Epílogo 2

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Abro los ojos rápidamente e intento enderezarme pero el dolor en mi entrepierna me hace retorcerme.

-Al fin despertaste, - dice una señora mayor edad- Me asustó que llevará dos días inconsciente además que perdió mucha sangre. -sus ojos son penosos- Lamento sus perdidas.

Me quedo en silencio,  respirando agitada mientras una palabra da vueltas en mi cabeza

Sus     sus     sus      sus perdidas... No habla de mi bebé solamente.

-¿Mis? -  me raspa la garganta y mi voz se oye grutal.  Ella me acerca un cuenco con agua- Gracias. -  respondo cuando se lo regreso y mi garganta se siente un poco más aliviada.

-No hay de que, linda- dice con una sonrisa que no llega a sus ojos.

-Por favor respondame- le digo desesperada -  Dijo mis... No sé referirá....

-Sí, - me corta y mis ojos pican mientras siento la primera lágrima derramarse por mi mejilla -  Sé cuanto querías al Lobo.

Agitó mi cabeza negando fervientemente y empiezo a susurrar "no" incontables veces.

-¿Dónde está? -  pregunto sollozando -  ¿Dónde lo tiene prisionero?

-Está muerto, Caperucita.  Hace dos días mataron al Lobo - dice -  Y tú, mejor te hubiera sido no despertar.

-¿Por qué?  ¿Me van a matar? -  pregunto

-Créeme sería mejor que te mataran, - dice ella y acaricia mi mejilla- Yo me iré hoy a mi pueblo pero te dejaré algo para que te liberes del dolor.

De su bolsillo saca una pequeña daga con un rubí incrustado en el puñal.

-No lo hagas hasta que ya no resistas- me advierte- Antes de morir él dijo que vivieras por los tres.

Empiezo a llorar y la señora se va, dejándome en mi encierro, en mi eterna soledad.

A los minutos entra Dominik, escalofríos de odio se deslizan por mi columna vertebral.

-Morgiana, - su voz me da escalofrios y me encojo de miedo- ¡¿Por qué me hiciste esa escena?!  ¡¿Sabés que los aldeanos casi te matan también?!

-Mejor hubiera sido la muerte con mi amado que quedarme con mi enemigo -  le digo y le escupo en su mano

El se acerca colérico y agarra mi brazo apretándolo tan fuerte pero no sollozo de dolor como deseo hacer.

-Yo no soy tu enemigo- dice y una sonrisa retorcida aparece en su  rostro- Soy tu esposo.  Nos casamos ayer cuando estabas inconsciente.

-¡¿Qué?! ¡Yo nunca pronuncié mis votos de amor hacia una persona tan cruel como tú! - le grito intentando salir de su agarre.

-Todos aceptamos en que no estabas bien de la mente y decidimos que sólo mis votos serían suficientes para unirnos- dice con esa sonrisa retorcida de autosuficiencia que ahora es su característica.

Me suelta y se sube encima de mi. La sábana la arranca de mi cuerpo y es cuando me soy cuenta que sólo quedan tiras de mi vestido y no cubren mucho.  Lucho por quitármelo de encima pero no puedo.

Junta mis manos por encima de mi cabeza y acerca sus labios a los míos.

-Y ahora estás obligada por el pueblo a llevar mis descendientes en tu vientre- sin más sus labios se unen a los míos pero yo le muerdo fuerte el labio y él se separa- ¡Maldita!.

Siento que mi cabeza es lanzada a un lado. Mi mejilla arde y punza de dolor.

-Si no te quedas quieta y me dejas hacer mi trabajo, - dice mirando lujurioso mi cuerpo.  Asqueroso- Te pegare hasta quedar inconsciente y luego seguiré.

-Nunca me quedaré tranquila cuando él que mato a mi esposo está aquí cerca de mí- digo moviendo mis manos y piernas lo más fuerte que puedo y otro golpe me para.  Vuelvo a moverme y otro golpe me envía casi a la anhelada inconsciencia.  Casi pero no.

Y hubiera sido mejor que sentir como ultrajaba mi cuerpo con rudeza. Como su asqueroso miembro entraba y salía de mi centro sin mi permiso, como se centraba únicamente en su placer, como retorcía mis senos en sus manos para escuchar mis quejidos de dolor, como me llamaba prostituta y me recordaba mis perdidas, como se corría dentro de mi vientre oara engendrar sus bestias.

Porque a quién mataron por ser una bestia, un animal era más humano, más amable, más cuidadoso y amoroso que a él que si consideraban humano.

Pero, ¿Qué nos hace humanos? ¿La capacidad de razonamiento que no utilizamos porque nos dejamos llevar por los sentimientos? ¿O es qué ser humano es ser cruel, matar por lo que deseamos, destruir al más débil por diversión, oprimir al diferente? ¡Sí, eso es ser humano! ¡Somos bestias alardeando de sabiduría e inteligencia! ¡Si eso es ser humano, no quiero ser humano! ¡Entonces Mi Lobo era una bestia!
_________

Los días pasan y es la misma rutina.  Me niego a comer y él me tira la comida dentro de la boca o incluso en la cara y cuerpo para luego mandarme a ducharme y al negarme tener otra lucha hasta que me deja inconsciente.

Cuando vuelvo a despertar en la regadera y en mi aún hay huellas de su acto.  Luego con frustración me lavo con tanta fuerza hasta dejarme moretes...  Más de los que me deja él.

Ya no aguanto esto llevo dos meses así.  Se que debía vivir por los tres pero esto es crueldad.

Escucho que abren la puerta donde me tiene confinada.  Guardo la daga en mi corsé.

Salgo a encontrarlo y él sonrie. 

Se acerca y agarra mis mejillas. Me suelto y él levanta su mano con resistencia dejo que él inspeccione mi rostro con sumisión.

-Los moretones y la inflamación ya están sanando- dice y niega- Es en serio una lástima golpear un rostro tan bello pero no me dejas opción.  ¿Por qué no dejas que yo disfrute de tu cuerpo si soy un humano?  Tú ya te acostaste con una verdadera bestia.

-El Lobo tenía más de lo que ustedes consideran humano y ternura de la que tienes- le espeto.

-¡Vaya!  Al fin me dirige la palabra- se acerca y yo agarro la daga.

Antes que hable clavo la daga en su cuello en la parte izquierda y luego la saco.

Cuando veo la sangre derramarse en ríos de la herida y sus ojos vaciarse de emoción para luego caer inerte al suelo, sonrió.

Luego acerco la daga a mi corazón y lo traspaso, el dolor no es satisfactorio.  Traspasa mi alma,  el frío repentino,  la incapacidad de moverme y luego la tranquilidad antes de caer y escuchar un pequeño ruido sordo pero ya no soy consciente del grito de una mujer y los pasos alborotados de sus hombres.

Al fin nos reuniremos en la eterna oscuridad, en la eterna inconsciencia de la muerte; Allá te encontraré con tus brazos amorosos esperando por mi, con nuestro hijo en manos; Allá moriré feliz, Mi Lobo Feroz.

¡Hola!

Aquí terminó la historia. 

Gracias por seguirme en este proyecto, que es uno de los más exitosos que he tenido, gracias a ustedes, por su paciencia, por sus comentarios de apoyo, por sus votos, por seguirme.

Un lector es la razón por la qué el escritor no se rinde, y ustedes son mi más grande motivación.

Ya está editada la historia.

Espero tenerl@s en el que iniciará la segunda o última semana de noviembre. Pero ya está publicada y pueden pasarse a mi perfil y verla se llama Sálvame.

¡¡Buen Día!!

                        Apollymi  Darlow

CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO FEROZ Where stories live. Discover now