Capítulo 5- Nico

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Todo el mundo se rompe a veces. Esas palabras estaban grabadas a fuego en la memoria de Nico. Eso era lo único en lo que podía pensar mientras entraba en el comedor.

Casi no había dormido por haberle dado tantas vueltas a todo lo que le pasaba. No podía creerse que Will hubiese confiado en él para guardar el secreto.

Todo el mundo se rompe a veces.

Era tan terrorífico pero tan cierto. Él tendría que saberlo porque lo había experimentado de primera mano, pero Will... ¿Un chico tan agradable y sin preocupaciones? Aunque tal vez era justo por eso, el querer siempre estar a la altura.

Alzando la mirada pudo ver cómo la comida volaba por todas partes. Era una hora normal y él estaba despierto. Qué extraño...

Inmediatamente sus ojos inspeccionaron el lugar en busca del doctor, pero no lo encontró. Tal vez siguiera durmiendo.

El campamento estaba medio vacío porque la mayoría de la gente se había ido. El hijo de Hades no se había podido despedir de Percy y de Annabeth, que se volvían a sus casas para resolver unos cuantos asuntos. Al parecer Annabeth tenía que resolver unos problemas familiares en Boston, y Percy tenía que estudiar su último curso de instituto antes de que la pareja se fuera a la universidad de la Nueva Roma. Igualmente no le importó no poder verles hasta navidades o antes, ya estaba un poco harto de la presión que ejercía su presencia.

Su vista recayó sobre la mesa de Apolo, en la que estaban sentados solos Austin y Kayla, Kevin y su grupo ya debía de haberse  marchado.

Sin más remedio decidió coger una bandeja con unas tostadas y un poco de mermelada, y se fue a sentar a la mesa de Hades, ya que no tenía invitación para sentarse en otra mesa y además esa estaba vacía.

Cuando tomó asiento y le pegó un bocado a una de sus tostadas, fue por primera vez consciente de que estaba empezando a hacer un poco de viento. Nico se arrepintió de haberse deshecho de su chaqueta de aviador destrozada, ahora no tenía nada con lo que estar calentito.

El chico volvió a buscar a su compañero rubio con la mirada, pero seguía sin aparecer. ¿De verdad seguiría dormido? Qué impropio de él.

Volvió a repasar los acontecimientos del día anterior mientras masticaba su desayuno.

La clase de guitarra había estado bien, pero en cambio la operación a la que había tenido que asistir lo había dejado agotado y un poco traumatizado. No sabía que Will como doctor tendría que soportar tanta presión ni tanto agobio, aunque lo había manejado bastante bien porque si los pacientes hubieran estado en manos de Nico habrían acabado con un pase gratis al Inframundo.

Will demostraba tener tanta confianza que era desconcertante, y Nico pensaba que nunca lo entendería.

Ya habiéndose terminado su desayuno se dirigió con paso relajado hasta su cabaña. Todo el campamento estaba tan desierto que ni un murmullo se oía por el camino, solo el sonido del viento podía ser escuchado.

Al entrar en la oscura estancia se dio cuenta del decepcionante hecho de no tener nada que hacer si Will no se despertara pronto.

Sin saber muy bien que hacer se dirigió hasta su armario y lo abrió para contemplar sus únicas tres camisetas negras y su otro pantalón. Los del campamento le habían preparado un poco de ropa que irían lavando para su estancia, pero no habían sido conscientes de que la temperatura  empezaría a bajar pronto y no le habían metido ninguna chaqueta ni sudadera.

Suspiró y volvió a cerrar el armario. Tendría que encontrar algunas prendas de ropa que le sirvieran para la época que estaba a punto de comenzar.

El Sol de tu LunaWhere stories live. Discover now