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Soy un Caos Congelado

El ojiazul se quedó pensando en las palabras del director y se sintió mal nuevamente. Todos esos años tomando pastillas para controlar su enfermedad cuando en realidad no le hacían efecto en nada. Pobre de su madre, que tanto le cuesta ganarse el dinero, para terminar gastándolo en algo inútil.

"Muy bien, joven Freddy", sonrió el director, entregándole al muchacho unos libros, unos cuadernos, unos materiales, algunos papeles en carpetas, y una llave, "Aquí tienes el reglamento interno de la escuela, espero que lo respetes ya que las consecuencias van desde los castigos hasta la expulsión. Te entregamos todos los libros, cuadernos y útiles necesarios para tus clases, y tu horario igualmente. El número de tu casillero y habitación están en la carpeta, junto al reglamento. También va la llave de tu habitación, espero que te agrade tu compañero, es alguien... Especial"

Freddy recibió todas las cosas que el director le entregó y sonrió ligeramente, dando las gracias.

"También dejame contarte algunas de las normas más importantes del internado;
Las horas de clases, recesos, y comidas deben respetarse con puntualidad o será sancionado con el eximio de esta en esa oportunidad.
No se toleran los problemas de convivencia, por lo que tenemos un orientador al que pueden acudir para resolver los conflictos.
Si daña el inmueble del establecimiento, será responsabilidad del estudiante pagar por el, ya que nuestro presupuesto es limitado.
Y lo más importante...
Está estrictamente prohibido usar sus poderes en el establecimiento, dentro o fuera del horario de clases, a excepción de la clase de entrenamiento, que son 4 horas a la semana, donde son supervisados por sus respectivos profesores.
¿Quedó claro, joven Freddy?"

"Emm... Sí, de acuerdo", sonrió algo dudoso el ojiazul, procesando mentalmente las normas que el director le había comentado.

"Ya puede retirarse", dijo sonriente el hombre mayor, "Asista a su primera clase con puntualidad, y bueno... Bienvenido al internado FNAF High School"

"Gracias, señor director", sonrió el muchacho mientras se levantaba de su asiento y con todo el peso de los materiales que le dio el director, se fue de la oficina para ingresar a la escuela y buscar su primera clase.

Entre pasillos y pasillos, mientras el castaño hacia un equilibrio increíble para leer su horario y a la vez sostener sus materiales, el timbre del inicio de clases sonó por toda la escuela. Freddy se apresuró como pudo para encontrar su salón, ya que no podía llegar tarde en su primer día.
Una vez que encontró su salón, dio una pequeña respiración para calmar sus nervios, y entró.
Todas las miradas se poseron en él, lo que lo puso muy nervioso, pero con el poco valor que le quedaba se acerco al profesor, sonriente.

"S-Soy Freddy Fazbear, profesor. Y-Yo..."

"¡Ah, sí! El chico nuevo, mucho gusto", sonrió el profesor, mientras anotaba el nombre del castaño en su lista de clase, "¿Por qué no te paras aquí y te presentas a la clase?"

Freddy comenzó a frotarse las manos con sus guantes nuevamente. No quería más atención de la que, ya inevitablemente al ser el chico nuevo, tendría.

"O-Ok...", el castaño se paró en frente de la clase, claramente nervioso, dejando todos sus materiales en el suelo por el momento, "B-Bueno soy Freddy... Emm... Tengo 16 años, y bueno... Eso"

"¿Pero cómo?", rió el profesor, "¡Vamos! ¿Y tu habilidad?"

"Emm... Y-Yo... Pues, manipulo el... Bueno... El hielo, la nieve y esas cosas"

Unos jadeos sorprendidos se escucharon en todo el salón, lo que puso más nervioso al castaño, ya rascando sus guantes por el estrés.
Luego comenzaron los murmullos, claramente hablando del chico nuevo, todos tenían algo que decir debido a la noticia.