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En la oscura camioneta de Anne Phillips cuando no había silencio, se encontraba reproduciéndose música variada; como si se hubiese añadido aleatoriamente cada melodía sin importar su género con tal de cumplir con su función de distraer y mantener un ameno ambiente. 

Aún con alguna melodía sobre la cual hablar, nadie se atrevía a decir algo, o al menos preguntar hasta la más estúpida cosa.

Así pasaba con Allison, quien sólo se limitaba a mirar por la ventanilla.

—Linda vista —comentó Anne, tratando de romper el silencio. 

Aparentemente no se le daba mucho interactuar con muchas personas, o al menos con aquellas que no solían sacar algún tema de conversación.

—Espero y mejore a como estaba hace poco —contestó Allison sin desviar su vista.

—Será mejor que antes. Eso es seguro.

Otro silencio más tomó lugar, hasta que la invitada decidió aclarar una duda que no la dejaba pensar en otra cosa. Una que deseaba sacar de su cabeza para pronto dejar de pensar en lo tan desinterada que era Anne.

—¿Por qué me has ayudado tanto? —preguntó aún sin dirigirle la mirada, queriendo estar al cien por ciento segura de que la joven hacía todo de buena fe. 

—Me salvaste la vida —susurró Anne, muchas veces como en esa ocasión, no creyendo el hecho de haber salido con vida —. Y mi madre me enseñó a ser agradecida, por lo que no tengo otra forma de recompensarte.

Dakota observó por el retrovisor a Allison. Ésta misma, antes tan interesada en lo que había afuera, se giró de su lugar para ver mejor a la joven a poca distancia de ella.

—¿Tu madre ya no está contigo? —inquirió.

La joven dejó salir un suspiro, para luego responder:

—Así es. Murió durante la Crisis.

Allison contuvo la respiración en cuanto escuchó eso. La cruel vida les había arrebatado a ambas aquel destello de luz que alegraba sus almas.

—Yo lo... —Allison fue interrumpida rápidamente por la joven que alzó su mano mientras sonreía con seguridad, dejando en claro que, a pesar de lo horrible que era perder a una madre a una corta edad, hablar de ella no le causaba tristeza, si no orgullo.

—Todos los que murieron durante la Crisis son unos héroes. Ojalá hubieran sido recompensados por sus acciones —expresó con melancolía, dando todavía más razón a que ella sería diferente para motivar a todos a ser mejores personas.

El vehículo comenzó a bajar la velocidad poco a poco conforme se aproximaban a su destino.

—Estamos por llegar —notificó el androide que conducía.

—Gracias, Marcus —respondió Anne, después observando un pequeño reloj holográfico sobre su muñeca.

Delante de ellas, Marcus y Dakota hablaban entre ellos. Era muy fácil no prestarles atención cuando Allison y Anne seguían en sus mundos, tratando de conectar entre sí.

Allison miró por el retrovisor. Había sido la única que prestó atención a las leves carcajadas de aquel par de hombres entre la música. Posteriormente se enfocó en la rubia que, comparación de ella, todavía seguía siendo joven por muchos años.

—Ella estaría orgullosa de ti —se le escaparon de su boca aquellas palabras, haciendo que la joven Anne sonriera con la misma melancolía presente.

TechnoWar (Saga Warlords #1)Where stories live. Discover now