The kids aren't alright.

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[Narra Frank]

Estaba jodidamente feliz, había arreglado las cosas con Gee, y ya nada me podía joder el día. 

En el comedor, estuve todo el maldito rato agarrándole la mano a Gerard, y me encanta, me encanta estar así de cerca con él, y quiero más. 

-oye Gee...- le susurré.

-dime...- me dijo sonriendo.

-¿y si... uno de los dos se "enferma" y nos saltamos las clases de hoy?...- le volví a susurrar.

-me parece buena idea... pero ésta vez te toca a tí ponerte malo.- me susurró, haciendo que me diera un escalofrío.

-eso está hecho.- le dije dándole un discreto beso en la mejilla.

Me puse de pié y me dirigí hacia la primera monitora que ví, tocándole el hombro para llamar su atención.

-dime.- me dijo aquella mujer con tono serio.

-estoy mareado... y creo que puedo vomitar en cualquier...- fingí una arcada.- momento.- terminé de decir.

-es cierto que tienes mala cara...- dijo aquella mujer tocándome la frente.- está bien, ve a tu habitación, te llevaré medicamentos después.

-¿tengo que ir solo?- dije poniendo mi mejor "mala cara".

-no puedes hacer perder clases a nadie.- murmuró la mujer.

-si voy solo, podría...- fingí otra arcada.- vomitar en la cama.- terminé.

-está bien, dile a alguno de tus compañeros que te acompañe... pero él se tendrá que ir en cuanto te sientas mejor.

-sí, gracias señora.- dije con mala cara. Le hice señas a Gerard para que se acercara y nos fuéramos.

Gee y yo íbamos por los pasillos, conteniéndonos la risa, dado que habíamos "troleado" duro a esa monitora. Al llegar a mi habitación, comenzamos a reír sin control, tirados en el suelo.

-jamás me cansaré de engañar a esas monjas.- dijo limpiándose una lágrima causada por la risa.

-ni yo... echaba de menos tu risa...- dije mirándolo con una sonrisa estúpida en la cara.

-que cursi eres...- me dijo mirándome a los ojos.

-tú me haces cursi.- reí, haciendo que él hiciera lo mismo.

-si claro, me vas a echar la culpa a mí...

-¿a quién si no?- dije riendo.

-te quiero estúpido.- dijo arrastrándose hacia mí. Cuando estuvo a centímetros de mi, me dió un beso en la nariz, haciendo que la arrugue mientras sonreía.

-yo a tí no...- dije. Él se separó de mí, mirándome entre confundido, asustado y enfadado.- yo a tí te amo.- dije acariciándole la mejilla.

-¿en...en serio?- me preguntó asombrado, yo asentí.- a penas llevamos un mes, Frank.- yo me reí y le dí un corto beso en los labios.

-aún así, siento todas esas cosas cursis que dicen las canciones de amor...- dije sobre sus labios.- no puedo expresar con palabras lo que me haces sentir.- le dí un beso en la nariz.- tan sólo puedo demostrártelo con actos, pero aún así no es suficiente... Gerard, no entiendes lo mal que he estado con sólo separarme unas horas de tí... imaginarte con Lin-z, sólo hacía que me quisiera morir.- le dí un beso en la comisura de los labios.- te necesito.- le volví a besar en los labios.- te quiero.- le volví a besar la punta de la nariz.- te amo.- le besé apasionadamente los labios, haciendo que soltara un suspiro. Seguí el beso, hasta posicionarme encima de él en el suelo, agarrándole las muñecas. Sentí sus cicatrices, y las acaricié, con suavidad y ternura, para que sepa que me importa; que le quiero; que jamás permitiré que lo vuelva ha hacer; y que para mí, es lo más hermoso del mundo. El beso se intensificó, nos movimos, posicionándose él encima ahora. Acunó mis mejillas en sus manos, y noté una gota caer sobre mi nariz. Abrí los ojos, y descubrí que estaba llorando. Llevé mi mano hacia su una de sus mejillas húmedas, y con mi pulgar, la sequé. Nos separamos por falta de aire, mirándonos a los ojos, diciéndonoslo todo con la mirada. Llamaron a la puerta, estropeando el momento. Nos levantamos rápidamente, y nos arreglamos la ropa. Poco después, la monja de antes pasó, trayendo consigo una bandeja llena de medicamentos.

Mama we all go to hell.(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora