°Capítulo 25: Señora Nóvikova.°

22.3K 1.4K 24
                                    


Llegamos a una casa enorme, una mansión.

Me seco las lágrimas de mis mejillas. Mis ojos deben estar rojos y me arden, Dimitry estuvo a mi lado todo el trayecto pero no dijo ni una sola palabra, pensé que me diría alguna palabra bonita.

Al salir mis pies tiembla ligeramente y Dimitry lo ve y se me acerca.

-¿Estás bien? -él me mira preocupado.

-Es una pregunta muy idiota para responder. -lo miro con rabia pero a los segundos me arrepiento. -Perdón. -susurro casi para mi.

-Te entiendo, soy un idiota en preguntarte eso. -agacha la cabeza. Me inclino hacia él y lo abrazo, es algo que necesito.

Él espera unos segundos y después me sigue el abrazo. Me rodea con sus brazos y siento un calor de amor que me llega, me siento protegida y puedo jurar que casi escucho el sonido de su corazón, pausado y reconfortante. Levanto la mirada y él me ve con ternura

-Que pena arruinar la escena pero tendremos que entrar o sino nos congelaremos. -un chico de la edad de Fernando nos habla.

Al entrar a la casa me doy cuenta de lo exageradamente grande que es. Veo todo con asombro y no me doy cuenta que estoy siendo agarrada del brazo de Dimitry hasta que avanzo y siento la fuerza.

-Está es nuestra casa, está casi nueva ya que a sólo unos días del secuestro te la compré. -se ve un poco tenso y decido acaricia su mandíbula. Lo leí en Internet.

El me sonríe y me besa en la frente.


(...)

Es de noche ya, todos se han esmerado por hacerme sentir bien, Dimitry me apoyo en la idea de visitar la tumba de mis padres.

Me hablaron sobre como era mi vida antes y me contaron sobre mi secuestro y demás.

Dimitry me entregó un anillo que tiene el nombre de él grabado adentro diciéndome que era mi anillo de boda que había encontrado en la cabaña que estuve secuestrada. Me mostró mi ropa y mis cosas, algunas las recuerdo y otras no, me dio mi celular y mi billetera, tengo fotos de Fernando, mi tía y mis padres y una pequeña pero elegante foto de Dimitry y yo en una fiesta.

-¿Estás muy cansada? -está vez lo pregunta con cuidado.

-Demasiado. No recordaba que Dina, Vera, Irina y hasta Viktor hablaran tanto. -sonríe recordando las historias de Viktor. -Es una hermosa familia.

-Sí, nosotros seremos así muy pronto. -lo busco con la mirada y lo encuentro a centímetros de mi cara.

La respiración me empieza a faltar y creo que deje de respirar. Como un impulso que llega de lo más profundo de mi, avanzo a su boca,  y acaricia su cabello, sus manos van a mi cintura y suben por mi espalda.
Un beso con amor, eso es lo que siento.

No siento cuando él me alza del suelo y me acuesta en la cama, mis manos van al borde de su camisa y la saco con ayuda de él, su abdomen y pecho me deja atontada por un momento y entonces él me besa el cuello, una corriente eléctrica me llega al cuello y lo inclino para mejor acceso. Él da pequeños besos y suaves mordidas y baja hasta mi pecho, me quita la camiseta y escucho un gruñido de su parte al ver mi pecho con sostén, él sigue besando mi cuello y mis manos inconscientemente buscan su pantalón, y me detengo al tocar otra cosa.

Él ríe por lo bajo al ver la reacción de pena y nerviosismo reflejada en mi rostro.

-Adelante, es todo tuyo. -sus voz suena ronca y divertida.

Una de sus manos llega a mi trasera y lo aprieta, eso me da una clara invitación a ser más atrevida, quitó el botón de su pantalón y lo bajo, él pega su cuerpo al mío y siento en mis muslos su erección creciente. Subo una pierna sobre sus piernas para permitir un roce más íntimo y siento la rigidez que le provoca eso.

Oigo un gemido de mi boca y después descubro que me ha quitado el pantalón y sólo nos separa mi ropa interior y la de él.

Sentir su piel y todo el deseo que me provoca. Sus caricias, sus besos y toques es todo lo que necesito y me doy cuenta que él en verdad es el indicado.


(...)

Estoy muy cómoda en la posición que estoy, siento un poco de frío en mi cara. Abro los ojos y veo el cuarto, después recuerdo lo que pasó la noche pasado y ahogo un grito por la emoción y felicidad que siento.

Uso su mano derecha como almohada y con la otra mano que abraza. Un sentimiento de vergüenza me entra por darme cuenta que estoy desnuda y él también. Puedo sentir como me sonrojo, es mejor salir antes que se dé cuenta.

Quito su manos y cojo la sabana que me cubre y al levantarme me doy cuenta que lo deje desnudo.

Un gritito sale de mi boca por vergüenza y después me tapo la boca y la sabana cae al suelo. Y entonces pasa lo que siempre he leído en libros y que es cliché. Él se despierta y me mira.

-Que bonita vista. -sonríe y eso hace que este aún más roja. Me tapo con la sabana y él se sienta con total descaro .

-Eres... Eres un... -mi voz sale nerviosa.

-Un esposo afortunado por tenerte. -él sigue sonriendo.

Sin decir más entro al baño con la vergüenza invadiéndome.


(...)

Desde hace media hora estoy en un debate mental sobre si salir o quedarme a vivir para siempre en el baño de mi casa.

-¿Ya vas a salir? -Dimitry pregunta detrás de la puerta. -Me tuve que bañar en el baño de abajo. ¿Estás bien? ¿Te pasó algo? Respondeme, por favor Nina. -paso mis manos por mi cabeza y luego por mi vientre, siento un leve golpe en él.

Abro la puerta y veo a Dimitry vestido de pies a cabeza de negro y sonriendo. Creo que es una manía sonreír.

Lo evito y salgo de la habitación, veo todas las puertas y noto las escaleras, bajo por ellas hasta llegar a lo que es la cocina. La miro con fascinación y sonrío. Me acerco a la barra y miro los cuchillos y demás utensilios.

-Señora Nóvikova, ¿necesita algo? -me volteo y veo a una mujer de unos 30 años mirándome.

-Eh... Yo... -Dimitry aparece por la puerta.

-Nos podrías hacer el desayuno. -me quedo un poco confundida al notar que están hablando ruso y entiendo lo que dicen.

Salgo de la cocina.

-¿Estás bien? -me pregunta Dimitry en ruso acomodando mi asiento.

-Sí, sólo que ese título de Señora Nóvikova me dejó sorprendida. -le respondo de igual manera, en ruso y él se sienta y coge mi mano.

-Porque tú eres la Señora de está casa, entonces ahora quiero que comas todo lo que Sasha te hará, mi príncipe y tú deben estar muy bien. -besa mi mano.-  Así que come.

Sasha entra con un plato de huevos, tocino, salchichas, sándwich, jugo, café y panqueques, y mi boca se abre ante tanta comida. Toco mi vientre y sonrío, siento un breve movimiento y eso me recuerda que tengo que ir al médico para los controles del mi bebé.

Mi bebé.

Se escucha tan hermoso.

Empiezo a comer todo lo que más pueda, como tan rápido que olvido que Dimitry está a mi lado hasta que escucho una pequeña risa.

-¿Qué pasa? -lo miro masticando el pedazo de tocino en mi boca.

-Es sólo que tengo la mejor vista de mi vida, a mi esposa comiendo como si no hubiera un mañana y alimentando de paso a mi hijo. -suspira y toma un poco de café.














--------------------------------
Gracias por los votos y las vistas.


Amor Por ContratoWhere stories live. Discover now