-si, en eso tienes razón, anda... durmamos un poco, ésta noche saldremos.- le miré con una ceja levantada.- ¿qué?- me preguntó confundido.

-definitivamente Pete es mala influencia, ¿dónde está el Patrick al que no le gustaba ir al túnel ni saltarse las normas?- le dije picándole.

-hay que aprovechar.- me dijo sonriendo, le sonreí de vuelta y me levanté para subir a mi cama.

-y ¿qué haremos hoy por la noche?- le pregunté tumbándome.

-Melanie hizo galletas, así que nos pasaremos por su habitación.- me dijo desde su cama.

-mmmh... hace mucho que no pruebo nada dulce desde que estoy aquí- le dije riendo.

-ni yo, pero Melanie es voluntaria en el comedor al parecer... y según los chicos, sus galletas están de muerte.

-me *bostezo* muero por que llegue ésta noche.- dije cerrando mis ojos. Poco después me dormí.




* Andaba por los pasillos, me dirigía a clases, iba a llegar a tiempo por una vez o eso pensaba. Me cogieron de la mochila, tirando de mí hacia atrás. 

-wow, ¿a quién tenemos aquí? Way, ¿todavía sigues vivo? me extraña.- me cogió del cuello, asfixiándome.- tengo un regalito para tí.- me soltó haciendo que caiga al suelo de rodillas. Me tiró 3 cuchillas y me hizo cogerlas.- eso para que te sea más fácil cumplir mis órdenes.- dicho ésto me pegó en el estómago y se fué. *

Me desperté agitado, sudando y con lágrimas en los ojos. Otra vez una de esas pesadillas, por mucho que lo intente, no se van. Patrick seguía dormido, miré la hora y eran las 19:40.

Me levanté y me dirigí a mi maleta, sacando las pastillas y tomándome una. Respiré hondo y me intenté tranquilizar.

-Gerard...- me sobresalté al escuchar a Patrick con la voz adormilada, me dí la vuelta y me estaba mirando con un ojo cerrado y el otro abierto, se notaba que se acababa de despertar.- ¿qué haces despierto? ¿qué hora es?- dijo enderezándose en la cama y restregándose las manos por los ojos.-oh, son las 19:41, todavía hay tiempo. ¿Qué haces despierto?- volvió a preguntar.

-eh... una pesadilla, nada importante.- le dije volviendo a mi cama.

-oh... ¿por qué no me cuentas tu pesadilla? ya no podré dormirme de nuevo.- me dijo con fastidio.

-no... me cuesta hablar de eso, Pat.- le dije con un hilo de voz.

-si te lo guardas para tí será peor, ¿no crees?- lo pensé unos segundos.

-está bien...- le dije rendido, sé que en él puedo confiar.

Se sentó en mi cama, frente a mí y comencé a contarle mi pesadilla. Tenía la cara blanca, y los ojos muy abiertos mientras yo seguía contando.

-¿eso te hacían?- me preguntó incrédulo. Asentí con la mirada baja.- joder, Gee, lo siento.- me dijo abrazándome- ¿tiraste esas cuchillas, verdad?- me preguntó al oído. Yo temblé.

-no exactamente- se separó de mí rápido para mirarme.

-¿y entonces?- me preguntó impaciente.

-todavía las tengo.- le dije en un hilo de voz. Él me miró con los ojos muy abiertos y con la cara descompuesta. 

-Gerard... ¿sigues...- tragó saliva.- ...haciéndolo?- me preguntó mirándome fijamente.

-no! no.- dije nervioso.

-déjame ver.- me dijo extendiendo su mano. Me puse nervioso y negué con la cabeza.- Gee... por favor.- me dijo serio.

-sabía que no debí habértelo contado.- dije abrazando mis piernas.

-Gerard, me preocupo por tí, anda, por favor.- miré a Patrick, y me recordó tanto a Mikey... 

Le extendí el brazo, dejando que él me subiera la manga de la sudadera.

-jo-der- me dijo cuando vió las recientes.- éstas son recientes.- me dijo mirándome.- supongo que estar aquí no ayuda.- asentí sin mirarle.- Gee, cuando sientas la necesidad me avisas, da igual que esté durmiendo, avísame.- me abrazó y yo a él.

-gracias, Patrick.- dije a punto de llorar.

-de nada. Eres mi mejor amigo, no dejaré que te hagas daño.- me dijo llorando en mi hombro.

-Pat... no llores- le abracé más fuerte.

-es que... no puedo creer que no me diera cuenta antes de que lo hicieras... ¿cuándo fué?- me dijo con la voz rota.

-el día de la pelea con Mikey en el comedor... lo siento, lo siento.- le dije sin dejar de abrazarlo.

-siento no haber llegado antes de que lo hicieras, lo siento, lo siento.- me separé de él y le miré.

-Pat, no te eches la culpa, no es tuya, sino mía...- le dije volviendo a abrazarle.

-Gee no lo vuelvas ha hacer, por favor. Me moriría.- me reí un poco.

-que exagerado.- le dije revolviéndole el pelo.

-es verdad.- se rió limpiándose las lágrimas y separándose del abrazo.- te conozco de una semana y ya eres lo mejor que me ha pasado después de Pete.- me sonrió y yo a él.- eres importante para mí Gee, no lo olvides.- me dijo quitándome las lágrimas de las mejillas.

-y tú para mi Pat. Gracias, de verdad.- le dije sonriéndole.

Lo que quedaba de la tarde, hablamos, de todo y de nada, me contó lo que sufría en su casa con su hermanastra y padrastro. Hemos acordado que si salimos de aquí, quemaremos a su hermana por bruja, a su padrastro lo echamos de comida para los cocodrilos y a su madre la metemos aquí de monja. 

Quedaba poco para la cena, así que Patrick se dirigió a ducharse mientras yo dibujaba mientras le esperaba.

Mama we all go to hell.(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora