Lemon Parte 2 y ¿Fin?

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El que le haya gustado lo que hasta ahora he hecho me da la confianza suficiente para pensar en que todo saldrá bien.

Woonie está dócil mientras lo recuesto sobre las sábanas. Espera paciente a que sea yo quien inicie el contacto. Estoy encima de su cuerpo, pero solo recostado sobre el, mis brazos sosteniendo un poco mi peso mientras le miro.

El se eleva un poco para alcanzar mis labios y me muerde de forma juguetona. - Deja de jugar Yeon ah, carezco de paciencia.

Sonrió y ahora me dejo caer sobre su cuerpo, sus manos toman mi cadera y la junta con la de él, afianzándose de mi trasero manteniéndose en esa posición. Muerdo mi labio inferior cuando de forma natural sube su cuerpo rozándose contra mi.

Busco sus labios en un beso dulce antes de apartarme.

En mis pantalones busco el anillo, en la mesa los condones y lubricante. Sin mostrar nada a Taekwoon los colocó debajo de una almohada para seguidamente asaltar su cuerpo.

Su cuello me fascina y voy besando y lamiendo cada parte que voy encontrando, succiono su pulso y su respiración empieza a entrecortarse. Sus manos pasean por mi cuerpo mientras ondula debajo de mi.

Mientras me ocupo de volver a besarle su miembro roza mi entrada y es mi turno de gemir cuando me empuja hacia él mientras hace círculos con la cadera. Tentándome.

Disfruto de la sensación y continuó manos a la obra... Dejo un camino de besos y presto atención a su pecho.

Con una mano acarició un pezon, la otra me sirve de apoyo cuando comienzo a besar su otro pezon, haciendo círculos con mi lengua. Woonie no deja de temblar y gemir, sus manos me sostienen contra el para que continúe con el trabajo que estoy haciendo. Contra mi abdomen su miembro duro es un bien indicativo de mi desempeño.
Allí es cuando comienzo a succionar.

Su piel blanca se va tornando carmesí, la tentación de dejarle chupones que adornen su cuerpo es tan grande que desvío mis ansias besándolo.

Esta vez quien domina soy yo, y le dejo en claro sujetando su mandíbula en la posición que quiero.

Le masturbo un par de veces, antes de buscar el juguete que he preparado. Sonrió sin dejar de besarle, nuestras lenguas probándose en el justo momento en el que le coloco el anillo.

Lo siento inclinarse hacia atrás y lo fuerzo a seguir besándome a derramar su frustración y rabia en mis labios. Lo obligó a distraerse en mi... Y funciona. Su mirada se nubla. Pego mi frente en su frente, tomando aire al igual que él, mirarlo fijamente es mi perdición mientras doy pequeños besos en su cara. El solo cierra los ojos extasiado.

Ahora soy yo mismo, quien me fuerzo a tranquilizarme. En mi mente empiezo a contar para calmar los latidos de mi corazón.

No es fácil pero lo logro, apenas. El lubricante encuentra mi mano... O mi mano encuentra el lubricante, en este momento mis neuronas están dando corto circuitos y funcionando a baja capacidad..

Aplicó en la entrada de Taekwoon líquido y soy generoso al hacerlo, todo esto lo voy haciendo mientras dejo un camino de besos desde su boca a una de sus orejas mordisqueandola al tenerla cerca.

Si antes Woonie sudaba y temblaba, ahora lo hace tres veces más. Las venas de su frente se marcan y el solo se aferra a las sábanas. Todo su cuerpo en movimiento, tratando de buscar en mis dedos la liberación sin poder encontrarla.

Tres, es el número indicado. Vuelvo a besarlo y entre besos me muerde excitandome más. Totalmente perdido en las sensaciones.

Coloco un condón en mi miembro y con todo el cuidado que mi control me permite voy adentrándome en el. Le digo lo que estoy sintiendo al sentirlo a mi alrededor, lo caliente que el esta y como me gustaría grabarlo. Lo hermoso que es para mi.

Woonie se aferra a mi espalda temblando en mi contra. Pendiendo del hilo entre el placer que le estoy provocando y la tortura de no poder correrse...

Cuando estoy totalmente dentro, aspiro una bocanada de aire preparándome para la próxima sensación, retrocediendo las caderas, le quitó el anillo para al mismo tiempo golpear su próstata con mi erección.

Siento los dientes de Taekwoon en mi hombro en el mismo instante en que su cuerpo empieza a temblar sin control. Mientras el esta teniendo un órgasmo fulminante yo me concentró en la pintura de la pared, en las arrugas de las sábanas, en cualquier cosa menos en el agarre mortal concentrado en mi miembro que amenaza con robarme la cordura. Tampoco quiero pensar en la lengua de Woonie lamiendo la piel sensible que hace pocos minutos eran presa de sus dientes.

Cuando siento que todas las ondulaciones de su cuerpo se han calmado me incorporo un poco para observarlo, admirarlo, me sonríe con sus mejillas bien coloradas e intenta moverse cuando se da cuenta que aún sigo duro y dentro de él. Su mirada de sorpresa me hace sonreír maliciosamente antes de retirarme muy lentamente para luego chocar mis caderas contra el con fuerza, quedándome nuevamente quieto.

- ¡Maldito sádico!, es lo primero que me suelta cuando logra hilar palabras coherentes, lo cual me hace reír a carcajadas.

Beso sus labios tragandome sus groserías y repito el movimiento, lento, agresivo y de nuevo parando.

Es una sensación indescriptible el ir construyendo el placer de esta forma, mis movimientos no son lo suficientemente seguidos para hacer que nos corramos, solo sirven para hacernos desesperar y gemir y suspirar.

Tomo sus labios, besando a penas el contorno de ellos y delineando, muy sutilmente sus gémidos se ahogan en mi boca.

Te amo Taekwoon. Es el mensaje que todo mi ser esta trasmitiendo. Te amo. Es un mensaje fuerte y claro sin ser vocalizado

Su mirada no se aparta de la mía ni siquiera cuando lágrimas empañan su visión, mantiene el contacto visual hasta que de tantas emociones y movimientos certeros de ambos nos venimos juntos.

Me levanto, para lavarme y llevo un paño húmedo para retirar de su cuerpo la evidencia de nuestra unión.

Una vez más voy a alejarme de la cama cuando me detiene sujetándome, retira el otro antebrazo de sus ojos mostrándome que lágrimas silenciosas no dejan de caer.

- Me siento como una niña llorona.

Sonrió y me acerco para besarle. - Esta bien. Se que te sucede.

- ¿Esto también lo investigaste?, me dice mientras me da la espalda y me abrazo a él.

- Es lo que sentí la primera vez que estuvimos juntos.

- Es demasiado, se siente demasiado.

- Lo sé.

No hacían falta más palabras para saber a que se refería. Es la pérdida de las defensas, no poder esconder tus sentimientos ni pensamientos, pues tus ojos lo gritan. El cuerpo expresa mucho mejor que las palabras.

Así que cuando su cuerpo se estremece una vez más a causa de lágrimas y sensibilidad emotiva, permanezco allí diciéndole cuanto le amo y lo normal que es.

Las horas transcurren mientras sacio mi hambre en su cuerpo. Amándole sin ninguna restricción, y esperando que la mañana no llegue nunca.

-Te odio, es lo que me dice cuando por fin le dejo descansar.

Aun no me odia, me odiara cuando su cuerpo resienta el esfuerzo que ha pasado. Menos mal aun queda un día libre.

Abrazo su cuerpo exhausto y dejo que los rayos del sol sean nuestros compañeros al dormir.

Aunque pase tiempo sin ser yo quien dicte la escala del placer, mi objetivo fue cumplido.

Me duermo con la certeza que soy afortunado.

Y que él va a vengarse. Pero de eso me preocupare cuando llegue el momento.

Juguemos (Neo, por ahora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora