Había comenzado a dudar de las palabras del moreno desde hacía mucho. Perdió la cuenta de cuántas supuestas llamadas debió haberle hecho ya a Mika. Las dulces mentiras que se había dedicado a contarle ya n surtían efecto, al contrario, estas se estaban acumulando cual bola de nieve la cual aplastaría a Yuu en cualquier momento.

A pesar de ello, Akane no se atrevía a encararlo todavía. Yuu-chan -como Mika solía llamarlo- se veía cansado, deprimido... melancólico; también parecía afectarle el tema de Mikaela, más de lo que parecía. Y quizá, solo quizá, ya era momento de enfrentar al joven de ojos verdes y preguntarle qué diablos sucedía, si Mika volvería o ambos tenían que olvidarse de él para siempre.

La pequeña no quería eso, ¡no, no y no! Necesitaba ver a Mika una vez más, tan solo una antes de que lo peor sucediera.

-Yuu-nii...

No alcanzó a pronunciar su llamado. De la nada sintió una opresión en el pecho, punzante y dolorosa, que le impidió respirar. Yuu se alteró al instante.

-¡Akane! ¡Akane! -La aludida no lo escuchaba con claridad, no pudiendo concentrarse en otra cosa que no fuera el dolor -. ¡Akane!

Pasado el shock, y aún sin saber qué hacer, Yūichirō salió de la habitación cual rayo. A los escasos segundos, regresó en compañía de alguna enfermera.

La enfermera parecía estar acostumbrada a ese tipo de situaciones. Manteniendo la calma, se acercó a Akane. La pequeña continuaba de igual manera, con el aire escapándosele del cuerpo. Al observar aquello, la enfermera gritó a Yuu que buscara al doctor.

Así lo hizo el moreno. Llegó con el doctor Narumi pisándole los talones. Makoto, al igual que la enfermera, no pareció inmutarse. En cuanto se acercó a la pequeña parecía saber qué hacer: acomodó la postura de Akane, reclinando suavemente su cabeza en la almohada para después examinarla con suavidad.

La respiración de la pequeña volvió a normalizarse. Makoto creyó escuchar un suspiro aliviado por parte de Yūichirō mas no prestó demasiada atención. Continuó concentrado en la niña.

Akane se veía sumamente desmejorada: se encontraba pálida, ojerosa, sus labios estaban resecos, sus extremidades frías y sus pies hinchados. Como persona temió lo peor, no obstante como doctor debía hacerse a la idea que la opción que contemplaba era algo que podía llegar a suceder, las posibilidades eran demasiado altas.

-Ya pasó, no hay nada de qué preocuparse -anunció Narumi para relajar tanto a la enfermera como a Ichinose -. Solo hay que dejarla descansar -recomendó.

Yuu entendió la indirecta. Se acercó hasta Akane la cual dormitaba; le dio un beso en la frente y le susurró una frase que Makoto no alcanzó a escuchar. Después de ello, los tres salieron de la habitación.

Makoto cerró la puerta y se sobó el puente de la nariz para luego encaminarse hacia su oficina. Sin embargo, la voz de Yūichirō le detuvo.

-¿Cómo está Akane, doctor?

-Ya dije que solo necesita descansar -contestó de manera mecánica. Vio el ceño de Yuu fruncirse.

-Me refiero a cómo está no a lo que necesita -aclaró -. Lo que acaba de suceder no es normal. ¡Dígame qué sucede!

Con un gesto de mano le pidió que bajara la voz. A regañadientes, Ichinose obedeció; cuando pareció calmarse, Makoto volvió a hablar.

-Akane está débil. El tratamiento no funcionó como esperábamos así que su situación es delicada.

-¿Va a morir? -cuestionó sin tacto.

-Eso no lo sabemos -intentó calmarlo, lástima que sus palabras no surtieron el efecto esperado; Yuu lucía aún más nervioso -. Hay qué hacer más estudios, ver qué más podemos hacer. Lamentablemente esta información es clasificada y no puedo decirte más debido a que no eres familiar directo de Akane. Pero no te alteres, cualquier cosa te mantendré informado.

Monochrome [MikaYuu/Owari No Seraph]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें