Que tú... qué?

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[Narra Gerard]

Eran las 3 de la mañana y para mí la noche era cada vez más lenta y tortuosa. Frank ni me miraba y Ryan me contaba una de sus historias sin sentido con finales con menos sentido aún. Yo lo único que quería era correr, lejos de éste internado, lejos de todos, lejos del dolor y comenzar de nuevo. Pero era imposible, al menos para un inútil como yo.

Estaba tan enfrascado en mis pensamientos que no me dí cuenta de que Ryan al fin se había callado y me miraba fijamente, miré a mi alrededor y no había nadie, nos encontrábamos solos en alguna parte del bosque.

-¿qué?- le dije mirándolo confundido.

-oh, na-nada, perdona.- bajó la mirada con vergüenza, cosa que me hizo gracia, porque... ¿vergüenza de qué? llevé mi mano a su mentón para subirle la cabeza y que me mirara. Y joder, no me dí cuenta de lo incómodo que era eso hasta que lo hice. Aparté mi mano de su barbilla y me sonrojé, disimulé aquello bajando yo la mirada.

-p-perdona... no me dí cuenta de que era inc...- no pude seguir porque Ryan me interrumpió con un beso. Dios eso suena típico, pero es verdad, me besó, y yo le correspondía. Esteba tan dolido y a falta de cariño y afecto que acepté el beso de Ryan. Y no digo que no me gustara, pero con Frank... AGH a la mierda, Frank me rechazó y me dejó destrozado. {No me gustan los hombres y no me gustas tú} dijo textualmente, haciendo que mi pecho doliera. Cuando Ryan se separó me miró a los ojos y sonrió.

-no voy a decir que ha sido sin querer... porque mentiría- dijo sobre mis labios.

-Ryan...- me volvió a callar con un beso.- Ryan ¿por qué me besas?- le pregunté confundido.

-pues porque me gustas... desde el primer día.- me quedé helado. Yo, ¿gustarle a alguien? imposible.

-no... no mientas con esas cosas- volví a bajar mi mirada- es que, simplemente ¿quién se iba a fijar en mí?- él se rió y me cogió de las mejillas haciéndome mirarlo.

-yo Gerard, yo me fijaría en tí.- sonrió dulcemente y me besó de nuevo. Le correspondí, pero la verdad, no sentí nada, absolutamente nada cuando lo besé.

-¿por qué?- le dije separándolo de mí.

-porque eres dulce, tierno, listo, gracioso, tienes unos ojos que, sinceramente, me gustaría arrancártelos y ponérmelos yo- reímos por ese comentario- y me pareces el mejor chico del mundo...- me acarició la mejilla.

-Ryan, se nota que no me conoces... tengo problemas, muchos problemas.- le dije sepárandome de él.

-no me importa, Gerard, por favor, déjame conocerte mejor.- dijo cogiéndome de la muñeca y acercándome a él.

-no se Ryan, siento cosas por otra persona y al decírselo me rechazó dejándome hecho una mierda, y ahora vienes tú y me besas y... yo sólo quiero alejarme de la gente.- dije llevándome las manos a la cabeza.

-pues aléjate de la gente, pero no de mí.- dijo pasándome un mechón de pelo por detrás de la oreja.- a demás, esa persona es tan idiota... pero tan idiota por haberte rechazado- me dijo acariciándome la mejilla.

-Ryan, para.- dije quitando su mano de mi mejilla.

-¿de qué? ¿de decirte lo bueno que eres? ¿de quererte?- me quedé helado, alguien...¿me quiere? 

-¿m-me quieres?- le pregunté asombrado.

-sí, no entiendo por qué te cuesta tanto entenderlo.- me dijo acercándose a mí.

-porque... soy yo.- me encogí de hombros.

-pues por eso me gustas... porque eres tú.- se acercaba más y más a mí.

-Ryan... no...- estaba a punto de besarme, cuando nos interrumpieron.

-chicos, no os separéis del grupo... oh... perdonad.- dijo Patrick, nos separamos rápido.

-si, ya vamos.- dijo Ryan, me guiñó un ojo y pasó por al lado de Patrick, desapareciendo entre unos árboles.

-Gerard, lo siento.- me dijo Patrick. 

-no te preocupes, me has salvado de un momento incómodo.- dicho ésto me fuí por donde se había ido Ryan y Patrick me siguió.

Llegamos a donde estaba el grupo, Jam y Mel me abrazaron con fuerza, mientras los demás sólo ignoraban la escena. Como estaba sin cigarrillos, me mordía las uñas, estaba andando al lado de Ryan, quien no paraba de mirarme, y la verdad, era realmente incómodo. Me pasé al lado de Melanie, pero estaba demasiado ocupada comiédole la boca a Jamia, así que fuí con Mikey.

-hola Mikes.- le saludé y le sonreí.

-hola Gee.- dijo pasándome el brazo por mis hombros.- ¿qué te pasa? estás raro...- me dijo mirándome a los ojos, esquivé su mirada y negué con la cabeza.

-nada, estoy un poco cansado.- mentí.

-uy, que mentiroso, anda vente, vamos a hablar con Bob.- me cogió del brazo y ahogué un grito cuando tocó mi herida reciente.- oh dios Gee, ¿qué te pasa? ¿estás bien?- dijo suavizando el agarre del brazo.

-si si, no es nada.- él se dió cuenta en seguida de que era mentira. Me miró con cara de haber hecho el descubrimiento del siglo y me levantó la manga de la sudadera, haciendo que yo reaccionara al instante, bajándola.- Gerard... no me hagas obligarte.- me dijo amenazante.

-Mikey... yo no... no es nada.- me maldije por ser tan idiota. Mikey me miraba serio, me apretó el brazo con un poco más de fuerza, haciendo que yo hiciera una mueca de dolor y soltara la manga de la sudadera. En ese momento aprovechó para subírmela.

-Gerard... ¿qué es ésto?- me dijo con un hilo de voz, yo sólo lo miraba con miedo.- prometiste que no lo harías más. Me mentiste, Gerard... ME MENTISTE!- en ese momento yo estaba a punto de llorar, igual que él.

-Mikey, lo siento... no lo volveré ha hacer, de verdad, perdóname- le supliqué mientras él me miraba con los ojos llorosos. 

-Gerard, me mentiste, guárdate tus promesas para quien le importe- me soltó el brazo con fuerza y empezó a llorar.

-Mikes, por favor, fuí estúpido, no me daba cuenta de lo que hacía, por favor...- dije intentando calmarlo.

-no, Gerard, déjame.- dijo apartándose de mí.

-Mikey... lo siento, todo ésto me supera... el internado, los recuerdos, la sangre...- me llevé las manos a la cabeza ntentando calmarme- tengo otra vez las pesadillas... y son demasiado frecuentes...- dije sollozando.

-Gerard, debiste habérmelo contado.- dijo Mikey más calmado.

-lo sé, pero no quería preocuparte.-  me abrazó mientras lloraba.

-tengo que preocuparme, es mi deber como hermano- dijo separándose del abrazo.- anda vamos con los demás, que se han adelantado demasiado.- dijo quitándose las lágrimas de sus ojos.

-vale... pero de verdad que lo siento.- le dije más tranquilo. Él asintió sonriéndome.

Andamos hacia donde estaban Ray y Bob hablando animadamente. El resto de la noche estuve callado y ausente, al igual que Frank. Ryan no paraba de intentar entablar conversación conmigo, pero la verdad, yo no quería, estaba incómodo con él. 

Cuando fuimos a subir a nuestras habitaciones, escuchamos por alguna parte de la primera planta una melodía, algo que no era del coro de la iglesia, se escuchaba algo así como sweet dreams are made of this. Tampoco le dimos mucha importancia, estábamos todos cansados, había sido una noche muy movidita, sobre todo para mí, estaba destrozado física y emocionalmente, y todo gracias a Frank.

El tema de Ryan... me tenía un poco confundido, es decir, no me gusta, ni le quiero de la forma en la que a él le gustaría, pero por primera vez en mucho tiempo me siento querido. Pero no, no puedo aprovechar que por fin le gusto a alguien para olvidarme de Frank, no estaría bien.

Mama we all go to hell.(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora