Capítulo 3- Nico

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A/N: El capítulo contiene una canción (Breaking Free) y os recomiendo que cuando aparezca la escuchéis al mismo tiempo que leéis. Eso es todo.

Cuando los semidioses dormían, su cabeza se nublaba de pesadillas, y eso era algo a lo que estaban acostumbrados.

Lo que no era tan frecuente era una cabezada sin nada que les atormentara, ni sueños ni pesadillas: sólo un espacio en negro.

Cuando Nico se despertó lo único que encontró fue más negro. La cabaña de Hades no dejaba entrar la luz. Lo único que reconoció fue la mullida cama en la que estaba tumbado. Por fin tenía un colchón normal y corriente, no los espantosos ataúdes que llenaban la cabaña antes.

Los dos últimos días habían sido un no parar por el campamento. Nunca había estado tan activo en su vida, sólo cuando luchaba se movía tanto. Will lo había arrastrado de un lado a otro haciendo cosas y Nico nunca admitiría que se lo había pasado bien.

Will. El hijo de Apolo. Qué locura de chico. Su animada sonrisa hacia que algo dentro de él brillara y le picara por todo el cuerpo, como pequeñas chispitas.

Recordar las últimas 48 horas le producía ese sentimiento y dolor de cabeza al mismo tiempo.

Se había asustado mucho cuando Will le había despertado o cuando casi le mata. Nico no quería repetir lo que le había hecho a ese otro chico del Campamento Júpiter, sobretodo porque Solace no se lo merecía.

El mejor de los momentos fue sin duda la tarde que pasaron el día anterior. Tenía que admitir que no le gustaba la playa: toda la arena que se te pegaba al cuerpo, la sensación de estar pegajoso al salir del mar por toda la sal...

Todo eso no le había detenido para pasárselo bien. Tirar piedrecitas al mar junto a Will era más divertido que hacerlo solo en el río Estigio.

Repasando las conversaciones que tuvo con el rubio y todas las cosas que le contó sobre su pasado, se dio cuenta de que había dicho muchas estupideces ante él como que "lo hacía parecer una cita" o como cuando "intentó hacer una broma a su costa". Menuda boca más retrasada tenía, ahora sólo quería golpear la cabeza contra la pared.

Ya harto de sus pensamientos, se levantó de la cama y se fue a cambiar la camiseta negra por otra que había encontrado en armario, que era (obviamente) negra y en la que ponía en blanco "llevaré otra cosa que no sea negro cuando exista un color más oscuro".

Ya vestido salió de la cabaña y miró hacia el cielo. El sol se encontraba en su punto más alto, por lo tanto era medio día. Se palpaba que era un caluroso día de agosto, pero el campamento se encontraba lleno de campistas justo antes del comienzo del curso escolar. Nico no asistiría y se quedaría allí. En ese momento se le ocurrió la idea de que a lo mejor Will se marcharía a Austin. Por lo que le había contado, él solía ser muy feliz allí.

Nico comenzó a andar en cualquier dirección hasta que identificó una cabellera rubia, entre la multitud, a las afueras de la cabaña de Afrodita.

Con paso indeciso decidió acercarse.

Will estaba rodeado de tres hijas de Afrodita. Dos de ellas, cuando vieron que Nico llegaba se volviera a meter en la cabaña, pero la otra se colgó del cuello de Will mientras le sonreía de forma seductora.

El hijo de Hades se paró justo en frente de ellos incómodo por la situación.

-Hey, di Angelo-le saludó Will con una sonrisa de oreja a oreja mientras le pasaba el brazo por la cintura a la chica-. Esta es Valentina.

La tal Valentina apartó la mirada de Will para fijarla en Nico, pero no le saludó. Tenía una cara muy bonita pero eso al pelinegro no le llamaba la atención.

El Sol de tu LunaWhere stories live. Discover now