{2O} Postre

7.4K 386 34
                                    

[ Miércoles 27 de Mayo, 2009 ]

[ Miércoles 27 de Mayo, 2009 ]

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La tarde se sentía agitada. Yo lo estaba, realmente y todo empeoro, cuando el chico chófer llego a casa por mi. Elise anuncio su llegada con un grito que me descoloco tremendamente y es que ella estaba muy emocionada, seguramente, de la manera en que yo debía sentirme.


Por obvias razones, no pude disfrazar la verdad para ella y aun cuando intente ser lo más reservada, de la misma manera en que lo había hecho la noche pasada al volver de Londres, mi querida hermana estaba enloquecida por ya saber todos los detalles de mi cita y mucho más importante, con quien. 

Prometí que contaría todo a mi regreso, recibiendo una amplia, casi dolorosa diría yo, sonrisa de su parte, para después ser ella quien me dirigiera hacia la puerta, la abriera para mi y me echara fuera, gritando a todo pulmón que me dedicará únicamente a disfrutar. Encantadora. 

James se presenta ante mi con una tiesa sonrisa y una reverencia que pido no vuelva a hacer. Sonrió para él y le agradezco en cuanto el abre la puerta del auto y me informa segundos después que su jefe espera por mi. ¿Todo era siempre así de misterioso y...estresante? Al parecer, debía ser algo a lo que acostumbrarse. 

Me acomodo dentro del auto cuando este se encuentra ya en marcha y ciertamente, no sé como sentirme, no solo allí dentro, si no una vez me encuentre frente a Sebastián. Anoche...no había llegado a ninguna conclusión en particular. Al menos, no a una decisión como tal. Estaba en medio. Solo eso sabía. Me encontraba en medio de todo esto y eso era fatal. 

Mis pensamientos se detuvieron al notar que nos estábamos alejando un poco del centro de la ciudad, pensando en que antes no había tenido una pista de donde Sebastián residía. Había supuesto que quizás lo hacía en un hotel porqué él habló de pasar una "temporada" aquí, sin embargo, parecía estar enormemente equivocada.

Luego de unos largos minutos, el coche se estaciona frente a... ¿una casona? Lo parecía. Era hermosa. Muy cuidada y con este toque de elegancia rústica que nunca antes había visto. Es una maldita obra de arte y no estoy segura cuantos segundos estoy en ello, admirándola de manera tan absorta, cuando la puerta del auto se abre ante mi. 

Su sonrisa es dulce y el brillar en su azul mirada me hace sentir como si hubiera vuelto a casa. Tomo su mano y él me ayuda a salir del auto, plantándome frente a él como si su único deseo fuera cerciorarse de que realmente estaba allí.

—Bienvenida.— dice ¿y cómo era posible que incluso oír la simplicidad de lo reciente haga a mi corazón enloquecer de tan desquiciada manera? Estaba, sin duda alguna, perdida. 

Sonrió y agradezco al mismo tiempo, siendo a los segundos guiada por él por el camino marcado que lleva directamente a la puerta principal de la propiedad. Me da la libertad de entrar en primera instancia encantada de inmediato con aquel aroma tan dulce de ambiente. 

{ I } SUEÑOS INOCENTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora