CAPÍTULO 21 -FELICIDAD

817 68 116
                                    

Estando en Lafayette reflexioné sobre muchos temas importantes en mi vida, como la felicidad. Aquella anhelada felicidad que, por unos medios u otros, se resistía a mantenerse como la única sensación latente dentro de mi corta pero intensa vida. Cuando era pequeña solía pensar que lo males eran causados por la malévola acción de un rey demonio y no por los intrincados hilos del destino. Aquel rey demonio obraba a su antojo sobre nuestras vidas, sin importarle la repercusión de sus actos. ¿Qué le importaba al rey de los demonios la desdicha de un simple mundano? Poco, eso está claro, pues para él somos como sus títeres siendo él quien está a cargo de mover nuestros hilos, los ya mencionados hilos del destino. Por eso él es el encargado de manipular nuestro destino.

Aquella reflexión producto de mi por aquel entonces inmadura mente invadía mis actuales pensamientos. ¿Y si aquel rey demonio que imaginaba siendo una niña era real? ¿Y si realmente estaba manipulando mi destino? Era totalmente bizarro, sí, pero aún más extraña fue la forma en la que la felicidad retornó a mi vida. Durante mis sesiones de auto-terapia en Lafayette no llegué a pensar que se materializaría en la forma de Drake. Él había vuelto a mi vida y mi corazón, llenando aquel pozo vacío con el rocío de su amor. Ese amor tan esperado que una vez se desvaneció pero que ahora reapareció con mucha más fuerza. No podía quejarme, pues anhelaba un buen cambio en mi vida y llegó de la mano de Drake y su cita.

Mientras me preparaba para la ya mencionada cita pensaba en algunas cuestiones importantes a tener en cuenta. De sobra sabía que aquella repentina cita con Drake no se debía a un simple anhelo de retomar nuestra amistad, sino a algo más. Una parte de mi corazón me dice que le deje ir, pero mi cabeza me implora que me quede con él. ¿Y si al dejar atrás la oportunidad de volver con Drake arruino mi vida? ¿Y si es al revés, que la arruino si me quedo con él? ¿Cómo se tomaría un rechazo? ¿Y si se cree que le he dado falsas esperanzas? ¿Y si estoy pensando tonterías?  Aquella paradoja llamada amor atormentaba mi mente, la cual quería mantener en calma para pensar las cosas con mayor lucidez.

—¡Mandy! ¿Tu cita no es a las ocho? Drake debe de estar al caer —gritó Sarah desde la sala de estar.

Sarah tenía razón, eran las ocho menos cuarto y aquí seguía, arreglándome en mi habitación.

—Ya voy, sólo me queda ponerme los zapatos.

Tras calzarme me miré una última vez en el espejo antes de salir de la habitación. Llevaba un vestido de color granate que me llegaba dos dedos por encima de las rodillas. Los zapatos y la chaqueta eran negros, dándole un toque refinado y sofisticado a mi atuendo. Mi cabello castaño caía en cascada sobre mis hombros en rebeldes ondas. No me había hecho un peinado especial, tan sólo me había lavado el cabello y lo dejé secar al natural, quedándose rizado. Tomé un bolso pequeño donde llevaba mi cartera y llaves para después salir de la habitación. Sarah me miró de arriba a abajo sonriendo.

—¿Ves? No te hace falta maquillaje para estar guapa —Sarah me miró muy sonriente.

—Gracias... —respondí algo tímida.

—Vamos, se te va a hacer tarde. Suerte con tu cita —sonreí aún nerviosa.

No me dio tiempo a contestar a Sarah, pues el timbre comenzó a sonar. Avancé hacia la puerta y abrí. Drake estaba parado frente a la puerta, vestido con una sencilla camisa blanca de manga larga, unos pantalones formales negros y unos mocasines también negros. Pese a la sencillez de su atuendo, Drake se veía realmente apuesto. Tras analizarme durante unos dos segundos con su azul mirada, unos segundos que se me hicieron eternos, me dio un dulce beso en la mejilla.

—Estás preciosa —susurró a mi oído, acto que provocó un ligero rubor en mis pálidas mejillas.

—Gracias, tú también estás muy guapo —carraspeé, aclarando mi voz.

It's So Izzy |Guns N' Roses|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora