La miro impactada ante sus palabras. Es lo más reconfortante que alguien me haya dicho nunca.

"Puedes derrumbarte" me ha dicho. Y por fin, ya no esperan que siga siendo fuerte.

Me levanto y me dirijo hacia la ventana, donde puedo ver que ya es de tarde. Por lo tanto he dormido toda la mañana.

 Victoria sigue mis pasos con su mirada. 

Ha sido demasiado. Acaso una persona puede soportar tanto dolor? He perdido a mi mamá, mi confidente, mi mejor amiga. A la persona a quien más amaba en este mundo. Luego, en la única persona en quien me aferré, me clava un puñal por la espalda. Tantos años de amistad y de amor (de mi parte) se van a la basura. Lo más insoportable es recordar sus manos sobre mi cuerpo, y no poder hacer nada. Tratar de mover mis manos y solo recibir espasmos. Dios, por qué simplemente no me matas y ya? Por qué tanto dolor? Acaso no te das cuenta que ya no me cabe una sola gota de este devastador sentimiento? 

Sin darme cuenta, mis mejillas ya están húmedas por las lágrimas y Victoria permanece de pie a la derecha de su silla.

Me volteo y con los ojos llorosos, trato de darle las gracias. Ella intenta sonreír, pero es en vano.

Siento mil agujas atravesar mi pecho y mis simples lágrimas se convierten en feroces sollozos devastadores.

Victoria se cubre la boca con ambas manos y ahoga un gemido de tristeza.

La miro con los ojos cristalizados y sin darme cuenta ya estoy corriendo hacia ella. La envuelvo con mis brazos con mucha fuerza y trato de aferrarme a su alma. 

Con sus zapatos, ella me lleva una cabeza, por lo tanto, pone su barbilla sobre mi cabeza; y con una mano acaricia mi cabello.

-Tranquila, Yoselyn. Aquí estamos todos para ti.

Jamás me hubiera imaginado que terminaría abrazando de esta manera a mi psicóloga. A aquella mujer a quien tanto detestaba. Ahora la experiencia me ha hecho pensar, y creo que no debería juzgar a alguien sin conocer sus virtudes y sus defectos. Nadie es totalmente perfecto, sin embargo, hay partes de nosotros que lo son.

Me despido de Victoria, y ella besa mis mejillas antes de irse. Y promete hablar con papá sobre mantener la distancia. 

Me recuesto en mi cama, casi sin fuerzas. Sin embargo, tengo cosas que hacer. Tomo dos sábanas de mi cajón y realizo la misma acción que había realizado hace unos días, las amarro.

Abro mi ventana y lanzo un extremo por allí. Me deslizo lentamente hasta abajo y sin esperar que pase un solo segundo más, corro hacia mi bosque.

Los arboles ondean sus hojas con tristeza y el cielo se está tornando de un dulce naranja reconfortante.

Corro sin descansar, pasando árboles tenebrosos y hierbas ponzoñosas. Hasta que llego a mi lugar y me sorprendo al ver a mi mamá sentada en mi roca con la mirada triste y los labios con una expresión neutral.

"Mamá!" exclamo mentalmente. Y como si ella me hubiese escuchado voltea su triste mirada.

Me acerco hacia ella con cautela y al estar frente a ella, me derrumbo a sus pies. Lloro apoyando mi cabeza en sus rodillas y al par de unos segundo, siento sus manos en cada hombro.

-Lo siento por no estar ahí como querías. -me susurra.

Alzo la mirada rápidamente y la tristeza se ha propagado por todo su rostro. Ahogo un grito al ver que de sus ojos en vez de agua, brotan lágrimas de sangre.

"No estés triste" le digo mentalmente.

Ella se mueve en el suelo junto a mí y apoya mi cabeza en su regazo. Acaricia mi cabello con ambas manos y siento como unas pequeñas gotas de sangre caen sobre mi mejilla izquierda. 

MI BOSQUEजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें