de nadie más.

Los golpes se hacían cada vez más intensos.

-Ya voy! -exclamé.

Me detuve un segundo observando un pedazo de papel pegada a la encimera.

“Tuve que ir a trabajar temprano.
Georlia"

Sonreí al darme cuenta que ya nos tratábamos como familia.

Me dirigí a la puerta donde los golpes no cesaban.

La abrí sin preguntar y me llevé una gran sorpresa al verlo ahí con una hermosísima rosa negra en sus manos.

-Jaden -casi susurré por la sorpresa -Qué sucede?

Él me observó con intensidad y empezó a hacer sonar sus dedos.

Estaba nervioso.

No respondió y yo fruncí el ceño.

-Puedes decirme lo que quieras, tranquilo, confía en mí.

Creo que dirá que se dio cuenta que no me quiere, que esa rosa es para otra chica y que solo pasaba por aquí para informarme de su compromiso.

-Yoselyn -dijo y de repente bajó una de sus rodillas al suelo. Mi corazón se detuvo y yo aguanté la respiración. -Me harías el honor de salir en una cita conmigo? -me preguntó extendiendo la rosa hacia mis manos.

Es cursi, sí.

Me encanta, súper sí.

MI BOSQUEUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum