Capitulo 1. El principe de las pecas

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O otra como: ser rey es estresante Carlos por lo que siempre debes complacer a tu futuro esposo y apoyarlo. ¿Yo por que demonios debo hacer eso? ¿es que acaso no pueden hacerlo ellos?¿eso es extremamente necesario?

Otra es: darle desahogo sexual siempre que lo quiera. ¿necesito realmente dar mi opinión sobre esto?

Y las otras que no son necesarias que aprenda de memoria pero que si debo aplicar a mi vida como: un príncipe siempre sonríe, un príncipe no llora, un príncipe no coquetea con alguien que no sea su prometido, un príncipe siempre se sonroja cuando su prometido le habla, un príncipe siempre controla y reprime lo que se siente, es paciente, cuidadoso, se levanta con la luz del sol, canta con su armoneoza voz, obedece, no respinga, es simplemente...perfecto.

Detesto todo eso, mi madre me ha estado preparado durante 15 años para lo que será el resto de mi vida, que vida mas aburrida.

Y aquí otro estúpido dia mas con la misma rutina de siempre ¿y si me suicido? Neh, no soy tan idiota. Bueno empecemos.

Narración normal

El joven de cabellos blancos y negros se levanto perezosamente de su comoda y esponjosa cama, se estiro y luego decidio tomarse una ducha pero sus planes se fueron interrumpidos al escuchar los toquidos de su puerta, bufo y abrió la puerta.

-¡Buenos días Carlos!- dijo la mucama Evie

-que tienen de buenos- dijo la mucama Mal

-MAL!!! Por favor, no lo desalientes- dijo Evie a forma de regaño

-no, ella tiene razón, estúpido dia- dijo el príncipe

- Carlos, porfavor el dia apenas esta empezando, además recuerda dos cosas. Una, tu vida no es peor que en la isla asi que agradece y dos recuerda que mañana será tu cumpleaños y yo y Mal te tenemos una sorpresa asi que que dices de quitar esa mueca y poner actitud para este nuevo dia ¿Qué dices?- dijo con una enorme sonrisa

-mmmm... ok, pero podrían darme espacio chicas, me voy a duchar- dijo soltando un suspiro y haciendo su típico puchero.

-bien- ambas dijeron y salieron al mismo tiempo

El joven Valentine se dirigio al baño, preparo la bañera con esencias y olores dulces de chocolate y avellana, mientras esta se llenaba el joven se quito su fina y sedosa pijama asi como los bóxer negros y se metio a la tibia bañera, se empezó a enjabonar mientras admiraba vanidosamente su suave piel esparcida de pecas, después prosiguió por lavar su curioso cabello al terminar se quedo un rato mas jugando con la blanca espuma y pensando en las palabras de su amiga de cabellos azules, era cierto mañana seria su cumplaeños numero 16 mañana era cuando celebraría su soltería por una ultima vez, y cuando veria después de 13 años a sus pretendientes, y al siguiente dia se llevaría a cabo el rito en el que se elegiría al afortunado que se casaria con el joven príncipe, empezarían los preparativos y después se casarian, y despues... y después se quedaría sentado en un aburrido trono, junto a una persona que no ama, fingiendo que es feliz, y siguiendo los pasos de un típico cliché.

Gruño y salio de la bañera, para dirigirse a su enorme closet, se puso un traje negro, con blanco y rojo muy anticuado y elegante en su opinión, se puso su dije de rubi, y un anillo de plata con pequeños diamantes blancos y negros, se cepillo sus suaves rizos y les adorno con la delgada corona y salio de su habitación.

Se dirigio al comedor, sus padres ya se encontraban ahí.

-hasta que te dignas en bajar, jovencito son las 11:34am- regaño su madre, dándole una mirada reprobatoria con esos ojos azules

The PrinceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora