El Señor Stark me pidió que la distrajera para que no continuara chillando como niño de preescolar.

Y había pasado las primeras dos horas en eso. Bufo hastiada.

Derrotada, por una IA que hacia trampa en el Veo, veo, se dejo caer hacia atrás sobre el suelo, sin preocuparse por su herida en el abdomen que le provocó una punzada de dolor.

—Ash... Y los bastardos creían que era gracioso vestirme como uno de los Backstreet Boy en I Want it that way — se quejó en susurros echándole una mirada a la ropa blanca que llevaba puesta. Comenzó a reír sin poder evitarlo.

Aveces no sabia si era algo bueno o malo reírse de sus propias desgracias, pero ella lo hacia, se reía de las tonterías que dijo porque sabia que vendrían muchos más, su lengua no tenia filtros al hablar y había perdido un poco de su sensatez y su capacidad de vergüenza hace años.

Lo que no había perdido eran su sed de venganza.

Y en aquel momento estaba sedienta.

La luz, como su buen contra parte, no se llevaba del todo bien con su elemento fundamental, la oscuridad. Si bien no podía existir la una sin la otra, para Ellionor meterla en un cuarto bien iluminado donde no se podía proyectar ni una sombra, era como su perdición personal. No era que no pudiera hacer uso de su mutación así, el problema tenia su núcleo en el que debido al fuerte ajetreo que sufrió al ser alcanzada por balas y luego casi morir desangrada la habia dejado sin las suficientes energías como para mandar aquella caja de cristal muy lejos a la mierda para poder largarse de allí y, ya en plena libertar, romperle alguna parte del cuerpo a los héroes más poderosos del mundo antes de desaparecer y no verlos ni en pintura. Bueno, era toda una lástima que no pudiera.

Sin dudas no estaba en sus mejores momentos para jugar.

Pego un fuerte chillido molesto antes de levantarse de un salto y pegarle una patada al cristal frente a ella. Ganándose solo el encogerse de dolor mientras saltaba en una piernas.

—¡Auh, auh!... —saltó hasta una de las esquinas del cuadrado que era su celda y se acurrucó allí atrayendo sus rodillas hasta su pecho para abrazarlas y así colocar su mentón sobre estas mirando al frente con aburrimiento. Soplo quitando un mechón de su alborotado cabello de frente a sus ojos —Mierda... —murmuró, antes de retorcer el gesto con desagrado —¡Mierdaa! — metió los dedos entre sus cabellos y tiro de ellos mientras su grito se escucho por toda la habitación, desesperada y molesta de no poder hacer nada para escapar.

Se sentía como una olla a presión a punto de estallar.

Mientras ella afilaba los cuchillos metafóricos de lo que eran sus instintos asesinos dentro de su cabeza, en un par de habitación más alejadas, específicamente donde se dio aquella fiesta en la que no pudo participar. Los Vengadores, con los ánimos hasta el techo y las caras sonrojadas por el alcohol, estaban todos sobre los sofás charlando divertidamente luego de despachar a sus invitados.

—A ver, perdón si no te creo eso de la... ¿Magia mística?, ¿El elegido? — Clint, medio ebrio, señalaba a Thor con unas baquetas que había encontrado por allí, frunciendo su ceño con falsa confusión —Eso suena a Harry Potter, o como sea... — hizo un además —¿Cuál es la verdad del martillo del gran Thor?, ¿Cuál es el truco?

Crazy ➸Steve Rogers  (PAUSADA)Where stories live. Discover now