Capítulo 11

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Cuando me despierto por los rayos de luz que perturban mi pesado sueño me acomodo más en la almohada, que es cálida aunque no tan suave.

Abrazo la almohada que tiene una forma extraña, aunque un aroma a vainilla y pinos que me gusta, la aprieto tan fuerte que esta gruñe en respuesta para luego moverse un poco, gruño y me aferro a la almohada que gruñe de nuevo molesta.... ¡¿En qué estoy acostada?!

Me levanto rápidamente y me golpeo con algo, me quejo mientras acaricio la parte afectada.

-¿Estás bien, Caperucita?- pregunta

-¿Dominik?- pregunto confundida dejando de acariciar mi cabeza- ¿Qué haces aquí?

-Me quedé para cuidarte- dice mientras acaricia su barbilla- Ahora que no había quien las protegiera me tome la libertad de quedarme. - se estira moviendo el cuello, al estirarse puedo ver un poco de abdomen... Debo admitir que es más trabajado de lo que parece. - Lo siento, si te incómoda.

-No, en absoluto- digo levantándome del sofa- Agradezco lo que hiciste.

El me sonríe de una forma tierna.

-Pero ¿Cómo terminé dormida en tu regazo?- pregunto, al escucharme él se sonroja y balbucea un poco.

-Bueno... Pues- empieza a tartamudear un avance.

«Te vió dormida en la esquina del sofá después de tanto llorar y se tomó la no merecida ni necesaria libertad de apoyarte en su regazo» gruñe en mi mente y me sobresalto «Él no tenía porqué quedarse, YO te estaba cuidando, siempre lo hago».

-¿Lobo?- susurro y Dominik me mira extrañado pero agradecido.

-¿Qué sucede? - pregunta curioso aunque parece aliviado del cambio de tema- ¿Le temes a los Lobos?

Si él lobo es, en el  sensual hombre que estoy pensando no me desagrada en lo mas mínimo.

«Gracias por lo de sensual, así que ¿Es una declaración?»

-¿Cómo escuchaste? No hablé- digo sorprendida.

—Claro que sí— me responde Dominik

«Puedes elegir que pensamientos puedo escuchar y cuales no, obviamente ese lo escuche fuerte y tentador»

¡Yo no elegí que lo escucharás!

«Bien, dicho de otra manera puedo escuchar cuando te hablas a ti misma» escucho su risa «Creo que deberías de prestarle atención a el chico, Ya empieza a creer que estás loca»

—¿Estás bien?— pregunta

—¡Claro!— exclamo rápidamente— Pero necesito tomar un baño.

—¡Por supuesto!— dice con demasiada fuerza sonrojándose para luego levantarse— Si necesitas algo no dudes en decírmelo.

—Gracias, Lo haré — le sonrio y escucho como gruñe el Lobo

«No, no lo harás»

Cállate

«Ven a mi casa y callame... de un beso si es posible»

Se que me estoy sonrojando y la cara de Dominik empieza a denotar confusión, ¡Oh, si! El chico creerá que estoy loca.

—Hasta pronto—hablo despidiéndolo y abriéndole la puerta.

—Hasta pronto— agarra mi mano y la besa— Morgiana.

¿Qué paso aquí?

«Le voy arrancar la boca y las manos por atreverse a tocar y besar así a mi chica»

¿Ahora soy tu chica?

«Desde que naciste, Hoy y siempre Caperucita Roja tu destino fue sellado con el mío y nunca lo dudes».

—¿Morgiana?— me llaman, doy la vuelta veo a mi madre con mala pinta y sus ojos cristalinos— Dime que fue una pesadilla— susurra y cuando niego se vuelve a derrumbar al piso mientras llora— ¿Por qué me pasa ésto a mi?

—Madre— susurro para luego abrazarla— Lo siento tanto— sollozo aferrandola a mi más fuerte— Te quiero.

—No fue tu culpa Morgiana— dice entre sollozos— Es sólo que yo tengo la mala suerte que a quien amo se muere.

—No digas eso Madre— le digo angustiada por la mirada que lentamente se forma en sus ojos.

—Aparta de mi, Caperucita— dice alejándose— Ya tienes diecisiete y estás en edad de casarte, además Dominik pidió tu mano en matrimonio.

—No me siento lista— le digo levantándome abruptamente— No lo amo, no a él.

—Será mejor— dice— Así su perdida no te dolerá , Te casaras dentro de ocho meses. Hoy le diré a Dominik que aceptaste y ninguna queja sobre esto Morgiana.

Y así mi corazón se estrujo, no muy lejos el aullido de un Lobo triste y solitario se escucho desgarrando mi alma del dolor

—Madre, amo a otra persona— le susurro, suplicando con la mirada— Lo amo desde pequeña.

—Es una lástima— dice fría y se va a su recamara— Él no tiene mi aprobación.

Sin más salgo corriendo al bosque las lágrimas empañando mi vista hasta que caigo al suelo y me quedo allí sollozando.

¿No dijiste que el destino nos unió? Entonces ¿Por qué se empeña en separarnos?

¡¡Hola!!

Agradezco a los que votan, leen y Agradezco muchísimo a las personas que se estan suscribiendo son de apoyo y alegría.

Debo decir que este proyecto sólo va a tener máximo 20 capítulos y mínimo 15 pues es historia corta y ya se alargo un poco.

Igualmente gracias por todo, Los quiero muchísimo

¡¡Buen Día!!

CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO FEROZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora