004.

2.2K 401 336
                                    

La burlona sonrisa del castaño me hizo darme cuenta de que lo estuve observando durante más tiempo del permitido. Pero, esperen, ¿qué hacía aquí él? Parpadeé, confundido, intentando recordar si le había dicho a qué universidad asistía. No, por supuesto que no. Él ni siquiera me dio tiempo de respirar la noche pasada; además, ¿por qué demonios le contaría eso?

— ¿Me estás acosando? — Solté lo primero que se me vino a la mente. Él pareció ofenderse ante tal cuestionamiento, porque perdió la ridícula sonrisa del rostro.

— ¿Te parece que eres alguien a quien vale la pena acosar?

Sin poder evitarlo, apreté los puños con fuerza hasta casi sentir las uñas clavándose en mis palmas. ¿Cómo se atrevía a decirme eso? Sabía que no era interesante, por supuesto, normalmente solía ser un inadaptado del rincón; pero no por eso debía recordarme que no merecía la pena ser perseguido.

Un minuto, ¿por qué me estaba deprimiendo ante su comentario? Liam no era nadie, nadie para mí. Un grandísimo estúpido que usaba su cuerpo como excusa para ofender a los otros. No, no debían de herirme comentarios de un cavernícola sin cerebro.

— Eres una molestia — murmuró, sacándome de mis pensamientos.

— ¿Qué demonios dices?

— Que me molestas, imbécil.

— ¡Ni siquiera te conozco! — Grité, exasperado por una persona que me importaba menos que la mierda de una vaca. — Pero, ¿sabes? Eres tan predecible. El típico chico malo de la escuela, ¿no? Déjame decirte algo... Eres un estúpido, patético, patán y un gran cabrón que su pene dejará de funcionar a los cincuenta años por tantas drogas consumidas. Permiso.

Las palabras me habían salido como cascada de la boca, sin poder detenerlas. Las últimas semanas tenía demasiado estrés acumulado sobre mis hombros. Tanto enojo contenido, tanta frustración, que no me importaba desquitarme con alguien que no se lo merecía. Excepto que Liam se había ganado a pulso mi odio, por lo que no debía sentirme culpable si hería sus sentimientos o no.

Dando por finalizada aquella absurda conversación, me di la vuelta en dirección hacia mi mejor amigo, pero algo me impidió que siguiera avanzado. Una vez más, Liam me tenía bien sujeto de la muñeca, provocando que girara bruscamente hasta que nuestras miradas se encontraron.

— Empiezo a hartarme de ti — aunque su tono fue bajo, sonó de lo más agresivo, y no pude evitar sentir miedo por mí. Sus dedos apretaron con fuerza mi piel, pero no hice ningún comentario al respecto. — Los niños presuntuosos como tú son un verdadero dolor de cabeza. Te crees que lo sabes todo, ¿no? Probemos si esa parte de ti puede modificarse.

Quise huir, tironeando de su agarre para que me soltara, pero él era más fuerte. Nunca antes me habían tratado de esa manera, por lo que no sabía qué hacer en caso de estar en peligro. La gente solía ignorarme, nunca abusaban de mí, ni siquiera cuando era niño. Era normal estar aterrado, ¿no es así?

— Hey, Payne.

Liam se tensó, así que supuse que le estaban llamando. No sabía de quién se trataba, pero la voz del desconocido sonó lo bastante demandante como para hacerle entender al castaño que me soltara. Lo que, afortunadamente, sucedió.

Unos segundos después, me estaba apartando de él, llevando mi herida muñeca al pecho para verificar daños. De un momento a otro, Harry estaba ahí, observándome con enormes ojos mientras me pedía sin palabras la mano para revisar las marcas. Él era muchísimo más delicado que yo en cuanto a sanación.

— Tomlinson.

Por encima del hombro de Harry, mi visión se concentró en un grupo de tres chicos liderados por Louis, el pretendiente especial de mi mejor amigo. No teníamos una increíble relación de amistad entre nosotros, pero me respetaba y cuidaba; aunque estaba convencido de que esa protección se debía más por el rizado que por ser yo.

Ser el mejor amigo de Harry me proporcionaba seguridad absoluta, lo que quería decir que el equipo entero de fútbol americano se asegurarían de mantenerme a salvo. De nuevo, todo porque su líder lo hacía como un favor para conquistarlo. Pero, aunque fuesen amables conmigo, no me consideraban su amigo. Así que no hablaba con ellos, y eso no me agradaba del todo.

— Te explicaremos cómo son las cosas aquí, Liam — el mariscal de campo se acercó lentamente hasta el contrario. Louis tenía una sonrisa en el rostro, pero era aterradora. El chico podía ser más bajo que Liam y aun así causar miedo. — ¿Tú ves a ese chico de ahí? Bien, se llama Zayn. Si tú intentas, una vez más, tocar, aunque sea sólo un cabello de su cabeza para hacerle daño... Estarás fuera del equipo.

Fui consciente del cambio en Liam cuando mencionaron su salida, tan repentino que incluso creí imaginármelo. Su rostro, modificado por algunos segundos, mostró la expresión más vulnerable de todas. Era la misma cara (lo sabía por Harry) que ponía cuando me enteraba que mi libro favorito estaba agotado, o al averiguar que el fic se quedaba atorado en la parte más interesante y tardarían una eternidad en actualizarlo.

La misma expresión que alguien pondría si le estuvieran diciendo que le arrebatarían lo único que le hacía continuar en la vida. Pero, seguramente fue una ilusión creada por mi maldita cabeza que no deseaba ver la verdadera maldad en el corazón de las personas.

— ¿Hecho? — Soltó Louis.

— De acuerdo — Liam no parecía aceptarlo, pero a veces teníamos que hacer cosas desagradables para continuar con las que amábamos.

— Ahora... — Louis sonrió un poco más, hasta que sus ojos se arrugaron. Conocía esa expresión, y estaba seguro que lo siguiente no me agradaría del todo. — Pídele perdón a Zayn.

Un susurro de dolor se escapó de mis labios, lo suficientemente tenue para que sólo Harry lo oyera. Éste dejó caer mi muñeca con cuidado a la vez que enarcaba una ceja, tardando cierto tiempo en notar que mi sonido de perrito moribundo era más por las palabras de su chico que por mi piel dañada.

— Louis, no creo que Zayn quiera eso — dijo Harry en mi defensa, girándose para ver al castaño. Adoraba que Styles me leyera la mente, pero había sido demasiado tarde. Liam ya se estaba acercando a nosotros.

Harry intentó colocarse en medio de los dos, evitándome más daño, pero Liam lo esquivó lo suficientemente bien para que quedáramos sólo él y yo. Su cuerpo, rígido tal roca, demostraba la incomodidad de todo aquello. Abrí mi boca para decirle que no era necesario, pero la cerré ante sus encendidos ojos color miel.

— Lo... lo siento — dijo entre dientes, formando una mueca con los labios como si las palabras le causaran dolor.

— No importa...

Él asintió, dirigió una fugaz mirada a Louis y se fue a paso veloz de donde estábamos. Justo cuando se perdió de vista, el aire abandonó de golpe mi caja torácica, advirtiéndome que lo contuve por mucho tiempo.

— Harry... — Murmuré. No necesité más que pronunciar su nombre en voz alta para que éste me rodeara con sus brazos, aplastándome contra su pecho en señal de defensa. Permití que lo hiciera porque en verdad deseaba su soporte.

Escuché vagamente cómo el rizado le agradecía a Louis y sus amigos por la ayuda, pero lo demás fue un zumbido constante en mis oídos. Simplemente me aferré a Harry, permitiendo que el peso del mundo lo compartiéramos entre ambos. Estaba agradecido por tenerlo de mejor amigo.

Wattpad Boy. {ZIAM}Where stories live. Discover now