Temp III / XXIV

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Mientras que Nikolai enfrentaba a Alec, los demás habían seguido a Deucalion y a Theo. Cayendo en la trampa de los dos.

Debería haberles parecido algo obvio que esos dos fueran a tenderles una trampa, siempre habían sido de jugar sucio, y esa vez no iba a ser la excepción.

Habían conseguido engañarles, encerrando a Derek, Brad y Aspros en un círculo de ceniza de montaña. Dejando a Stiles a mercéd de los otros dos.

El alfa más joven consiguió derribar a Theo y hacerle una buena herida en las costillas, pero obviamente Deucalion era mucho más fuerte y ágil que él, lo cual se sentía como una herida a su orgullo porque el hombre era ciego, y el alfa ciego había logrado derribarle.

No contento con solo haberle derribado, el maldito le había pisado una pierna hasta que esta se partió y el sonido del hueso le hizo eco en los oídos a los demás.

Derek rugió, intentando cruzar el círculo y siendo lanzado hacia atrás, gruñendo con impotencia mientras Brad le ayudaba a levantarse.

Los tres betas observaban mientras Theo se ponía de pie y, con una sonrisa, se acercaba a Stiles.

— Sabes... –Comenzó a decir Theo, hablándole a Deucalion.— Creí que sería Scott quien caería en la trampa, pero bueno, tendré que matar a Stiles.

El alfa menor no dijo nada, intercaló miradas entre sus acompañantes y Theo, queriendo idear un plan para salvarse de aquello y poder liberar a sus amigos.

Su pierna se estaba curando demasiado lentamente, por lo que levantarse y pelear no era una opción. Huír lo era menos, ni siquiera le pasaba por la cabeza la idea de abandonar a sus amigos a mercéd de aquellos dos locos.

— Matarte y volverme alfa, todo en un día –Theo se veía feliz.— Me siento tan emocionado como un niño en navidad.

— Por favor, mátame de una vez, así no escucharé esas analogías tan trilladas.

— ¿Disculpa? –El chico Quimera pasó de estar feliz a verse ofendido.— Mis analogías no son trilladas.

— Si lo son –Le llevó la contra.— Mas trilladas y predescibles que cuento para niños.

Theo frunció el ceño y estuvo a punto de decir algo más cuando Deucalion le detuvo.

— Ya deja de seguirle la charla –Le dijo el alfa ciego con una obvia molestia reflejada en su voz.— ¿No ves que intenta hacer tiempo?

El ojimiel se mordió la lengua cuando Deucalion le descubrió. Maldito viejo, era realmente astuto cuando quería.

Theo gruñó molesto por apenas notar que estaba siendo engañado y le dio una patada en las costillas, haciéndole deslizarse algunos metros por el suelo.

La puerta se abrió de repente y por ella pasó Nikolai con sus garras y colmillos ya fuera. Deucalion le gruñó y quitó a Theo del camino para ir hacia el alfa ruso, lanzándose a atacarlo.

Ambos alfas mayores se trenzaron con garras y dientes, comenzando a pelear con una ferocidad que daba miedo y te hacía poner una mueca de dolor con solo verlos golpearse.

Mientras los demás, incluso Theo, miraban la pelea estupefactos. Stiles había conseguido levantarse y acomodarse la pierna un poco, al menos de esa forma podía mantenerse en pie, aunque seguía teniendo mal el hueso.

Intentó ir hacia donde se encontraba el circulo de ceniza de montaña, quizás podría encontrar una forma de romperlo. Aunque era de esperarse que apenas y quiso tocarlo, este le lanzó hacia atrás.

Theo se volteó a verle al escucharle maldecir y sisear de dolor por la forma en la que había caído al suelo.

— Sigues siendo un torpe idiota.

La Manada StilisnkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora