55. La Cura

7.8K 840 1.8K
                                    

↑↑↑↑↑↑↑AKAJSHANAAAMAHCJSJDJA POR EL AMOR DE DEOS ESA FOTO NO LA SUPERO NUNCA MÁSSSSS ES QUE SON TAN TIERNOS QUE YA NO PUEDO YO NO ESTABA LISTA PARA ESTO NECESITO TIEMPO PARA ASIMILARLO NUNCA PENSÉ QUE SE SACARÍAN UNA FOTO ASÍ TAN BONITA Y ASJBFLAJ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


↑↑↑↑↑↑↑AKAJSHANAAAMAHCJSJDJA POR EL AMOR DE DEOS ESA FOTO NO LA SUPERO NUNCA MÁSSSSS ES QUE SON TAN TIERNOS QUE YA NO PUEDO YO NO ESTABA LISTA PARA ESTO NECESITO TIEMPO PARA ASIMILARLO NUNCA PENSÉ QUE SE SACARÍAN UNA FOTO ASÍ TAN BONITA Y ASJBFLAJBFAJLS QUE PARECE SACADA DE TUMBLR DIOSSSSSSSSSSS *tose* perdón, me descontrolé. 

Que disfruten el capítulo <3





























































































































Me desperté confuso, y tardé más de lo normal en entender en dónde me hallaba exactamente. Permanecí con la mirada perdida en el techo por un largo rato antes de lograr finalmente ubicarme.

Lo primero que sentí cuando todo se aclaró en mi cerebro, luego de que una gran porción de recuerdos borrosos de la noche anterior me asaltaran velozmente y sin piedad, fueron auténticas ganas de matar a mi padre.

Lo segundo fue mareo y unas leves ganas de vomitar. Todo eso al mismo tiempo en el que mi estómago gruñía por comida y mi garganta picaba por algo de agua fresca.

Lo tercero fue nerviosismo, ya que mis ojos no encontraron a Rubius a mi lado.

Me enderecé lentamente, percibiendo todos mis músculos demasiado entumecidos. Sentía como si cada uno de ellos tuviera una piedra dentro que me empujaba hacia abajo, rogándome volver a descansar entre las mantas cálidas. Tuve que reunir todas mis escasas fuerzas para no volver a echarme a dormir.

Mis hombros temblaron ante un escalofrío que me sacudió demasiado y me dejó temblando como chihuahua. Mierda. Hacía muchísimo frío y cómo no, si no tenía puestos ni mis pantalones. La tenue luz solar que iluminaba la tienda de campaña desde afuera me dio a entender que ya era de día, y a pesar de que ésta era muy débil y nublosa, yo sentí como si me estuvieran apuntando un puto reflector a los ojos. 

Apreté los párpados fuertemente y comencé a mover mi mano por las sábanas, tanteando la superficie hasta que al fin mis dedos dieron con mis gafas enterradas entre los cobertores. Ni siquiera recordaba habérmelas quitado anoche, pero agradecí mentalmente descubrir que no estaban rotas ni nada parecido. Sería una completa vergüenza para mí si tuviese que volver a ir con mi oftalmóloga para que me hiciera unos nuevos lentes... otra vez.

Resoplé, colocándomelas y pensando para mis adentros que tenía cosas más importantes de las que avergonzarme ahora. 

Intenté erguirme por completo y las articulaciones me temblaron y crujieron como si fuesen ramas secas. Caí de culo en el primer intento, en el segundo sobre mis rodillas, en el tercero de costado sobre las mantas y en el cuarto casi me parto la cara contra uno de los caños que mantenían la tienda de campaña en pie. Refunfuñé todas las palabras malsonantes que me sabía y lo intenté una vez más, gateando a duras penas hasta la salida de la tienda que estaba semi-cerrada. Terminé de abrirla por completo y me asomé para ver el exterior con los ojos entornados. Por suerte no había ningún sonido demasiado fuerte o desagradable que aumentara mi mareo. Todo estaba colmado de paz y calma natural. El exterior, claro. Mi interior era todo lo contrario a calma y paz.

Luces Fuera (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora