010.

2K 350 186
                                    

 — Ven conmigo.  

Suspiré, realmente no quería estar a solas con Liam, pero tenía un orgullo demasiado grande para proteger, y nuevamente no permitiría que el castaño ganará esta clase de extraña competencia. 

— Pero dame tu casco — gruñí. 

— Por supuesto que no, mariposa. 

El apodo hizo que rodara los ojos, más el hecho de que no me prestaría el protector que me aseguraba no perder la vida de tener un accidente. ¿Por qué tenía que ser tan idiota?  Exhalé, sin importar cuánto me quejará, necesitaba hacer esto de una vez por todas. Temeroso, pasé una de mis piernas a través de la motocicleta, colocado detrás del mayor con extremada dificultad. Joder, era la primera vez que subía a una de estas cosas y realmente esperaba que fuese la última. 

Una vez seguro en la parte trasera, golpeé el hombro del contrario como si fuera un pequeño aviso de que podía avanzar.

 — ¿No me abrazarás? — Se burló, girando la cabeza hasta dar conmigo. — Podrías caerte. 

Casi quise arrancarle los ojos, pero me contuve. Liam no valía desperdiciar toda mi preciosa juventud en la cárcel. Además, me consideraba demasiado niña, no aguantaría estar encerrado con posibles enfermos mentales. Aunque, pensándolo de otra manera, de encontrar a mi emperador no me quejaría en lo más mínimo.

Hice una mueca, de nuevo, estaba mezclando mi vida real con un fanfiction.

Fastidiado a sólo niveles que Liam podía llevarme, deslicé mis brazos alrededor suyo, odiando cada centímetro de su bien proporcionado cuerpo musculoso; caliente bajo mis palmas cuando se encontraron con su abdomen.

Liam no dijo nada, pero por alguna razón, sabía que sonreía. Fue poco tiempo que pasó antes de que pusiera el vehículo de dos ruedas en marcha, y María de todos los Santos, juro que dejé mi alma en la calle pasada apenas arrancó el motor. 

El mayor conducía como el demonio mismo, y de no ser porque tenía demasiado miedo incluso hasta de respirar, hubiese mirado hacia atrás para comprobar si alguien nos estaba siguiendo. Digo, por la manera en la que conducía daba la impresión de que eramos prófugos de la justicia. 

Supe que estaba gritando cuando percibí mi garganta seca; además, las sacudidas en el cuerpo ajeno me dieron la impresión de que Liam se estaba burlando de mí, o bien, por lo menos se reía de mi cobardía. ¡No era mi culpa! ¿Alguien le había dicho al muchacho que podíamos morir de seguir en esa velocidad? 

No supe cuánto tiempo pasó mientras permanecía aferrado a él, aplastado y oculto contra su espalda. Liam era extrañamente reconfortante, de una manera retorcida (¿y tal vez psicópata?). Podía contar como un bonus extra el no escucharle, aunque estaba seguro de que me quedaría extremadamente callado si tuviésemos la oportunidad de hablar. 

De pronto, miles de pensamientos golpearon las paredes de mi cabeza, causando que hasta lo más mínimo me preocupara. Podía soportar el hecho de convivir con el castaño cuando ambos estábamos borrachos hasta los calcetines; pero, ¿sobrios? ¿Qué nos diríamos? Seguramente no tenía nada en común con el estúpido cavernícola, ni lo más mínimo.

— ¡Zayn! — Su voz sonó rasgada por el viento, a pesar de haber disminuido la velocidad. Apreté mis brazos para darle a entender que lo estaba escuchando. — Abre los ojos.

— ¡¿Qué?! ¡No! — Grité, clavando los dedos en su piel, por encima de la remera.

— ¡Vamos, Zayn!  

Realmente no quería hacerlo, pero la curiosidad picó tanto dentro de mi cabeza hasta que mis parpados se abrieron sin que yo les diera la orden. Mis extremidades superiores sujetaban su torso con fuerza, como si quisiera arrancárselo; pero él no se quejó, y yo no tuve tiempo de decir nada al respecto.

El viento chocó contra mi rostro apenas apoyé el mentón en el hombro de Liam. Tuve que parpadear para acostumbrarme al viento, y aunque de vez en cuando me hacía lagrimear, por nada del mundo cerraría los ojos ante lo que estaba viendo.

No sabía en dónde nos encontrábamos, era una parte de la ciudad que desconocía por completo. Tranquilidad se respiraba por todas partes, y pocos vehículos circulaban a nuestros lados. Sin embargo, eso no llamaba mi atención, sino más bien el hecho de que... La sensación de ser libre era impresionante.  

Sinceramente, no sé explicarlo si me preguntan qué se siente, pero veamos si puedo hacer lo mejor posible. Es como subirte a una montaña rusa por primera vez, sabes lo que pasara cuando bajes, y estás ligeramente consciente de que tu estómago se revolverá cuando caigas en picada. Pero no te importa, no le prestas atención al cosquilleo de tus brazos en el momento que los alzas y gritas; gritas tan fuerte como tus pulmones te lo permiten. Gritas por la adrenalina, por la emoción, por el simple hecho de que eres libre en unos pocos minutos.

Tampoco te importa nada, y es que... ¡¡joder, eres joven!! Los problemas se los lleva el viento, no puedes concentrarte en nada; estás viviendo el momento simplemente porque puedes vivirlo. ¿Qué más da si tu vida está destruida? En ese corto lapso de tiempo, estás riendo y sonriendo y gritando porque... ¿Por qué? No hay respuesta, simplemente lo haces. 

Y así, dejé uno de mis brazos totalmente enganchado en el torso del mayor, pero el otro lo elevé. Levantándolo por encima de mi cabeza, eché ésta misma hacia atrás mientras gritos salían de mi boca. Lo sentía. La sangre correr por mis venas, mi corazón golpeando mi pecho, mis cabellos alborotados por la brisa. Todo se intensificó, todo era tan perfecto. 

— ¡La vida vale la pena, Zayn! Nunca te asustes de ella. 

¿Eso lo dijo Liam? O, ¿fue alguna ilusión de mi cabeza? 

Hice una mueca, no podía estar muy seguro. Con toda la emoción, quizá el mismo viento me lo estaba susurrando. ¿Qué? No se atrevan a juzgar. Me sentía lo suficientemente poético como para hacer esa comparación.

Sin importar si era Liam o la vida quien me daba aquel consejo, sabía que tenía razón. Solamente esperaba no acobardarme en un futuro de todo esto, porque ser una persona arriesgada no estaba en la lista de mis adjetivos calificativos. 

.

.

.

.

.

.

.

.

N/A: Hey, chicos, tengo problemas con el archivo en donde escribo todas las historias (cries), lo que significa que no puedo abrir viejos capítulos; sólo por wattpad. Tampoco puedo escribir nada, así que éste lo hice desde la aplicación y sinceramente no me gustó sajhfasf. Intentaré solucionar el problema esta semana, pero pues mucha paciencia en eso de las actualizaciones :c. También quienes lean mi fic Promesa Eterna (que es Larry, lean si todavía no la conocen) es lo mismo.

No se desesperen que seguiré publicando.

Los amo por comentar, votar y leer; son los mejores.

xoxo.

Psdt: Créditos a la escritora del fic mencionado. Una estrellita a quien se lo sepa[?].

Wattpad Boy. {ZIAM}Where stories live. Discover now