Capítulo 9.

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Furia controlada.


Le conté a Calum sobre las posibles sospechas de que Luke fuera el responsable del falso encuentro. No tuve más que disculparme, avergonzadamente.

- No te preocupes -dijo, podía asegurar que estaba haciendo una mueca-. ¿Está él contigo?

- Se quedó en la cocina.

- ¿Qué hay de tus padres?

- No tardan en llegar -comenté, mirando el reloj de reojo.

- ¿Te dejaron sola con él? -preguntó, alarmado.

- Algo así, tuve que quedarme en casa a hacer deberes y bueno, él no quiso irse con ellos -expliqué, rodando los ojos.

- ¿Te molestaría si voy unos minutos a tu casa? -propuso. No me molestaría en absoluto, pero con Luke presente volveríamos al principio, me amenazaría con acusarme y no quería arriesgarme ahora que papá tomaría cartas en el asunto si volvía a desobedecer. Con total confianza, le expliqué a Calum las consecuencias que habría si llegaría a aparecer-. Diablos.

- Es un idiota, lo sé -me quejé, soltando un suspiro frustrado.

- Entonces, ¿no hay manera de verte esta noche? -la desilusión en su voz era notorio.

Suspire y comencé a pensar en las posibles maneras, del cual, solo había una. Esa era que entrara por el jardín para luego escabullirse en mi habitación. Era arriesgado, pero tenía ganas de verlo y platicar sobre lo nuestro. Sentía sentimientos por él, pero no estaba muy convencida como para regresar de nuevo y ese tipo de complicaciones no las podía hablar por teléfono. Podía esperarme a otro día, pero creo que era el momento.

Rara y confusas emociones han estado habitando en mi mente desde que conocí a Luke. No quiero decir que esté enamorada de él o algo por el estilo. A pesar de que a veces se comportaba como un imbécil, tenía su lado simpático y aunque tratara de negarlo, me sentía atraída por él. Tal vez era algo pasajero, pero mientras tanto, tenía que dejar las cosas claras con Luke. No quería ilusionarlo, diciéndole que lo seguía queriendo como antes.

- ¿Estás segura? -cuestionó con cierto miedo y emoción, cuando le dije el plan rebelde de entrar a mi habitación.

- Sí, te esperaré a la una. La puerta del jardín se quedará abierta al igual que la de mi habitación -dije, antes de que pudiera retractarme.

- ¿Qué pasará con Luke? Es posible que se de cuenta.

- No te preocupes, me las arreglaré para que no sospeche nada -comente, sin tener una idea de como haría eso.

Luego de colgar y dejar todo aparentemente planeado, fui a la cocina. Luke me miro sonriente, mientras le daba un mordisco a la manzana que tenía en su mano. Me crucé de brazos, recargandome en el umbral de la puerta.

- ¿Por qué tan molesta? -cuestionó, cínicamente.

- ¿Por qué lo hiciste? -pregunté, tratando de mantener mi voz neutra.

- ¿Hacer qué? -frunció el ceño, fingiendo no entender lo que decía.

- ¡Sabes bien a qué me refiero! -levanté la voz irritada.

- No me grites -advirtió, arqueando las cejas. Se levantó de la silla y tiró la media manzana a la basura. Caminó hasta estar frente a mí y me observó por un momento-. Hablaremos cuando estés más tranquila.

Antes de que saliera de la cocina tomé su brazo, que sentía tonificado debajo de mi palma, y lo detuve.

- Quiero hablar ahora -exclamé, tratando de ocultar el nerviosismo por sentir su cálida piel. Su mirada paso de mi mano deteniendo su brazo, y lentamente fue subiendo hasta que nuestros ojos se encontraron.

The Guest || Luke Hemmings.Where stories live. Discover now