{39} Placer

3.8K 255 13
                                    

Apreto el nudo de la bata y está por inercia que ajusta un poco más a mi cuerpo, sintiendo la misma leve sensación en mi cabello, mientras sus manos se encargan de hacer una perfecta trenza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Apreto el nudo de la bata y está por inercia que ajusta un poco más a mi cuerpo, sintiendo la misma leve sensación en mi cabello, mientras sus manos se encargan de hacer una perfecta trenza.

En cuanto termina, sus manos se encuentran aún ansiosas y con ganas de acariciarme, por lo que no pierde el tiempo. Abraza mi cintura y se acerca completamente, girándome poco a poco entre la comodidad de sus brazos.

—Iré por algo de beber, ¿quieres acompañarme?— pregunta con una liviandad que me hace sentir increíblemente bien y dios, como adoraba a este hombre.

—Prefiero esperarte aquí...— susurro, removiéndome levemente incomoda ante él, no por su cercanía o algo por el estilo, si no por las ideas que mi mente de pronto había traído a la mesa. —Me sentiría muy incómoda si nos encontramos con Sara...— explico y es que ¿Cómo no iba a sucederme?

Nuestro divertido momento en el baño se prolongó por varios minutos más en la privacidad de su cama y, nuevamente, nuestra energía y ganas habían sido bastante escandalosas.

Él entrecierra su mirada, hermosamente encantador, con una pequeña seductora sonrisa formándose en sus labios.

—No debes preocuparte sobre eso. Ella esta solo hasta una cierta hora aquí.— informa y sin duda, es un alivio tremendo saberlo, no solo por lo hecho hoy, sino todo lo demás.

Le regalo un amable gesto con mis labios, escuchando enseguida sus palabras de que pronto volverá. Él desaparece y con ello, mi mente tiene rienda suelta a absolutamente todo.

Miro a mi alrededor, camino despacio por el lugar, curiosa y tremendamente pensativa, hasta que me encuentro frente al gran espacio que es su cama y sin dudarlo, me dejo caer contra esta como si de una pluma me tratara.

Siento la delicadeza de las sabanas al moverme, como el contacto se siente tan bien y apacible y suspiro, reconociendo el silencio de mi momento y el torbellino que se encuentra dentro de mi mente.

Lo sucedido en el baño, sus palabras, su tremenda determinación. Su poder. Nuestro poder. El mío propio. ¿Era acaso todo lo que él decía posible? Luego de todo lo sucedido el día de hoy, sentía que por fin había un poco de luz dentro de todo esto. Una luz que me permitía comprender el porqué de lo que hacíamos.

Su único propósito era que me sintiera poderosa tanto con mi cuerpo como con mi mente y que hiciera de ambas fuerzas una sola. Algo tan poderoso que pondría el mundo ante mí de la manera en que yo lo estimara conveniente.

Pestañeo y vuelvo a mi realidad, sintiendo el palpitar veloz de mi corazón en medio de mi pecho y como este, de manera casi extrema, intensifica su fuerza al escuchar la puerta de la habitación cerrarse.

Me incorporo inmediatamente, viéndole hacer su camino hasta donde me encuentro. Sus ojos azules están en mi como de costumbre y la manera en que extiende el vaso vacío hacia mí es tan elegante como siempre. Lo sostengo y enseguida él acerca la jarra y lo llena hasta casi su tope.

{ I } SUEÑOS INOCENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora