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El momento más esperado

Es la una de la tarde y el doctor aún no llega.

¡MAMI TENGO MUCHO DOLOR, NO AGUANTO MÁS! - me duele, me duele mucho en realidad. Y el doctor no llega.

¡TENGO GANAS DE PUJAR!- es fuerte y constante el dolor, pero ahora tengo ganas de pujar y muchas.

Pues puja mamita está bien. - es lo que necesitaba escuchar no aguanto más, ya no.

Siento que me desmayare en cualquier momento y no podre ver a mi hijo tan pronto nazca. Eso me preocupa mucho más de lo que se podían imaginar.

Puje la primera vez. Sentí que algo dentro de mi exploto y se vacia -creo que rompí fuente- no estoy segura de que ha sido.

Mami chequea creo que me oriné. - enserio creo que me he orinado.

No me dijo nada solo salió llamando una enfermera y gritando -rompió fuente- ahora sí, eso me sorprendió. Era exactamente la 1:06 p.m. cuando rompí fuente. Entraron cuatro enfermeras. Y comenzaron a preparar todo rápidamente.

Comencé labor de parto y mami me decía que tocara la cabeza del bebé que ya se asomaba, mientras yo negaba con la cabeza y la enfermera me explicaba que cuando sintiera ganas de pujar lo hiciera. Eso exactamente hacía ya que cuando terminaba de darme las instrucciones me volvían las ganas de pujar. Al pujar no sentía el dolor que me provocaban las contracciones. Pero si tenía que hacer mucha fuerza. Puje una vez y volví a pujar, -me estaba agarrando con mucha fuerza de la cama- sentí como salía la cabeza y se acercaban los hombros a la salida. Puje por tercera vez, entonces sentí salir el cuerpo de mi hijo y que la barriga me bajaba.

Subieron a mi hijo hasta mis brazos. Miré hacia abajo y lo vi, al principio me quede en shock, pero luego vi que una de las enfermeras le pasaba un paño muy fuerte y la miré mal, mientras que otra le sacaba mucosidad de la nariz.

Mira Joby, que lindo - lo sé, llevo rato mirándolo y no hay ni que decírmelo.

Se lo llevaron rápido para limpiarlo bien y prepararlo. El ginecólogo llegó cuando me estaban colocando el bebé en brazos, se quedó mirando un rato -me dieron ganas de golpearlo en el rostro- y comenzó a prepararse. Mientras preparaban al nene el ginecólogo comenzó a coser me ya que el bebé me había abierto un poco -cosa que no sentí para nada durante el parto-. Sentía el hilo pasando a través de mi piel mientras me cocía.

Estaba pendiente a lo que el ginecólogo hacía, pero también estaba pendiente a mi bebé y justamente cuando miré hacia el lado vi a mi mamá que lo había cogido rápidamente para pasárselo a mi esposo. Esa fue la primera vez que lo cogió y puedo asegurar que nunca lo olvidaré. Sentí que el momento pasaba en cámara lenta, mi esposo tenía puesto un abrigo azul, una camisa negra, unos mahones color azul y tenis negros, cargaba a nuestro hijo en brazos mirándolo fijamente y vi como poco a poco se le formaba una sonrisa llena de ternura en el rostro. Me sentí tan feliz y completa en ese momento, tan importante para mí. Mami nos sacó como doscientas fotos incluyendo cuando su padre lo cargó por primera vez.

El ginecólogo terminó de coser me y me dijo que me parara de la camilla. Pensé que no podría hacerlo, mis pies temblaban mucho, pero me puse de pie con ayuda del doctor y la enfermera y comencé a caminar hacia el asiento del lado de la camilla. Me senté y mami me dio a mi hijo. Cuando lo vi por primera vez sin llorar y tranquilo, mirándome, sentí que mi corazón iba a explotar.

Es hermoso, se parece a mí, aun así tiene facciones de su padre y esta hinchado. Me esta mirando y yo a él. Mami había salido para buscar a mi abuela Marynes y abuelo Robert -los papás de mami- que estaban afuera esperando. Fue hermoso, ese fue el momento más hermoso de toda mi vida, el momento que llevaba esperando hace 9 meses y que cada vez que se acercaba la fecha me desesperaba más. Abuela nos tomó una foto justamente en esos momentos. Comencé a lactarlo, Dios mío que hermoso, me encanto, es una experiencia hermosa.

Joby tengo que ir a buscar la maleta y mami no se puede quedar, porque tiene que comprar algo para un retiro. - No quiero que se vallan, ¿por qué todos se tienen que ir? eso me asusta.

Y no hay nadie que se quede. - por favor, por favor.

No mamita, pero volvemos rápido. - se lo que es rápido para un puertorriqueño y créanme no les crean. ¡Siempre se tardan una vida en hacer lo que supuestamente sería rápido!

Está bien. - No, no está bien, estoy nerviosa. Tengo en el brazo izquierdo el suero y en el derecho la máquina de tomar la presión. Además el nene, si necesita algo no sabré que hacer.

Gracias a Dios ya comí, pero me preocupa el hecho de que estoy sangrando y sólo tengo puesto un pañal improvisado de hospital y una bata de papel.

Se fueron y como a los 10 minutos empezó a oler mal. ¡Uy! ¡Fo!, que mal huele. Verifique el nene para ver si era él y sí era él. No quería dejarlo así, por lo tanto comencé a pensar en cómo pararme del asiento con el suero en una mano, la máquina de la presión en otra, dos sábanas grandes encima y el bebé en brazos. De todos modos no permitiré que se quede así haré lo que sea para cambiarlo. Lo que sea...