- Adiós... - dice finalmente, se despide con su mano derecha, agarra el pomo y sale del baño...."



Recuerdo como si fuera ayer ese día, siempre me había humillado, siempre me dejaba por los suelos pero nunca antes me había pegado una bofetada....

- ¿Y que quieres de mi? - espeto bruscamente -.

- Eres... eres su hermana...

- Hermanastra – digo cortante y suspira -.

- Si... su hermanastra y necesita un trasplante... - dice finalmente -.

- ¿Por qué recurres a mi? Tienes demasiado dinero para remover cielo y tierra para que tu querida hija se salve – le espeto, se que estoy siendo demasiado dura... se que luego me arrepentiré de todo lo que estoy diciendo... -.

- Ya lo he hecho – dice abatido – tu... ella... las dos, tenéis la misma sangre... por favor – suplica -.

- ¿Ahora tenemos la misma sangre? - replico cabreada, siento como mi pulso se acelera demasiado, como mi corazón bombea golpeando mi pecho - ¿Ahora? ¡Siempre la hemos tenido! - grito, siento como mis lágrimas ruedan por mis mejillas - ¡Siempre! - chillo -.

- Laura... cálmate por favor – dice esperanzado -.

- ¡No! - vuelvo a chillar, aprieto mi mandíbula – por eso... por eso me has buscado, por eso has pagado mi... mi curso... para esto, para que te ayudara... si no fuera por esto... yo... yo estaría en la calle – digo finalmente – nunca, nunca me has hecho caso, siempre he creído que estaba loca, que mi madre me mentía y tu no eras mi padre... siempre me negaste la prueba ¡Siempre joder! Me has hecho pasar un calvario, ir a psicólogos para calmar mis terrores nocturnos y mi falta de autoestima... y ahora ¿Me pides que por favor te ayude? - ya no tengo fuerzas para gritar, sigo de pie y plantón, siento como mis piernas me tiemblan - ¿Y quién me ha ayudado a mi? - digo finalmente, suspira al otro lado y oigo como un golpe -.

- Ha sido un error llamarte, pensar que me podrías ayudar... - tiene la voz temblorosa -.

- Para ti siempre he sido tu mayor error... - cuelgo el teléfono, me quedo mirando la pared, tengo el teléfono en mis manos, comienza a vibrar y hago caso omiso, se que es el... -.

Pasan los minutos y me siento culpable... nadie tiene derecho a pasar por una terrible enfermedad, y quizás yo estoy haciendo perderle la esperanza.

Necesito tomar aire, necesito salir. Estar sola y pensar que debo hacer... a mi nunca se me dio la oportunidad, siempre fui rechazada, siempre he sido el cero a la izquierda de la familia ¿Quién se creen que son para venir ahora a pedirme ayuda? Mi amor no lo van a conseguir con dinero y mucho menos mi ayuda, me replico cabreada y auto convenciéndome de que no le daré ni la oportunidad. Ahora mismo siento demasiado rencor. Demasiado odio a las dos personas que me destrozaron mi infancia y parte de mi adolescencia por completo.

Corro cada vez mas rápido, escucho el latir de mi corazón en mis oídos, siento el suelo sobre mis deportivas, subo el volumen a la música, paseo por un gran parque verde. Me paro en seco un hombre mayor llama mi atención, sonríe a los patos cuando les da de comer, esta sentado en un banco observándolo, yo le observo a el... me recuerda tanto a mi abuelito.

Sonrío al ver como sonríe, como parece llenarle de alegría, lo que para mi resultaría insignificante pera el es gratificante...

- Muchacha – se da cuenta que lo miro mientras sonrío – los patos no muerden – me ofrece la bolsa de pasto que le esta echando -.

- No, gracias... se lo dejo a usted – asiente con la cabeza y sigue con lo suyo -.

Miro mis pies y sonrío, algo que no hacia desde hace mucho tiempo... miro el camino que he recorrido siendo fuerte, miro hacia el cielo, se que a ella no le gustaría que estuviera sin sonreír ni un segundo de mi vida...

Corro lo mas rápido que puedo inspiro... expiro... inspiro... expiro. No me doy cuenta y llego hasta un taller, me paro en seco tomando aire y recargando mis pulmones.

- Que grata sorpresa – aparece John con un mono azul de trabajo lleno de grasa de los coches, lo miro de arriba hacia abajo, su pelo rubio alborotado y esa sonrisa tan perfecta me ponen nerviosa -.

- Vaya... ¿También aquí? - sonrío y asiente -.

- No puedo parar quieto – se acerca a mi, solo estamos a unos centímetros, es demasiado alto o yo soy demasiado baja para el, me resulta bastante intimidante -.

- ¿Te encontrare este fin de semana también en la heladería cuando vaya a por mi helado semanal? - sonríe y muerde el carrillo de su labio -.

- Solo si me invitas - ¡Zas! en toda la boca, se que lleva tiempo esperando a tener una cita conmigo -.

Comienzo a sonreír, es un chico bastante directo, trabajador y con un atractivo potencialmente sexy.

- Espero que no me miren demasiadas chicas – comienza a reírse a carcajadas -.

- ¿Lo dices enserio? Vaya... - se lleva las manos a su cabello - ¿Estas filtreando conmigo en mis horas de trabajo? - lo miro, me ha dejado sin contestación - parece que si... bueno guapa tengo que seguir, este coche no se arregla solo – mira un mercedes rojo que hay tras de el -.

Asiento y me despido tímidamente ¿Por qué? Me pregunto a mi misma ante tal comportamiento, giro sobre mis talones, me siento observada...

- ¡A las seis! - grita riéndose, alzo la mano, sonrió dándole la espalda y asiento -.

- A las seis... - digo en voz baja -.  



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PD: Bueno mis perlas, espero que os haya gustado y hacermelo saber ehh!! os espero en mi grupo cerrado dónde podeís comentar todo lo que queraís e interactuar ¿Amor o Amo? (PERLAS) y también en mi página de facebook ¿Amor o Amo? un besazo enorme mis perlas!! 

Locura Insaciable ©Where stories live. Discover now