Entró un hombre.

-Soy Jack Crawford, escuché lo que dijiste, ¿tanto por Will?-Dijo burlándose.
-No debe espiar a las personas, no es decente-dijiste sonrojada.
-Tú dijiste eso en voz alta para que alguien lo escuchara, lamentablemente no fue quien esperabas-dijo con una sonrisa burlona.
-No se burle Jack Crawford-dijiste mirando a otro lado.
-Sería una pena que Will se entere-dijo sin mirarte pero observaba el lugar.
-Ya lo sabe-dijiste imitando su sonrisa de antes-¿Qué quiere?.
-Alana me contó que es la segunda vez que te pasa esto, y que según Will estás actuando extraño-dijo poniedo su rostro serio.
-Creo que hay alguien que me sigue-dijiste también con tu rostro serio.
-¿Por qué lo piensas?-dijo con una mirada curiosa.
-La primera vez vi a un hombre pero lamentablemente no pude verle el rostro ya que mi vista estaba demasiado borrosa, aunque ahora que recuerdo sentí que un dolor en el brazo y vi una jeringa.-dijiste bien segura.
-Gracias por tu sinceridad-Dijo con una sonrisa y sin más se fue.

Tu mirada estaba con decepción pensaste que te diría algo más, pero se fue, deduciste que no te creyó, esa era la posibilidad con más lógica.

-No me creyó...-dijiste entre susurros y lloraste-No...confió en mí.

Después te limpiaste las lagrimas y pensaste qué sería de ti, Will no te quería ver, Hannibal piensa que tienes una enfermedad, Alana también piensa igual, Jack Crawford no te creyó, ¿Qué sería de ti después de eso?.

Entró una enfermera y te miró con pena, luego entró el doctor.

-Señorita, usted está en condiciones de irse a su casa.-Dijo el Doctor con una sonrisa.

-Gracias-Dijiste con una sonrisa fingida que él no notó, o puede que si lo notó pero no le importa, conveniente.

Tú hiciste todos los tramites correspondientes y te fuiste de aquel hospital, te fuiste en taxi a tu casa, cuando llegaste, pagaste, viste a tu casa y salió una sonrisa de tristeza, hace tiempo que no estabas ahí.

Entraste, y todo estaba tal como lo habías dejado antes de irte de la casa de Will, todo igual, el silencio, los recuerdos, tus sueños se sentían en el aire, todo menos el silencio había desaparecido, ahora todo estaba sin esperanza, todo no tenía sentido, te acordaste de tus dos veces en el hospital, la primera fue buena ya que pudiste conocer mejor a Will, pero la segunda fue muy triste, esta vez estabas sola, en una casa donde cada vez que hablabas se escuchaba el eco, aquello era muy solitario, de eso no podías dudar.

Te preparaste café, te sentaste en tu sofá, tu mirada se perdió en aquel oscura, deprimente y silenciosa casa. Antes de Will, tu hogar te parecía más divertido. Maldeciste en susurros a aquel hombre.

En la puerta viste un cuerpo muerto, tus nervios aumentaron, sin energía te levantaste del sofá, el café estaba derramado en el piso, caminaste con dificultad, tu cuerpo se sentía débil, luego eran demasiados cuerpos muertos, no podías contarlos, el miedo te cegaba, eran muchos, no sabías qué hacer.

Luego despertaste asustada, te quedaste dormida en el sofá, viste tu puerta y no se encontraba nada ahí, luego te asustaste cuando te acordaste del café, notaste que lo único que se ajustó a la realidad del sueño es que el café se demarró en piso, suspiraste tranquila, los sueños cada día se volvían más reales, no podías contra eso.

Luego recibiste una llamada contestaste de inmediato.

-¿Si?-dijiste con una voz curiosa.
-¡Hola!, soy Will, perdón por llamarte a horas de la noche-dijo con un tono de disculpa.
-No te preocupes, acabo de despertar por una pesadilla.
-Yo igual, por eso te llamaba, no sé me sentía con el deber de ver si estabas bien-dijo con la voz temblorosa.
-Estoy bien Will, ¿Cómo estás tú?-dijiste ignorando su voz temblorosa.
-Bien, bueno adiós, trata de dormir-dijo y antes que tuvieras deseos de contestar, cortó.

¿Por qué demonios se preocupaba por ti?, él fue el quien decidió que te fueras de su casa, no debería interesarse por ti.

-Lo que sea que estés intentando hacer Will Graham lo conseguiste-Dijiste susurrando.

Te levantaste de tu asiento y te fuiste a tu habitación a dormir, pero una vez más la oscuridad jugó con tu mente, no pudiste dormir en lo que quedaba de la noche, estabas segura que Will lo hacía, Nuevamente él..., ese pensamiento, lo recordabas a cada momento, a cada segundo que podías, no te agradaba que una persona que fueras tú ocupara tanto tu mente, te preocupaba de verdad, qué está haciendo, realmente logró dormir, ¿Estaba pensado en ti en ese momento?, ¿O en Alana?, o mejor, Quizás en un caso que le preocupe o simplemente no está pensando en nada, y talvez esté durmiendo.

Era un misterio que estaría haciendo aquel hombre en este momento, la peor pregunta fue, "¿Estará pensando lo mismo que yo?", ¿Estará realmente interesado en lo que haces?. Tu sonrisa salió después de mucho tiempo, te olvidaste de la oscuridad, del silencio, de lo deprimente que era estar ahí, te olvidaste de todo y sin más te dormiste.

Abriste los ojos con la esperanza que despertaras en la casa de Will, pero no fue así, era tu aburrida, silenciosa y deprimente casa, sonreíste triste, te levantaste de tu cama. Fuiste a la cocina y te hiciste café, miraste por la ventana y te quedaste así por una media hora, luego cuando te diste cuenta, tomaste café y estaba frío, pusiste una cara de asco y lo terminaste de tomar para no desperdiciarlo.

Miraste el reloj y era demasiado tarde, hoy tenías el día libre por lo que te ocurrió hace días atrás y el tiempo que tuviste que pasar en el hospital.

Sentiste una llamada en tu celular, lo contestaste sin mirar.

-¿Bueno?-dijiste con un tono de cansancio.
-Hola...-escuchaste una voz grave y recordaste que era la de Hannibal.
-Hola Hannibal, ¿A qué se debe tu llamada?-dijiste tratando de no hacer tan obvia la voz de cansacio.
-Jack Crawford me contó lo que decías de Will a escondidas de todos-dijo Hannibal con una voz de burla.
-No jodas-susurraste-lo siento Hannibal, estoy un poco deprimida debió ser eso.
-Bueno, es eso... justo lo que quería hablarte...Will me dijo que no quería verte más, no puedes hablarle, nada.-dijo Hannibal con una voz triste.

Tu mundo se derrumbó. 

Recuérdame. (Will Graham)Where stories live. Discover now