Round 2. No escaparas Parte 1

777 103 17
                                    



La luz del sol me despierta, pero antes de abrir los ojos quisiera acurrucarme un rato más en el calor de mi pareja.

Mis manos buscan su cuerpo, tanteando la cama, solo para encontrar su lado vacío.

¿Cómo Hakyeon puede pararse temprano en día sábado? y de paso nuestro día libre.

Abro los ojos frustrado solo para comprobar que efectivamente, él y su costumbre rara de despertar temprano ha arruinado mis fantasías mañaneras.

Son las 7 am y apenas hemos dormido unas 4 horas, la noche anterior fue bastante entretenida.

Sonrió y un escalofrió recorre mi cuerpo, veo hacia debajo de mi cuerpo y realmente a alguien no le importa si Hakyeon esta o no. Decido darme una ducha fría antes de ir en su búsqueda.

Una vez me pongo algo cómodo salgo a por una taza de café y lo encuentro con una pieza de marquesa de chocolate en la isla de la cocina.

― Buenos días, Yeon-ah― le digo mientras paso a su lado apretando un poco su hombro. A mis espaldas escucho solo un gruñido de su parte. No volteo pues imagino que le gruñe al chocolate. Es una relación-odio que he aprendido a no cuestionar.

― ¡Enfermare! ― exclama y me hace voltear, pero el continúa acribillando la marquesa de chocolate con el tenedor de postres. ― ... no seré el único. Nos pondré a dieta.

― Cha Hakyeon, ¿quieres una cucharilla para comer el batido de chocolate? ― Le pregunto gentilmente, pero solo gano que me apunte con el tenedor.

― ¡¡Tú también estarás a dieta!!

― ¿De qué...? ― pregunto aún más confundido que nunca.

― De mí. ― Dice calmadamente, mientras yo repaso mentalmente que he hecho, o que no he hecho. Anoche estuvimos bien.

Se levanta, y se va a su habitación para trancar la puerta de golpe. Yo solo lo sigo a una distancia prudencial. Luego escucho la ducha y decido esperarlo en la habitación.

Una vez que el agua lo ha calmado un poco, sale con una toalla alrededor de sus caderas, mientras con otra se seca el cabello. Hago un movimiento para acercarme atraído por las gotas que resbalan por su tonificado cuerpo, solo para ver que me detiene con una mano.

― Dije a dieta Woonie. No pondrás una mano sobre mí.

Lo miro como si en la noche le hubiera crecido otra cabeza.

― No me mires así, solo te doy una cucharada de tu propia medicina. Yo también tengo deseos, pero eres demasiado dominante. ― Parpadeo un par de veces y me siento derrotado en la cama mientras él se mete en su armario y empieza a buscar algo que ponerse que combine con su humor. Creo que encontraría esa combinación en una funeraria, dado que acababa de terminar con mi vida.

― Explícame. ― Es lo único que puedo decir, mientras me aferro a lo poco de cordura para tratar de entender su arrebato. A veces, Hakyeon y yo no hablábamos el mismo idioma. Tenía que armarme de paciencia.

Su celular suena y su expresión vuelve a cambiar de nuevo. Su mirada se vuelve picara mientras ve el celular y a mí.

Sea lo que sea que esté pensando en definitiva me apunto.

Juguemos (Neo, por ahora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora