3- Magus Revelio

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Aquí está el tercer capítulo, claramente más largo que los anteriores, dedicado esta vez a UnLoboSolitario por haber sido la primera persona en comentar en el capítulo anterior.

Espero que les guste. Cualquier comentario o crítica me hace feliz.

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CAPÍTULO 3

MAGUS REVELIO


Al parecer Loki estuvo desmayado muy poco tiempo, porque cuando recuperó la consciencia, seguía estando dentro del agua, hundiéndose lentamente en el barro del fondo del Támesis. El aire se le estaba acabando, incluso teniendo unos pulmones tan potentes como los suyos. El agua a su alrededor era tibia, casi marrón y no podía ver más que a unos centímetros más lejos, aunque no sentía molestia al abrir los ojos bajo el agua sucia, tal vez debido a su condición de dios.

Su traje de cuero y oro pesaba, especialmente su larga capa, pero incluso a riesgo de ahogarse no pensaba deshacerse de su preciada vestimenta, así que estiró los brazos sobre su cabeza y se impulsó con una fuerte brazada hacia la superficie. Su ropa actuaba como lastre, intentando mantenerlo en el fondo, pero Loki forzó sus músculos para vencer a la gravedad, y al fin su rostro rompió la superficie del río.

Respiró el aire cálido de Londres. El cielo era de un azul brillante. La medida del tiempo que usaban en Asgard era diferente a la que se usaba en Midgard, pero él había pasado largas horas estudiando aquel extraño y fascinante reino humano, y estaba seguro de haber acertado en la fecha midgardiana. Día más, día menos, estaba en julio de 1991, si sus cálculos no le engañaban. Pleno verano. La estación que menos le gustaba.

Se giró hacia una de las riberas del río. La corriente lo empujaba lentamente hacia un gran puente que cruzaba el río de lado a lado, pero él se dirigió con brazadas largas y elegantes hacia la orilla de tierra en la que ya varias personas se habían agrupado, mirándolo. Loki supuso que ver caer a alguien del cielo no era algo de todos los días en Midgard. En Asgard, en cambio, era bastante común, ya que las naves a veces tenían tendencia a funcionar mal y el piloto se tiraba al agua de algún río o lago antes de que a la nave se le ocurriera explotar con él adentro.

Al fin alcanzó la costa y salió del río. La capa le pesaba bastante, completamente mojada, y se le pegaba al cuerpo, molestándole. Su cabello negro, que le llegaba hasta los hombros, también se le pegó al rostro y al cuello, y se lo apartó con un movimiento brusco de la cabeza. Sus botas dejaban un pequeño charco con cada paso que daba, y sentía que se había mojado hasta los huesos. Con agua cálida. Qué asco. Él no tenía problema en zambullirse en un río casi helado. El frío no le afectaba, es más, le gustaba, tal vez herencia de su verdadera familia. Pero el agua cálida, el verano... se sacudió con un gesto de disgusto y murmuró un hechizo para secarse.

Su cabello se secó, tomando el aspecto elegante de costumbre, lo mismo que su piel, pero su ropa no le hizo el más mínimo caso y siguió empapada. Loki frunció el ceño y repitió el hechizo en voz un tanto más alta, sin importarle que estuviera rodeado de humanos. Un poco de la humedad de su vestimenta se evaporó, pero en su mayoría siguió igual de mojada. Era como si la magia no le obedeciera, como si le faltara algo.


Loki cerró los ojos en el momento que se acercaban unos hombres que parecían médicos y otros que tal vez eran policías, y uno más atrás, con un traje formal y una fina vara de madera en una mano. Sintió algo raro viniendo de ese hombre, algo conocido, pero no estaba seguro y no le importaba. Tenía algo más importante que hacer.

Loki Laufeyson y la piedra filosofalWhere stories live. Discover now