CAPÍTULO 36.

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                   -Un año después-
Blake se ha ido. Sin decir nada. Sin escribir ni una carta. Sin darme explicación de donde iba y porqué.
Cora no ha vuelto a aparecer.
Estoy destrozada.
Veo la nieve caer en mi ventana.
Mientras que me acurruco en la silla que tengo en la mesa de estudio.
Recuerdo lo bueno, lo que me han hecho sentir.
Todo es culpa mía.
Escribo cartas a Blake y a Cora.
No se las envío a ninguno, por que tampoco sé donde están.
Las guardo en una caja blanca.
En ellas escribo todo lo bueno que he vivido con ellos. Todo lo que siento...
Sin quitar la mirada de la ventana, comienzo a llorar.
Me tapo la cara con las manos.
Lloro desesperadamente.
Mis dos almas gemelas han desaparecido.
Me siento vacia, destrozada, hecha trizas...
Cada día es una lucha. Me duermo llorando y me despierto igual.
¿Y ahora que voy a hacer?
Pienso en mi padre.
Él siempre esta ahí cada vez que me ve llorar. No me pide razones, motivos...
No los necesita. Solo me abraza y se queda conmigo.
Meses atrás veía como Peter ya no era el mismo. Estaba triste, apagado.
Hace poco que no le veo en su casa.
El frío ha llegado a nuestros corazones.
Y no se trata del invierno.

OFTEN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora