CAPÍTULO 14.

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Ya acabaron las clases por hoy y cuando me dirigí a casa me tope con un coche que había chocado con otro.
Esto, me cortaba el paso y el camino más corto para llegar a casa.
Tuve que desviarme por la carretera y dirigirme al bosque.
Allí había un camino de arena dónde me guiaba hasta casa.
- Hola- me dijo la niña apareciendo a mi lado-¿Qué haces por aquí? Te puedes perder-.
-No. Sé cómo se llega a casa desde aquí, lo que pasa es que ha habido un accidente: dos coches se han chocado justo en el camino de llegar a casa. Por eso me he venido por aquí- le dije mientras arrastraba malamente la bici por aquel camino con tantas piedras.
-¿Qué accidente Alice?- me dijo mientras se paraba.
Me di la vuelta ya que se había quedado atrás.
-Pues el que acaba de haber en la carretera- le dije muy segura- vamos y te lo enseño-.
Volví a decir mientras que giraba la bici para volver al pueblo.
- Alice, no hay, ni ha habido ningún accidente-.
Cómo estaba muy decidida de lo que acababa de ver decidimos volver al mismo sitio y enseñárselo.
- Alice, no hay nada ¿lo ves?- me dijo tocándome el hombro con señal de consuelo.
Me apoyo en el manillar de la bici ya que no me creía que eso fueran alucinaciones mías.
-Espera- La dije cuando me coge del brazo para seguir el camino de la carretera.
Se me había ocurrido un plan.
Lo de las imaginaciones lleva pasando desde que vi por primera vez a esa mujer.
¿Y si esa mujer es la que me los crea?
¿Y si intenta decirme algo?
Nos volvimos a adentrar en el bosque y después de unos minutos cortos, vimos una barca posada en el lago que había.
Estaba justo enfrente nuestra.
-A lo mejor tenías razón- me dijo Cora.
Al llegar, Cora se arrodilló para tocar la barca.
Pude ver como mantenía su mirada perdida, intentando averiguar algo.
Me arrodille para estar con ella y la dije:
-¿Qué has visto?-.
-No me lo puedo creer-dijo susurrando, con la mirada perdida, sin haberme escuchado siquiera.
-Cora- le dije dandole un pequeño empujón en el brazo para que reaccionará.
-Tenías totalmente razón Alice- me dijo mirándome.
Vi como su cara de pánico se convirtió en pura tristeza y sus ojos azules se inundaban de lágrimas.
-Aquí pasó algo horrible. Una mujer intentó ahogar a un hombre. A un hombre que la quería, que la amaba.
El hombre pataleaba, gritaba dentro del agua, intentaba empujarla para salvar su vida.
La mujer queda paralizada y se cae al suelo, liberando a su pobre esposo de la muerte.
Este llora, cogiendola en brazos. Llora tan fuerte...
Finalmente se la lleva a casa donde allí la posa en su cama y la da un ligero beso en la frente. Como si nada hubiese ocurrido-.
Hubo unos segundos de silencio.
-¿Cómo eran esas personas?- pregunte intrigada.
-No las pude ver el rostro-.
Finalmente llegamos a casa, ella seguía a mi lado y podía ver como seguía pensando en lo del lago.
Sabía algo más.

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