Capítulo 1- Nico

1.2K 71 39
                                    




Solo habían pasado unos minutos desde que Nico le había confesado a Percy su mayor secreto. Ahora iba de camino a la enfermería, acompañado por Will Solace.

Nico no sabía que pensar sobre el hijo de Apolo, ni lo que él pensaría sobre Nico.

Pero de lo que sí estaba seguro era de que Will había sido testigo de que la muerte de Octavio fue en gran parte su culpa.

No entendía cómo podía seguir acercándose a él, y no evitarlo como el resto de los semidioses.

Andando a su lado, Nico no sabía cómo sentirse. Will estaba tan relajado y desprendía tanta calma que cualquier persona se habría sentido segura.

Las malditas mariposas esqueléticas se negaban a irse.

Todo lo de Percy había pasado demasiado rápido. Nico no sabía si acababa de perder un amigo, de reforzar sus lazos con Annabeth o de parecer un completo idiota dramático, pero le daba igual.

Al menos se había quitado un peso de encima. Ahora que Percy sabía lo que había sentido, Nico tenía una cosa menos que ocultar. Y Nico tenía muchas cosas que ocultar.

-Espera un momento-se detuvo repentinamente haciendo que Will casi tropezara-.Tengo que ir a la cabaña a por mis cosas.

-No creo que tengas muchas pertenencias aquí en el Campamento, te daremos lo que necesites en la enfermería.

Él tenía razón, Nico nunca estaba en el Campamento Mestizo, pero aun así quería coger su espada. Se sentiría más seguro con ella colgado del cinturón.

-Ve yendo, ahora te sigo.

Dio media vuelta y se dirigió hacia la cabaña de Hades.

Cada vez que entraba a ese lugar se horrorizaba con la decoración. De verdad que necesitaba unos arreglos, empezando por las camas para vampiros.

Las sábanas que Hazel había colgado para separar sus respectivos espacios habían sido descolgadas. Saber que su hermana estaría sana y salva en el Campamento Júpiter y que tenía un novio tan bueno e inocente como Frank le relajaba, y por eso les deseaba lo mejor a esos dos.

Nico se acercó a la mesilla de noche y agarró la espada de hierro estigio. El tacto era frío y de ella fluía pura oscuridad, pero le confortaba tanto como un abrazo a cualquier persona normal.

Le echó un vistazo a la cabaña. Ahí no había nada suyo, pero haría de todo eso un hogar, por primera vez sintió que se lo merecía. Él lo merecía.

Abrió la puerta y fue con paso decidido hacia la enfermería ignorando a algunas personas que lo miraban extrañadas.

Entró en la blanca estancia y se quedó parado  delante de los cinco semidioses que estaban tumbados en las camillas, reposando. Todos ellos le miraban con la obvia pregunta de "qué estaba haciendo él ahí" en sus caras. Se quedó incómodamente en su sitio esperando a que Will saliera de algún sitio y le dijera qué tenía que hacer.

Como si su presencia hubiese sido un timbre

Will salió por una puerta que había al fondo y en la mano estaba sujetando  una pequeña tabla con hojas e iba  vestido con sus pantalones y zapatos de cirujano, y ahora también una bata. Nico supuso que ese era el baño porque no había más puertas a parte de por la que había entrado.

Nico se acercó a Will y, él, sin mediar palabra fue hasta la última camilla que tenía cortinas abiertas alrededor.

-He decidido que este es el mejor sitio para ti-dijo dando media vuelta para encarar a Nico-. Supuse que querrías privacidad.

El Sol de tu LunaWhere stories live. Discover now