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Despertaste cansada, era una cama grande, cuando quisiste pararte te lo impidió una cadena que estaba con candado en tu brazo amarrado a la cama, bufaste y te volviste a acostar.

-Hiciste mal, estúpido-Gritaste para que entendiera aunque sabías que comprendería de todas maneras-Debiste haberme matado.

-¿Quién dijo que no lo haría?-Dijo Hannibal entrando con un cuchillo a la habitación, mientras lo acariciaba con el dedo pulgar, índice y medio. 

Tú intentaste escapar, pero te olvidaste de la cadena y cuando estabas dispuesta a correr, la cadena te lo impidió, el brazo te dolió al instante. Tú miraste con odio a Hannibal y él burlo con una sonrisa. 

-¿Quieres morir?-Dijo Hannibal apoyando su cuchillo en tu cuello.

-Sería demasiado trabajo para ti esconder dos cuerpos-Dijiste para luego reírte de una manera distinta a las demás, de una forma cínica.

-No confío en ti para sacarte la cadena, te quedaras a aquí hasta que yo lo considere necesario, y no tienes derecho a burlarte de mí-Dijo y se dio media vuelta dispuesto a irse.

-¿Qué?-Gritaste-¿Me quedaré hasta que tu mente decida confiar en mí?, ¡Duraré mil años encerrada en el cuarto!

-No estoy de humor para niñas caprichosas como tú-Comentó Hannibal con enojo, estaba cansado de tus juegos sin sentido-

-¿Y su gentileza?, ¿Dónde quedó su respeto?-Te burlaste de él.

Hannibal se acercó peligrosamente a ti quedando a centímetros de distancia.

-¿Algún problema con eso?-Dijo hablando y sentiste su respiración.

Tú lo besaste por un impulso, él lo siguió, le mordiste el labio tan fuerte que pudiste sentir la sangre brotar de ellos, cuando se separaron él te tocó con sus dedos el labio y lamió la sangre de ellos.

-Aún no confío en ti-Dijo y se fue de la habitación dejándote sola.

-Estúpido-Susurraste y luego te rendiste de intentar salir de ahí.

Después te dieron ganas de dormir y lo hiciste inmediatamente, cerraste los ojos lentamente.

Abriste los ojos en la casa de Hannibal, no tenías la cadena en tus brazos, abriste la puerta y la cerraste detrás de sí, cuando llegaste al elegante salón, viste una escena horrible, eran un montón de personas muertas, observaste la mesa y estaba con comida que parecía tentadora comer, te acercaste a ella, pero cuando estabas a punto de tocar la comida, ésta desapareció, miraste a tu alrededor y estaba todo vacío, las personas muertas no estaban, quedaba alguna de su sangre en el piso, porque el resto se hallaba en tu ropa.

Despertaste de aquel horrible sueño, lo peor de todo es que seguías con la cadena en tu mano, tu respiración era agitada y te miraste en el espejo de la habitación, recordaste a Will y lagrimas salían de tus ojos, ¿Era necesario matar a Debora?, el impulso había acabado, o eso querías creer.

Hannibal entró a la habitación con un gesto serio.

-Ven a comer-Dijo y te sacó la cadena.

Tú te paraste desesperada, cosa que hizo reír al psiquiatra, fuiste al salón principal saltando y cantando como una niña pequeña, pero cuando llegaste toda esa ilusión se detuvo, estaba Will y Alana esperando, tú miraste a Hannibal que venía siguiéndote y le pediste una explicación con la mirada, él pareció entender a tu pregunta.

-Los invité a comer, espero que no te moleste-Dijo Hannibal mirándote con un gesto para que dijeras que no te molestaba en lo absoluto.

Quedaste sin decir nada, la mirada de Hannibal te gritaba que dijeras lo que él quería que tú comentaras. Tú todavía no hablabas, miraste a Will y Alana, decidiste hacer lo que Hannibal deseara que tú manifestaras.

-No me molesta en lo absoluto-Dijiste haciendo una sonrisa tímida, pero parecía ser de confianza.  

Todos se sentaron en la mesa, Hannibal llevó el plato a la mesa y viste la carne de inmediato, te alegraste de que podías comer algo después de todo. Extrañabas ese sabor, Hannibal cocinaba tan bien.

Will te daba miradas disimuladas que tú pudiste captar, como de preocupación, las de Alana también conservaban el mismo sentimiento. ¿Tan demente te veías?

Luego los invitados se fueron, juntos, eso te molestó bastante pero querías soportarlo y así hiciste.

-¿Cómo puedes ser un demente y que nadie lo note?-Exclamaste captando la mirada de Hannibal.

-¿Te molestó las miradas de preocupación de Will y Alana?-Comentó con una sonrisa en su rostro.

-Sí, notaron algo extraño en mí-Dijiste preocupada-¿Crees que soy estúpida?

-No todos creen lo que tú piensas de ti-Hannibal hizo una mueca.

-No respondas como psiquiatra-Dijiste con una mueca de pena.

-No eres estúpida-Te acarició el cabello-no lo eres...

Luego él te abrazó y tú también lo hiciste mientras él te seguía acariciando el cabello, sentiste su respiración tranquila y los latidos de su corazón que permanecían con el mismo sentimiento, te sentiste pérdida entre su abrazo, nadie te había dado uno así.

-Me siento arrepentida por lo que le hice a Debora-Dijiste al punto de las lagrimas-Tú dirás todo...

-No lo diré, tenemos un secreto, pero hay una regla: Jamás dejes que yo no confíe en ti.-Su rostro serio te tensó provocando escalofríos.

-¿Y si no confías en mí?-Tu miedo se notó.

Él te acarició tu mejilla con sus dedos suavemente, él como respuesta a tu pregunta, sonrió.

Él se dio media vuelta dejándote con la duda de la pregunta que hiciste, pero igualmente sabías la respuesta, lo único que querías era que lo dijera él mismo.

Hannibal dijo que salgas para pensar, para eliminar los malos pensamientos. Tú lo hiciste sin pensarlo más veces, lo de Debora te preocupó tanto, pero no la muerte en sí, ¡La habías matado!, ¡Tú!, ¡Con tus propias manos!, ¿Era necesario hacerlo en un impulso?, no podías hacerlo en un callejón, en un lugar donde nadie sabría donde está, ¡No!, ¡Tenías que ser impulsiva y matarla en la casa de Hannibal!

Te sentaste en el piso y lloraste, perdiste todo tu tiempo sollozando porque eras una asesina, pero tú no lo hiciste, ¿fue un impulso, verdad?, ¡No querías hacerlo!, ¿Verdad?, ¡Te ganaron los impulsos!, ¿Me equivoco?, Tú nunca quisiste hacer esto y convertirte en una asesina, lo malo es que lo hiciste por un capricho y no por algo verdaderamente importante, es porque te amenazó y te enojaste por eso, no querías que te dijeran qué hacer, por eso la mataste, por eso eras una asesina, por eso eres la persona en que te convertiste.

Recuérdame. (Will Graham)Where stories live. Discover now