19.

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Sigues caminando con el fin de ir a la casa de Will, lo hiciste demasiado  rápido para llegar pronto. Cuando llegaste, tocaste la puerta con golpes no tan fuertes, pero con el sonido adecuado para que él escuchara.

Él salió, te vio de pies a cabeza muy confundido, y como si se tratara de un hombre que estuvo todo el día en el trabajo sin detenerse aunque sea por pequeño tiempo de descanso, suspiró cansado.
—Perdón por todo, Will—Decías con pena, aunque te gustaría no pedir perdón por algo que no puedes controlar: Que te guste él.
—Perdón a ti, por lo que voy a hacer ahora—Dijo Will y te besó, tú lo seguiste sin vacilar.

Él cuando te besó sentiste que todo el mundo se detuvo por unos segundos, pusiste tus manos en su cabello y él puso sus manos en tu cintura, sentiste el mejor sentimiento de la vida, incluso mucho más que el beso de Hannibal.

Sus labios eran adictivos, era como si quisieras besarlo siempre, tu corazón latió fuertemente. No querías abrir los ojos, no querías que esto acabe, solo querías recordar esa escena por siempre.

Cuando se separaron, ambos se miraron perplejos.

—¿Por qué me miraste como si fuera una loca en la mesa?—Arruinaste el momento olímpicamente.

—Sentía como si algo estuvieras ocultando—Todo lo decía siendo sincero.

—Sí, ocultaba dolor, decepción y falsas esperanzas—Intentaste de ser sincera igual que él.

—¿Se cumplieron esas esperanzas?—Él se acercó peligrosamente a ti.

—Alguna de ellas—mentiste, la única esperanza que tenías era un beso.

Él sonreía y sentiste que el control volvía a tu cuerpo, no era como cuando estabas sola o con Hannibal, que sentías como si el control se extinguiera, la tranquilidad volvía a tu cuerpo nuevamente, el control, aquella cordura, con él todo era distinto.

—Deseo que no te disculpes cuando creas que me molesta que sientas algo por mí—sus dedos acariciaban tu mejilla—Porque no me molesta en lo absoluto.

—¿Por qué no te molesta? No sientes lo mismo que yo—Bajaste la mirada aguantando tus lágrimas.

—Si no sintiera lo mismo que tú no te habría besado—Will te miró divertido.

—¿Te gusto?—Dijiste nerviosa por su respuesta, tu corazón estaba a punto de salirse del pecho.

Will se quedó pensando unos segundos hasta que perdiste completamente la esperanza, y te regañabas a ti misma mentalmente por preguntar eso.

—Cada vez que te miro mi corazón late muy fuerte, cada vez que te acercas, siento que el tiempo se acaba-Miraba al piso, estaba temblando y eso hacía que las palabras le sonaran temblorosas—no sé...supongo que me gustas.

Ambos miraban al piso, luego al mismo tiempo se miraron a los ojos, cada vez que sus miradas se juntaban sentían que sus pulsos se aceleraban, era una conexión mágica. Se miraban provocando un sentimiento nervioso entre los dos, ambos sabían que decían y que pensaban con mirarse a los ojos, el silencio es cómodo, eso favorecía que sus ojos se conectaran entre sí, para completar la acción, él te acarició el cabello y tú te apoyaste en su cuello, ambas respiraciones sonaban a la par, al mismo tiempo, como dos almas conectadas, como si el mal se convirtiera en bien con mirarlo a los ojos y el tiempo se detuviera con tocar un poco de su piel. Ambos rostros se acercaron iniciando un beso, uno profundo, uno tranquilo, esa muestra hacía que tus manos temblaran al igual que las de él, estaban nerviosos que ninguno de los dos tenía control de su cuerpo.

Ambos se separaron y se seguían mirando a los ojos, temblabas más que antes, tus mejillas se pusieron rojas hasta el punto de cubrirte la cara con tus manos, él te las quitó rápidamente, acariciando con sus dedos tu cabello, era un sentimiento reconfortable. El mundo volvía a la normalidad cuando todo terminó, se volvió aburrido, como si quisieras vivir a través de su mundo, uno escalofriante y tétrico por las pesadillas.

—Me iré a dormir—Él dijo sin previo aviso.
Él se dio media vuelta y entró a su habitación, tú suspiraste y trataste de dormir en la habitación de al lado y no pudiste, tenías miedo.

Temblabas porque las pesadillas llegarían nuevamente, una vez más te despertarías con sudor y con mucho miedo, a pesar de todo decidiste cerrar los ojos, al momento de hacerlo recordaste  el cuerpo de Debora en el piso, eso te provocó desprecio, odio y a la vez satisfacción, te dio felicidad ver ese cuerpo con sangre en el elegante piso de Hannibal, y con éste mirando sorprendido y a la vez satisfecho.
Con éste pensamiento, te era imposible dormir. Cuando saliste de tu habitación, Will estaba ahí. Sabías lo que había pasado, él te miró y entendiste todo con su mirada, tú lo seguiste a su habitación, él se acostó en un lado de la cama, tú cerraste la puerta de la pieza y te acostaste en el otro lado de la cama, ambos estaban nerviosos, hacían esto por las pesadillas, ambos furtivamente se dieron las manos, tu dedo acariciaba su dedo pulgar de forma suave.

Ambos cerraron los ojos, dispuestos a dormir, ambos se tomaron más fuertemente de las manos, era una sensación de miedo, pero a la vez era tranquila, ambos tenían miedo por tener pesadillas en la noche, llegaron a un momento en el que el ambiente estuvo silencioso y se escuchaban sus respiraciones, éstas no eran tranquilas pero se sentía bien escuchar su sonido y que ambos estuvieran haciéndolo al mismo tiempo, esto te tranquilizaba, el miedo era menor que antes, ya no era tan fuerte, sus manos aún estaban juntas, se sentía tan bien.
Comenzaste a sentir cansacio, querías dormir, tenías demasiado sueño, es la primera vez que sentías ese sentimiento, antes de las pesadillas no recordabas si habías sentido algo así, no crees que algo parecido, no querías recordarlo, querías vivir el momento, querías sentirlo, querías recordarlo, era el mejor sentimiento que pudiste haber vivido en tu vida. Sentías como que Will ya se había dormido, tú aún no, estabas preocupada capturando el momento que creíste que jamás vivirias, y lo hiciste con un chico que al principio conocías vagamente, conocerlo no sabías si fue para mejor o peor, pero ya no importa, es tarde, te enamoraste de Will Graham.

Recuérdame. (Will Graham)Where stories live. Discover now