007

2.3K 387 509
                                    

Liam se encontraba justo ante mis ojos. Vestía todo de negro, como si fuera un agente secreto en una misión encubierta (vale, debía dejar las películas de acción o comenzarían a perturbar mi mente como en este momento). Los converse, jeans ajustados, remera apretada y resaltando sus músculos; añadiendo, para finalizar su toque matón, la maldita chamarra de cuero.

¡¿Quién carajos se dejaba la chaqueta puesta con el calor que hacía?! Rodé los ojos, lo que hacía este tipo para mantener su pinta de hombre imponente y dominante.

— ¿No tienes algo mejor que hacer, Liam?

Las palabras salieron de mi boca sin siquiera pensarlas primero, triturando cada letra entre mis dientes. No era como si estuviera buscando algún tema de conversación con ese sujeto, no, en lo absoluto; simplemente deseaba encontrar la manera para que se largara de mi vista.

— En realidad, sí — contestó éste, moviendo su cuerpo hasta que consiguió acercarse a la barra. Unos segundos después, se giró de vuelta, con cuatro botellas de diferentes alcoholes sostenidas con agilidad entre sus brazos. — Pero siempre es un placer molestarte, bonbon torréfié.

Las últimas palabras del castaño se deslizaron suavemente por mis oídos, agua entre mis dedos, y no supe diferenciar si el arrastrar la oración se debía a su ebriedad o porque el idioma -identificado previamente como francés- así lo requería.

Hice una mueca de disgusto, ¿Liam se creía que con un par de palabras bonitas en un idioma extranjero e increíblemente seductor olvidaría todo lo que hizo? No, señor, yo no era tan fácil. Además, sabía que su estado pacifico se debía sólo a los quien-sabe-dios cuántos vasos ingeridos con líquidos desconocidos.

— ¡Payne! — Gritó algún sujeto entre la multitud. — ¿Qué esperas para traer tu gordo trasero hasta acá? Comienzo a recuperar el conocimiento.

Liam puso los ojos en blanco, pero no respondió a esa orden. En realidad, su mirada seguía clavada en mí, perforándome. Muy en el fondo quería retorcerme, incluso cortar de golpe la conexión; pero no dejaría que me fastidiara de nuevo. ¡No era un marginado! Liam debía aprender eso. Jamás sería su entretenimiento.

— ¿Se te perdió algo? — Gruñí por fin. Él negó, encogiéndose de hombros.

— ¿Quieres venir a jugar?

Parpadeé, confundido. ¿Podía leerme la mente? «Oh sí, Liam, fóllame duro. Vamos, destrózame el culo» pensé inmediatamente, creyendo que aquello causaría alguna impresión en el ajeno de poder saber lo que pasaba en mi cabeza. Pero Liam seguía tan serio como siempre, y yo quise darme una patada en el trasero por cavilar semejante barbaridad.

— ¿Qué te hace pensar que yo quiero estar cerca de ti?

Él sonrió, o eso pareció, apenas una comisura de sus labios alzada en el nacimiento de una nueva sonrisa burlona. Pero el gesto desapareció, y la expresión de come-mierda reemplazó éste; añadiendo, además, que parecía un tanto aburrido con la conversación.

— Me olvidaba que eres muy marica como para estar con los hombres, ¿verdad?

Creí que me salía humo por las orejas, joder. ¡No dejaría que me pisoteara con tanta facilidad! Sabía que no debía caer ante sus provocaciones o lo lamentaría mucho en un futuro, pero el idiota se estaba pavoneando en mi cara, insultándome cada que nos encontrábamos como si tuviera todo el derecho del mundo. Debía callarle ese hocico de perra que tenía.

Me giré sobre mis talones sin decir nada, esperando no haberme visto tan diva como lo fui en mi mente, y caminé hasta donde escuché el llamado hacia Liam. Por supuesto, éste me siguió. Percibía cada uno de sus pesados pasos detrás de mí a pesar de la estruendosa música.

Wattpad Boy. {ZIAM}Where stories live. Discover now