Recordé la primera vez que probé el alcohol. Tenía 15 años aproximadamente y me encontraba en mi periodo, con un estado de depresión y muchos cólicos. Me pasé por frente la habitación donde mis padres guardaban el alcohol y me detuve frente a la puerta. Recordé que en las películas siempre veía a los adolescentes beber licor para pasar las penas, entonces pensé en probar la teoría. Tomé una botella de vino que ya había sido abierta previamente, probablemente en año nuevo, y tomé un trago rápido. El sabor me disgustó por completo, me dieron arcadas y corrí al baño a llenarme la boca con pasta de dientes frutal para pasar el asqueroso sabor. Nunca más pude ver ese líquido como algo placentero. Y según lo que he escuchado, mis hermanos incluso desde antes de los 15 años han consumido cualquier bebida alcohólica que pudieron conseguir.

Me estremecí al recordar ese día.

Mi amigo estaba vestido igual de casual que yo, lo que me animó un poco y creo que a él también. Ninguno de los había planeado nada que hacer, así que cuando comenzamos a discutir lugares a los que podríamos ir, terminamos finalmente en acordar hacer un trekking en un pequeño cerro ubicado en medio del centro, un lugar bastante recurrido tanto por turistas como locales. Anteriormente, nadie lo visitaba. Pero una vez que se hizo un sendero peatonal y un montón de publicidad, todo el mundo comenzó a ir.

Planeamos llegar a la cima y volver. En eso al menos demoraríamos unas tres horas, todo el camino en ascendida fue tranquilo. Hablamos sobre un montón de temas diferentes –Y descubrí que encajábamos en una gran cantidad de cosas-. Leo resultó ser muy simpático. Pero el interés que al comienzo sentí por el guapo chico comenzó a disminuir cada paso que dábamos, y quedé convencida que pasara lo que pasara, él quedaría sólo como un amigo. Llegamos a la cima y pasamos unos minutos hidratándonos, observando la vista y recuperándonos antes de comenzar el camino de regreso.

Allí se encontraba una estatua de mármol de alguna figura religiosa, por lo que si no se pertenece a una iglesia cristiana, no tiene ningún atractivo. Lo que me gustó fue pensar que podría ver mi hogar desde allí, en el horizonte donde las últimas casas se encontraban antes de comenzar el bosque y la zona rural. Me alegré de no ver una nube de contaminación rodeando la ciudad, odio saber que estoy respirando ese aire sucio. Que nosotros mismos hemos ensuciado.

Comenzamos a bajar con el tiempo justo para llegar al final todavía con una media hora de luz, y con un poco de suerte, llegaríamos  en compañía de esta a nuestras respectivas casas. Pero tuvimos un problema cuando faltaban unos diez minutos para encontrarnos con la salida, con la pendiente casi nula.

Así que después de haber caminado por lugares rocosos, junto a empinadadas laderas que amenazaban con derribarnos, bajo un sol ardiente, tropecé con una pequeña piedra doblándome el tobillo en la zona más regular de todo el camino, ¡Así de idiota! Cuando caí al suelo sentí ganas de reír sobre el dolor. La torpeza no me podía abandonar ni un solo día de mi existencia.

El dolor era tal que me fue imposible levantarme. Terminé sentada en el piso con una de mis rodillas flexionadas y la otra estirada mientras pensaba mis opciones.

-- ¿Quieres que te cargue hasta tomar un taxi? – Como un caballero Leo peguntó. Y gracias a la dignidad que me quedaba –Cada vez menos, tengo que agregar-, me negué. No lo conocía lo suficiente como para darle a él la lata de tener que lidiar conmigo herida.

Entonces me vi envuelta en una horrible decisión muy difícil: Mi orgullo o mi dignidad. Decidí que prefería perder mi orgullo.

--Llamaré a un amigo que se podrá encargar de mí – Finalmente dije. Saqué de mi bolsillo mi móvil y marqué el número de Alex –Lo había aprendido de memoria-. No esperé más que unos tres tonos antes que él cogiera el celular.

-- ¿Qué tal, Karma? – Saludó él desde el otro lado de la línea.

--¿Estás ocupado?

-- Un poco, sigo buscando mi cerebro como sugeriste que hiciera anoche. Creo que todavía no hay rastro de él. Y he visto en todos lados.

-- Vale, lo siento mucho. Estaba bastante irritada.

-- Lo noté – Hizo una pausa -- ¿Necesitas algo?

--Estoy en el sendero peatonal de trekking con un tobillo malo – Confesé, casi podía ver como mi orgullo caía poco a poco hasta el suelo. Al menos estaba segura que él tendría la decencia de evitar restregármelo en mi rostro. Aún enfadada con él no podía evitar necesitarlo – No quiero llamar a mamá o David, ¿Podrías venir por mí?

--¿Fuiste allí sola?

-- No.

-- Lo pillo. Otro intento de cita, ¿Verdad? – Murmuró. Sentí un nudo en mi garganta. Por un momento pensé que él iba a cortar la llamada y dejarme allí desamparada. La pausa se me hizo eterna.

-- Lo siento.

-- No lo hagas – Contestó – Estaré contigo en unos quince minutos, debes agradecer que me encuentro cerca del maldito cerro. Y también porque te quiero lo suficiente para ir a salvar tu culo cuando sea que lo necesites.

-- Eres el mejor.

☆☆☆☆

Se que dije que subiría capítulo  ayer, pero warrpad falló  desde el celular y me apareció  Como si está historia fuera un borrador, así  que tuve que revisar desde un computador.

Desde este momento está historia vuelve a estar en curso con 2 actualizaciones a la semana:) próximo capiulo será publicado el día domingo.

Espero que les gustara.

Los ama 

Valerie ♡


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