Juego de preguntas

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Repasé la pregunta, intentando adelantarme a lo que fuera, pero no lo conseguí.

—Pues...no lo sé, quizás a las tres, o a las que quisieran venir.

—No tienes una mejor amiga —no era una pregunta.

A pesar de que era ligeramente más cercana a Alessandra, no estaba segura de que fuera lo que la gente entendía como mejores amigas. No habíamos crecido juntas desde que nacimos, no compartíamos obsesiones ni sueños, y ni siquiera confiaba en ella para guardar el secreto de lo que pasaba con Axel.

—¿Eso es muy importante?

—No, solo estoy intentando llenar el silencio. Si te hace sentir mejor, yo tampoco tengo una mejor amiga.

—¿Es el precio de ser la directora de un diario?

Casi esperé que me dijera que era una entrevista y ella hacía las preguntas, pero me respondió:

—No, es cosa mía. La anterior directora tenía una mejor amiga, de esas que se pondrían en el camino de una bala por ti.

Quería poner en duda que ese tipo de amistad existiera pero ella parecía segura. No había necesidad de pensarlo con mis amigas, pero me pregunté si Axel lo haría por Franco. Estaba un 90% segura de que sí.

—Qué envidia con ellas.

Mi voz empezó con algo de sarcasmo y terminó apagándose al final.

Ok, sí, podría ser bonito.

—No te desanimes, ya encontraremos a alguien que...oh, por fin. Esta chica es un desastre.

Diez minutos después, Fátima nos había explicado un descabellado plan donde Pilar y yo teníamos que responder preguntas sobre Axel.

Sonreí para mí misma, solo tenía que fallar la mayoría de ellas y todo iría bien.

—Antes de que alguna de ustedes piense en sabotearlo, tengo las respuestas de Axel anotadas. Sé que tú fuiste su novia y, según afirmas, la más importante —señaló a Pilar y luego clavó sus ojos en mí—, y tú defiendes que solo son excelentes amigos. Ambas deberían saber las respuestas a estas preguntas, o hay algo que está fallando con su historia. Además, en algunas de estas le pregunté a Axel si ustedes podrían conocer la respuesta.

Pilar y yo intercambiamos una mirada nerviosa. Empecé a entender qué la había traído aquí: de todas las novias de Axel, había sido la más "oficial". La gente solía recurrir a ella cuando se trataba de Axel, preguntarle qué pensaba de la nueva chica, relacionarlos para acudir juntos a fiestas, etc.

—¿Su color favorito? —Lanzó Fátima.

No estaba preparada para que empezara, así que Pilar logró responder primero:

—Azul.

Su respuesta me hizo salir de mi aturdimiento y se me escapó una risita. La mirada de Fátima se posó en mí al instante, como un profesor que te pilla intercambiando notas en clase.

—¿Abi?

—Rojo —murmuré, intentando aclarar mi cabeza.

Fátima no dijo nada sobre las respuestas, solo se limitó a anotarlas y seguir adelante.

—¿Cumpleaños?

—Catorce de enero —se apresuró a responder Pilar. Yo me encogí de hombros.

—Supongo que es ese, ni idea.

Estaba felicitándome por ignorar honestamente una cosa hasta que la mirada de Fátima me hizo sentir que era una respuesta que ya esperaba.

—¿Su día favorito del año?

Pilar dudó varios segundos y se calló cuando dije:

—Halloween

—¿Profesión de su mamá?

—¿Abogada? —Trató Pilar.

—¿Abigail?

—Maquilladora.

Sin embargo, después de veinte minutos respondiendo preguntas, ninguna de las dos entendía a dónde nos llevaba. No sabíamos la mitad de las cosas que nos estaba preguntando y tampoco parecía que ella esperara que las supiéramos.

Lo único que me preocupaba era la mirada asombrada que me lanzaba Pilar cuando contestaba una pregunta.

Me recordaba a Axel diciendo: Nadie sale conmigo, Abi, todas salen con Axel Cruz, el chico malo que les romperá el corazón o será el amor de su vida.

Traté de convencerme de que a pesar que era chica con la que Axel había salido más tiempo (cuatro meses enteros), tenía una pésima memoria para detalles importantes.

Katherina, la otra reportera, tenía la misma cara de póker que Fátima, así que no pude leer por qué decidió llevarse a Pilar cuando acabaron las preguntas.

—Gracias por responder —murmuró Fátima distraídamente—, ya no necesitamos más a Pilar para lo que falta.

La fulminé con la mirada.

—No voy a contestar más preguntas.

—Sí, pensé que dirías eso —no parecía notar mi creciente mal humor—. ¿Sabes? Me recuerdas a alguien hace un tiempo que al inicio también intentaba negar que salía con alguien en serio.

—No estoy saliendo con Axel.

Me sonrió con aprecio, como si me considerara digna de hablarme directamente.

—Ah, sí, eso era lo que ella decía sobre el chico.

—¿Le fue bien?

—Terminó con un reportaje en primera plana y ganando como reina del baile.

—Mi colegio no hace esas cosas alienadas.

La risa de Fátima llenó la habitación.

—Ya lo creo que no. Sin embargo, casi espero que tengas su suerte.

—¿Por qué? ¿Era lindo? —Ironicé.

—Eso depende —dijo Fátima ignorando el sarcasmo en mi pregunta—. ¿Te gustan los chicos que son más lindos que sexys o al revés?

—No tengo idea. No soy muy normal cuando se trata de gustos de chicos.

—¿En serio? Diría que Axel encaja exactamente en el cliché de gustos de secundaria.

—¿Ahora estás preocupada por mí? ¿Me vas a dar tus consejos para chicas normales?

—No, si fueras una chica normal, te diría que le pongas una correa. Pero veo que se la ha puesto él solo y tú te niegas a sostenerla. Es una buena combinación.

¿Qué diablos? ¿Intentaba jugar con mi cabeza? ¿Una correa?

Decidí no dejarla meterse conmigo y le devolví una mirada desafiante, la misma que practicaba con Axel.

—No entiendo la mitad de las cosas que dices...debería irme.

—Tengo solo una pregunta más.

Seguí caminando en dirección a la salida.

—No estoy segura de querer escucharla.

—Es simple: ¿Me das tu nombre completo, por favor? —Me detuvo la curiosidad—. Intento encontrarles un nombre de pareja decente y aunque Megara tiene los archivos completos de tu escuela, no quiero molestarla. Solo recurro a ella como última medida, me gusta ser independiente.

¿Los archivos completos de mi escuela? ¿De qué diablos estaba hablando? Su costumbre de soltar frases extrañas empezaba a exasperarme.

Fátima seguía mirándome, con el bloc de notas listo para anotarlo.

—No somos una pareja.

—Oficialmente tampoco lo son Sherlock Holmes y John Watson, pero hay un nombre para esa pareja.

Era ridículo pero ella realmente tenía un buen punto con eso. Coloqué mi mano sobre el pomo de la puerta.

—Abigail Michelle Lester Gomez.

Y luego salí.

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