MI BOSQUE

Capítulo 16

Depende de tu inteligencia, apreciar algo antes de perderlo.

No puedo creer que esas hayan sido sus palabras. Yo soy la suicida aquí, no él. Él tiene cosas porque vivir, tiene a su madre, y seguro muchos amigos; no puede acabar con su vida simplemente por un capricho. 

Siento como los nudos en mi estómago van creciendo en números y la bilis se me sube tanto por la garganta que creo que purgaré en cualquier momento.

Jaden no pudo haberme sugerido eso. Yo jamás se lo permitiría. 

Por fin me digno a mirarlo y clavo mis ojos en los suyos. No puedo creer que esté tan seguro de lo que acaba de decir.

-Entonces... saltamos ya? -me pregunta frunciendo un poco el ceño.

Niego rápidamente con la cabeza e instintivamente presiono su mano con más fuerza como si pudiera evitar que salte.

-Pero esto es lo que tú quieres... no? -me mira confundido.

Oh, Jaden! Yo jamás querría tu muerte. 

Él ha empezado a despegar sus dedos de la mano izquierda del puente. Me da una punzada en el pecho. No sé que hacer! Jaden, por favor no.

-Es ahora o nunca -espeta.

Jaden! Santo cielo! Basta! 

El corazón se me está por salir del pecho. Siento mi pulso latente en mi cabeza. 

Él suelta toda su mano izquierda, y cuando trata de desenlazar nuestras manos, siento una cápsula de adrenalina explotar en mi pecho.

-No! -grito con todas mis fuerzas.

Él voltea y me mira boquiabierta. Sus ojos se iluminan y una sonrisa se asoma en la comisura de sus labios.

Es increíble como con simples miradas podemos entendernos tan bien. Él me mira con ojos reconfortantes y yo asiento. Sin darme cuenta, él ya me está ayudando a pasar al otro lado del puente, y finalmente pasa él.

Nos quedamos unos minutos contemplando los ojos del otro. Llenos de calma y rebosando de afecto. Hasta que finalmente me lanzo en sus brazos y él me rodea con tanta fuerza que siento que mi alma recupera pequeños fragmentos que antes parecían perdidos.

Me fundo en su cálido cuerpo y me deleito con el palpitar constante de su corazón en mi oído. Sus músculos, cada fibra de su ser, se relajan ante mi contacto y eso inmediatamente me hace sonreír. 

-Gracias -susurro y él me estrecha aún más contra su pecho.

Con mucha delicadeza planta un tierno beso en mi cabeza y me guía hacia su motocicleta.

Me pone el casco, y nos montamos juntos. Me aferro a su cintura como de costumbre.

-A tu casa? -me pregunta serio.

-A la tuya. -le contesto sin dudar.

Asiente sin reprochar y acelera. 

La noche está fresca y la luna despide ese deslumbrante brillo que nos hace pensar que en medio de la oscuridad, se encuentra la luz más radiante que podríamos ver.

Llegamos a su casa en cuestión de minutos y él me ayuda a descender de la moto. Entrelazamos nuestras manos y dejo que él me guíe al interior. 

Por suerte no nos topamos con Ana, me habría dado vergüenza encontrarla por aquí y tener que explicarle que volveré a dormir en su casa.

Jaden abre su habitación y me deja pasar primero. 

-Quieres que te arrope? -me pregunta con ternura.