✓ ❝sé que vas a quererme sin respuestas...❞
Cuando se conoce al primer amor, tan dulce y peligroso, ¿se puede escapar de aquella aventura? Catherine Perret y Sebastián Fassbender tienen la respuesta. Ella una bella joven americana y él un cautivado...
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Había tomado un vuelo de primera clase de Chicago a Londres a las dos de la tarde. El boleto había llegado dentro de un sobre la noche anterior, cuando me encontraba sola en casa y creo que nunca antes me había aferrado tanto a un pedazo de papel como con aquel boleto lo había hecho.
Suspiré largamente, mientras mi mirada se perdía entre aquel cielo grisáceo que de repente había aparecido. Eché mi cabeza contra el respaldo del asiento volviendo a pensar en todo.
Discretamente, observé a las personas que se encontraban en la misma fila que yo me ubicaba, siendo separadas por un pequeño pasillo pensando en cual era la causa de su viaje.
¿Tendrían alguna de estas personas una inusual y misteriosa razón como la mía?
Posiblemente no.
¿Había perdido la cabeza definitivamente al haber accedido a esto?
Probablemente si.
Le había mentido a mi madre, invitando una linda historia de como pasaría unos días con Samantha ya que sus padres la habían dejado sola en casa y bla, bla, bla. Sin pedir alguna información extra, mi madre lo creyó. Ella simplemente confiaba en mi plenamente.
Nunca le había mentido. Al menos, nunca de esta manera. ¿No es esto malo? ¿Qué es lo que estoy haciendo? ¿Tomando un viaje de siete largas horas a otro país, para encontrarme nuevamente con un tipo a quien poco y nada conozco para discutir sobre la extraña relación que quiere mantener conmigo?
Escuché atenta la vocecita proveniente de los parlantes que estaban distribuidos por el avión, los cuales anunciaban con claridad que en quince minutos haríamos aterrizaje. Respiré profundamente, removiendome en mi asiento, mientras por mi mente comenzaban a dispararse ciertas palabras y ciertas imágenes solo por él.
Recordaba con tanta exactitud su manera de mirarme. Me había estado observando con aquella intensa, arrebatadora y segura desvergüenza dentro de esos ojos azules. Había tomado de mis manos. Había tocado mis labios y sujetado mi cuerpo contra el suyo, entre sus brazos con intima fuerza. Aquel mismo hombre que me había deslumbrado y gustado inmensamente me había puesto en esta situación y esperaba por mi en alguna parte de Londres.
Me costo solo un par de segundos reaccionar y salir de aquel avión, que de repente se me hacia el lugar más seguro para quedarme por el resto de mi vida. De un segundo a otro, me sentía impresionantemente aterrada, sintiendo algo de leve arrepentimiento por toda la locura que había ya realizado. Pero, no había vuelta atrás. No podía decir que no ahora.
Hice la rutina que siempre se debe hacer luego de bajar de un avión, tomando esos agradable largos minutos para tranquilizarme y estabilizar mi mente y temperamento. Debía estás alerta. Bueno, sabia que debía estar demasiado alerta al tratarse de Sebastián. Al menos, tratar de estarlo.
