Temp II / Cap XXVII

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[NARRADOR]

Stiles era el único que había quedado encima del Nemeton, al parecer los demás habían sido lanzados por la misma extraña fuerza que había mandando a volar a Scott. El joven alfa se incorporó sobre el tronco usando sus codos como soporte, observaba fijamente a algo moviéndose dentro de aquel extraño cráneo canino que había quedado encima de sus piernas. Lo peor para él era que sentía a lo que fuera que estaba dentro aferrándose a sus vaqueros con sus pequeñas manos, si, eso dije. Se aferraba a sus pantalones con sus manos.

El ojimiel tragó grueso mientras cogía uno de los lados del cráneo y lo comenzaba a levantar lentamente. Sus ojos se abrieron como platos y su mandíbula cayó al ver lo que se encontraba sobre su regazo.

- ¿Qué me hiciste decir? - Preguntó el joven alfa mientras los demás observaban como cogía algo entre sus brazos.

- No pude traducirlo bien, pero creo que decía... - Lydia comenzaba a acercarse mientras pensaba - Regresa a la criatura a su forma natural y restaura los poderes robados.

- ¿Qué es eso? - Preguntó Scott acercándose con ojos de cachorro.

- El Hellhound... - Stiles comenzó a darse la vuelta mientras sujetaba a eso que para él era una cosa en sus brazos - ...En su forma natural.

Todos quedaron boquiabiertos al ver como el joven Stilinski sujetaba a un bebé que aparentaba ser recien nacido en sus brazos. Este se movía y hacía muecas que a cualquier otro le hubieran parecido adorables, pero en ese momento era algo que estaba provocándoles terror a todos. Puesto que bebé o no, ese niño era el Hellhound.

(...)

[STILES]

Al día siguiente luego de que "Derrotáramos" a esa criatura, la policía nos permitió darle sepelio a Soraya y a Layla. Ambas fueron cremadas y sus cenizas fueron esparcidas en el Nemeton, ya que según Deaton eso haría que las almas de ambas fueran protegidas por la fuerza del árbol mientras cruzaban al otro lado. Todos continuábamos tristes, pero yo aun tenía cosas que hacer.

Tuvimos que ir al hospital con aquel pequeño bebé, Melissa nos ayudó a pasar desapercibidos, aunque tuvimos que anotar como que yo era el padre y que por ser hijo del Sheriff quería que esto pasara de incógnito. En resumen me catalogaron como otro caso de embarazo adolescente ¡No quiero ser otro caso de embarazo adolescente! Mi padre me matará en cuanto se entere.

La madre de mi mejor amigo estaba revisando al bebé cuando de repente la puerta del consultorio se abrió y vi como Chris Argent venía caminando hacia nosotros con su pistola en la mano. Derek y Peter se pusieron frente a él, impidiéndole el paso.

- ¿ahora protegen a esa cosa? - Nos preguntó con indignación el cazador - ¡Es un monstruo!

Melissa puso al niño en una incubadora y se fue hacia donde estaba Chris, dándole una bofetada para hacerlo reaccionar. Él la miró sorprendido.

- ¡Es solo un bebé! - Le gritó indignada Melissa.

- Por ahora lo es ¿Pero qué cuando crezca? - Todos nos quedamos en silencio ante esas palabras - Tómense el tiempo de averiguar lo que acaban de hacer, ahora Stiles tendrá que cuidar de esa cosa como uno mas de su manada y si algún día pierde el control... - La pausa que hizo me puso nervioso - ...Si esa cosa vuelve a ser aquel sabueso endemoniado díganle adiós a la manada Stilinski.

Tragué grueso y dirigí mi vista hacia donde estaba el niño, le miré y luego regresé la vista a Chris.

- Los calaveras vendrán a deshacerse de él - Soltó sin mas.

- Fuera... - Murmuré - ¡TODOS FUERA DE AQUÍ!

Cuando rugí el primero en salir fue Peter, luego Chris, seguido de Derek y finalmente Melissa. La cual me miró suplicándome que no hiciera nada de lo que luego me pudiera arrepentir.

Cerré la puerta y apoyé mi espalda en esta, ahora estábamos solos. Solo ese pequeño engendro y yo, temiendo perder coraje luego saqué mis garras y comencé a acercarme a la incubadora. Ese niño me miraba con los ojos muy abiertos y tan fijamente que me daba miedo.

- Escucha mocoso... - Comencé a hablar mientras abría la incubadora - Esto no es personal... - Cogí al bebé por la frente y le hice mirar hacia arriba para poder ver bien su cuello - Pero intentaste matarme.

Acerqué mis garras a él y el pequeño engendro se llevó una de sus propias manos a la boca, como si quisiera comerse a sí mismo. Lo cual me pareció muy gracioso ¡Reacciona Stiles! Tengo que matarlo, no debo dejar que me conmueva.

- Bua - Ese fue el sonido que el mocoso hizo cuando le obligué a quitar su mano de su boca.

Alcé mi mano en el aire, tomando distancia para clavar mis garras en su cuello. Ese pequeño cuello que le pertenecía a un bebé que apenas tenía menos de una hora de vida.

- ¡Diablos! - Murmuré entre dientes.

- ¡Hazlo de una vez!

Eso era lo que me gritaba mi lobo mientras comenzaba arañar desesperadamente mi pecho, era como si me estuviera despedazando por dentro. Lo cual me hizo sentir aun mas odio que antes. Volví a alzar mi mano para dar el golpe final.

- ¡Hazlo, hazlo! ¡HAZLO!

- ¡No puedo! - Caí de rodillas al suelo - ¡No puedo, no puedo hacerlo!

El niño comenzó a llorar y yo le miré, sus pequeños ojos cristalizados y soltando un extraño sonido, no era como los alaridos molestos que normalmente sueltan los bebés; eran mas bajos y creo que probablemente afuera no los escuchaban.

- No puedo creer lo que voy a hacer... - Murmuré para mí mismo mientras sacaba mi móvil.

Le envié un mensaje a Sean, al cual había enviado con toda mi manada a la casa. Pues no quería que tuvieran mucho que ver en esto. Luego de enviarle el mensaje hice algo de lo que seguro me voy a arrepentir por el resto de mi vida. Cogí a aquel mocoso en mis brazos y salté por la ventana, mis rodillas tronaron ya que al caer no pudo amortiguarme con ayuda de mis brazos; pero no me detuve a sentir dolor, salí corriendo hacia la casa de la manada.

Una vez llegué allí, entre agitado y con el corazón en la boca. Ana me miró preocupada al ver que llevaba un bebé en desnudo brazos.

- ¡Por Dios, Stiles! ¿¡Qué ocurrió!?

- Luego te explico, sostenlo por favor - Le entregué al mocoso - ¡CHICOS! ¡Todo el que tenga auto vaya y enciéndalo!

Ya habíamos estado planeando irnos de Beacon Hills, pero íbamos a irnos al día siguiente de acabar con el Hellhound; aunque me temo que por el cambio de planes la salida será ahora mismo. En el medio de la noche.

Junto con mis betas comenzamos a cargar el equipaje en los vehículos. Gracias a Dios que Maicol, Brad, Sean y yo teníamos vehículos. En la camioneta de Maicol irían los gemelos, Sebastian y Percy; en el auto de Sean viajarían Alejandra y Roy, además de una parte del equipaje. Mientras tanto Brad llevaba el resto del equipaje sumándole la motocicleta de Alejandra que habíamos atado en la parte de atrás de su camioneta.

Yo llevaba a Angie y a Ana, además de a aquel bebé que tantos problemas nos estaba causando.

Ya estábamos conduciendo por la carretera, yo iba detrás de los demás. A mi lado se encontraba Ana con el bebé y atrás estaba Angie recostada en el asiento trasero, se había quedado dormida luego de un tiempo de viaje.

- ¿A dónde vamos? - Me preguntó Ana mientras arrullaba al bebé.

- Lejos de Beacon Hills - Fue lo único que dije - Lo más lejos posible.

Final de temporada.

NOTA DE LA AUTORA:

Bueno gente, hasta aquí ha llegado esta segunda temporada de La Manada Stilinski. Gracias por todo el apoyo y los comentarios, tranquilos que ya subo el prologo de la temporada dos.

En fin, sin mas que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Nos vemos pronto mi linda manada.

La Manada StilisnkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora