4. Lo estropeas y te mato.

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— ¿Cómo era él? —Siguió indagando su maestra.

— Alto, a veces moreno pero a veces su tez es blanca, usa un traje y otra veces ropa de trabajador.

— Esa no es una buena descripción. —Se quejó Jack.

— Yo vi a una niña que nunca antes había visto en el pueblo. Acompañada de extraño paraguas cuando llegue al pueblo de Jack. Aunque con toda la conmoción me centré más en terminar con los akumas que seguir a la niña y cuando quise buscarla ya no estaba más.

— ¿Pelo negro? —Preguntó White, a lo que su maestra asintió —La vi en la ciudad de la mina. Cuando salimos de la mina, llegamos a la conclusión que los Akumas iban a buscar al Noé, tal vez, ella era una Noé que lo iba a buscar.

— Es un tema muy interesante, pero no hablen más de esto, a nadie. Ni si quiera entre ustedes. ¿Está claro? —Su maestra los señaló como si fueran unos niños y Lau Jimin imitó el geste de Klaud, ambos chico asintieron a la orden de su General.

ɷ.ɷ

— ¿Qué paso? —Preguntó la albina acercándose a Jack.

El chico estaba frente a la puerta de la habitación de Kanda y cuando se percató de la presencia de su amiga, de inmediato escondió algo detrás de su espalda.

— Nada. —La respuesta tan rápida e improvisada del moreno le indicaba a White que algo pasaba, la chica suspiro resignada y se acercó a él.

— ¿Qué hiciste ahora? —Miró la puerta y a esta le faltaba el picaporte —¿Qué hiciste ahora? —Volteó a hacía él y le volvió a preguntar con voz más acusadora —¿Qué hiciste? Te va a matar.

— "Nos va" la corrigió, eres cómplice mi quería compañera.

— Oh, no, no, no. —La chica alzó sus manos en un intento por limpiarse de toda culpa.

— Ya estás aquí, somos amigos estamos juntos en las buenas y en las malas.

— ¿La rompiste intentando entrar?

— No... Sólo... No...

— Lo rompiste.

— Sólo lo... Lo saqué.

— Y sacar qué es, idiota.

— La cagué, ¿No?

— Bastante, ¿Lo vas arreglar o qué?

— "O qué" —eligió la segunda opción —. Llévate esto. —Puso en las manos de la albina los tornillos del picaporte.

— Claro toda la evidencia.

— Y esto también. —Puso en sus manos el picaporte roto.

— Claro, el arma homicida, por qué no —se quejó mirando en su mano todas las evidencias — .Cómo haremos para arregla... — la chica levantó la cabeza y su amigo ya no estaba con ella, de hecho ya ni se veía en el panorama —Qué demoni...

— ¿Qué haces aquí? — La pregunta seca la dejo helada, ya sabía porque su amigo había desaparecido, detrás de ella tenía a Kanda, el dueño de aquella puerta rota.

— Yo... Yo... Nada. —Intentó caminar un poco pero el exorcista la tomó del brazo.

— ¿Y el picaporte? —Se quejó, podía sentir la mirada del asiático en su espalda.

— Magia.

— ¿Qué "magia"? ¿Dónde está?

Se quejó el asiático, inmediatamente la chica puedo zafarse de su agarre y comenzó a correr, Kanda la observó enfurecido, como si no fuera poco con aquella albina había aparecido un moreno que se dedicaba a molestarlo día y noche, pensó en seguirla pero estaba demasiado cansado como para hacerlo. Recién llegaba de su misión, además de tener que soportar durante toda la misión a Anna, quien ante sus ojos era una molestia. No importaba cuanto la ignorara, ella seguía molestandolo una y otra vez, él mismo se preguntaba hasta dónde llegaría su paciencia. Así que se limitó a patear la puerta para que se abriera, y lo logró.

Las Dos Partes De La Luna ♦ Tyki Mikk - Kanda Yuu ♦Where stories live. Discover now