Capítulo 19

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Maximilian no pronuncia palabra alguna, solo se queda observándome fijamente. Sus ojos están un poco rojos y acuosos, pero todavía no ha dejado caer una lágrima. Se acerca lentamente y me abraza.

—Prometo que le contaré todo a Christine. La llevaré el jueves a su tumba, cuando todos vayamos por el aniversario de su muerte —susurra.

—Está bien. Sin embargo, debes explicarle todo antes. No puedes llevarla si no tiene idea de lo que pasa.

—Lo sé... Y esa es la parte más difícil.

***

Ya entrada la noche, me arreglo para ir a cenar. Como falté a la cena de ayer, tengo que ir hoy. No me entusiasma mucho la idea de ver a la reina y cenar con ella. Aunque el rey va estar ahí, así que se va a controlar, de alguna forma se lo debe.

Si se preguntan qué le dije a Christine, solo le inventé un par de cosas y le conté algunos chismes que Sophie me había contado de su experiencia en un internado (muy pocos, en realidad, no le gusta hablar de eso).

Elijo un vestido largo hasta los pies azul oscuro con un escote en V y un cinturón hecho de pedrería de color plateado. Unos tacones del mismo color azul a juego complementan el conjunto.

—Toc-Toc —Maximilian entra mientras termino de ajustarme los zapatos.

—¿Por qué imitas el sonido de golpear una puerta cuando no golpeas y entras directamente? —ignora mi comentario y se sienta en mi cama.

—¿Estás lista?

—Sí.

—Bien, porque hay algo que no te dije ayer porque me lo olvidé... Bueno es que nos pusimos a hablar y luego nos quedamos dormidos... Y...

—Al grano —su actitud me recordó por un segundo a Patrick.

—¿Recuerdas que ayer mi madre me pidió que te dijera algo? —asiento.—Bueno, eso tenía que ver con la cena de hoy —explica—. La realeza de Yen está interesada en ti, en Rachel, en realidad. Y hoy vienen a cenar el rey, la reina y su hijo, Patrick.

—Bien —no puedo pensar en otra respuesta a esto. Solo espero que Patrick no me reconozca. Nunca me ha visto con cabello rubio, así que espero que hoy no sea uno de esos días en los que Patrick se ilumina y se le dé por reconocerme.

—Y otra cosa: quiere que te comportes como una perra, básicamente. Si es posible, hasta pon los pies en la mesa y límate las uñas —ríe.

—O sea que quiere que dé una mala impresión —afirmo; él asiente—. Seguro que le va a doler quedar mal.

—Cierto, pero le dolería más contar la verdad.

Si la reina me dio permiso para comportarme como una perra malcriada y dejar mal a la familia, voy a aprovecharlo. Esto va a ser divertido.

***

—Sus Majestades, con ustedes el rey de Yen, Albert Favre, su esposa la reina, Georgiana Favre, y su hijo el príncipe, Patrick Favre —anuncia un hombre.

Esperamos a que lleguen a sus puestos y con un asentimiento todos toman asiento. La reina de Grehen, Candice, está sentada en una de las cabeceras de la mesa, mientras que su esposo, Robert, está a su derecha y su hijo, a su izquierda. Yo me encuentro al lado de Maximilian. Por otro lado, el rey de Yen tomó asiento en la otra cabecera, su esposa, a su derecha y Patrick, a su izquierda. Si se preguntan por qué Candice está en la cabecera y no Robert para imitar a Albert, es porque ella tiene la corona por herencia y Robert, por matrimonio. Es costumbre que quien porta la corona tome la cabecera, así como que su consorte utilice su apellido.

Protegiendo a la Familia RealWhere stories live. Discover now