— Hey, hey, ¡miren quién está aquí! El mejor amigo del rizado acompañado del asesino del equipo — exclamó un muchacho, pasando un brazo por mis hombros y dejando escapar lo que sea que estaba fumando en mi rostro. — ¿Por qué no habías venido antes, dulzura? Seguramente aquí nos hubiésemos divertido mucho contigo.

No sabía si debía interpretar sus palabras con doble sentido, pero quise dejarlo pasar principalmente porque el tipo estaba drogado como la mierda, y no me apetecía defenderme de un desconocido que solamente insinuaba querer acostarse conmigo. No era una puta, vamos aclarando, pero recibir comentarios así de vez en cuando elevaban de cierta forma mi autoestima.

— Deja de joder, estúpido Charlie, y comencemos el juego de una buena vez.

Liam quitó al sujeto (Charlie) de mi agarre y lo empujó a unos considerables metros de distancia. Alcé una ceja en su dirección, pero el castaño no me estaba observando. Sacudí la cabeza, repitiendo mentalmente que no me había defendido, y que sólo estaba asqueado de una homosexual escena enfrente de sus ojos.

— Y bien — soltó una chica, haciendo gestos con sus manos para que el grupo de unos cinco o seis tipos, contando conmigo, se acomodaran alrededor de una mesa. — El juego es sencillo, como todas las veces. Yo nunca, nunca — señaló los vasos de plástico que estaban colocados por todas partes, mientras Charlie y otros chicos los llenaban hasta el tope de las botellas. —Se trata de que cada uno va a decir una oración, por ejemplo, yo nunca, nunca he follado en público — se escucharon unas cuantas risas y grititos, provocando que la anfitriona rodara los ojos. Supuse que ya estaba acostumbrada a estas cosas.

— Quienes sí lo hayan hecho, deben beber de su vaso. Los que no, pues no beben — continuó, sonriendo a todos los presentes. — Las primeras cuatro personas que caigan muertas de alcohol, pierden. Los dos sobrevivientes en vez de seguir tomando, deberán quitarse la ropa... El más sobrio y vestido, gana; el otro, deberá cumplir un reto que el victorioso le ponga — al terminar la explicación, se escucharon bastantes gritos, a pesar de que no éramos tantas personas las presentes.

— ¡Que comience el juego! — Gritó un pelirrojo, seguido de todos los presentes cogiendo uno de los vasos, así que, supuse, también tomé uno. — Yo nunca, nunca he cogido con una profesora.

***

Treinta minutos de juego habían pasado y tres chicos ya se encontraban medio doblados sobre sí mismos, vomitando todo lo ingerido.

Apenas había bebido dos o tres vasos, encontrándome lo suficientemente estable y aburrido como para continuar. Este juego me había hecho darme cuenta de las muchas cosas que aún no hacía, y era un tanto deprimente no tener experiencias tan eufóricas como los otros; pero por lo menos no me veía como idiota borracho.

En la competencia sólo quedábamos Charlie, Liam y yo. Aunque dudaba mucho que el primero continuara aguantando y, aunque Liam había bebido casi o más que todos los presentes, seguía estando lo suficientemente cuerdo como para mantenerse en sus dos pies y bostezar con fastidio.

Yo nunca, nunca he vomitado sobre Zayn Malik.

Enarqué una ceja en dirección a Charlie, sin saber exactamente lo que significó eso... hasta que le sentí regresando toda su vida en mi camisa, para luego caer desmayado a mi costado. Hice una terrible mueca de asco, estando acostumbrado al repulsivo vomito gracias a mis hermanas menores, pero, de todas formas, era lo más repugnante de toda mi puta vida.

Una carcajada llamó mi atención, provocando que mis ojos se enfocaran en Liam quien estaba zafado de la risa; sujetándose el estómago. Al parecer, no estaba tan en sus cinco sentidos como creía. Cogí un vaso de plástico y se lo lancé, por instinto, a la cara; pero aun así siguió burlándose terriblemente de mi desgracia.

Suspiré, no valía de nada enojarme a estas alturas. Enganchando los dedos en el borde de mi camiseta, saqué ésta de un tirón y la lancé sobre el apestoso bulto de un Charlie a medio morir. Afortunadamente, la sustancia no traspasó la tela, por lo que mi piel estaba libre de sus porquerías.

— Bien, Liam, creo que sólo quedamos tú y yo... — Al alzar la mirada, noté que los ojos del castaño estaban clavados sobre mi cuerpo. Me sonrojé furiosamente, aunque quise evitarlo, y esperaba que no se diera cuenta de mi nerviosismo. Tomando nuevamente un recipiente de plástico, lo extendí en su dirección al mismo tiempo que murmuraba. — Yo nunca, nunca he sido un idiota psicópata.

Eso pareció sacarlo de su trance, ya que lanzó una mirada extraña en mi dirección antes de tomar su brebaje de golpe, sonriendo cual maniático al bajarlo. Después, fue su turno.

Yo nunca, nunca me he sentido sexualmente atraído hacia un hombre.

Hijo de la mierda.

Gruñí, ingiriendo el líquido tan de golpe que incluso el mundo me dio vueltas unos segundos. De manera impresionante, todo se centró cuando noté que Liam enarcaba una ceja, y posteriormente bebía el líquido restante en su vaso.


Wattpad Boy. {ZIAM}Where stories live. Discover now