Capitulo 34

5.7K 307 223
                                    

Dormí tranquila, sin siquiera despertarme por la noche sobresaltada como las anteriores vividas en Hilltop, que sin dudas fueron una mierda. Como era de esperarse, Daryl ya no estaba al lado mío, y no me sorprendió en lo absoluto. Miré el reloj que marcaba que eran las diez de la mañana, un record para mí. No era algo propio mío dormir hasta tan tarde, pero se justificaba con el simple hecho de que había podido recuperar todas las horas de las cinco noches horribles y perturbadoras que viví en la otra comunidad.

Todos se encontraban sumergidos en sus asuntos, arreglando el plan que tenían para enfrentarse a Negan. Rick y yo habíamos discutido por el simple hecho de que no me dejaba ir con ellos por mi herida, lo cual lo entendía, pero de todas formas quería ayudar. Me obligó a quedarme en Alexandria, ayudando a poder mantener el lugar en orden, y también me dio la custodia de Judith, durante aquellas horas que ellos no estarían. Acepté de mala gana, pero me di cuenta, luego, de que él tenía razón. Los salvadores eran peligrosos, yo estaba herida y débil, y claramente podría llegar a pasar lo peor. Pero aun así, no me sentía conforme. Tenía miedo, temor a que alguien del grupo no pudiese regresar con vida, porque de seguro, eso sucedería.

Me despedí de todos, dejando por último a Daryl, quien se encontraba alejado, junto a mí, del grupo y la caravana en la que viajarían.

— Cuídate. — Le digo, acercándome lentamente hacia él.

— Tú cuida a los demás, mantente alerta.

— Rick y yo estaremos comunicados por el walkie talkie. Tranquilo, todo estará bien.

— ¿Has ido con Denise? — Se formó un silencio incómodo. Daryl bufa, mientras coloca sus manos en sus caderas, y me mira, como si con tan solo sus ojos me estuviese regañando. — ¿Estás de broma, cierto?

— Disculpen, señores, pero tengo que decirle algo a usted, señorita Melody. — Dice Jesús, mientras aparece por mi derecha. Daryl lo fulmina con su mirada, y yo solo lo miro, expectante a que hable. — Una visita de Hilltop ha venido a verla.

— Deja el circo de una vez y habla como una persona normal. — le dice Daryl, molesto.

— Bien. — Dice, riendo. — Ha venido el doctor Carson. Al parecer, debe decirte algo importante. Lo noté algo... perturbado.

— ¿Harlan? ¿Qué?

Jesús solo se encoge de hombros y va hacia la caravana, metiéndose en ella. Puedo notar como por el portón de Alexandria atraviesa un auto, con Harlan de conductor. Daryl se acerca más hacia mí, y pone una mano en mi hombro.

— ¿Algo que tengas que decirme?

— No sé porque está aquí. — Daryl rodea sus ojos, incrédulo ante lo que digo. — Hablo enserio.

— Entonces averígualo. Y cuídate. — Él amaga a irse, pero yo lo tomo de su fuerte brazo, atrayéndolo hacia mí. Su pecho choca con el mío, tomo sin pedirle permiso, y sin vergüenza, su rostro con mis manos y le doy un delicado beso en sus labios.

No responde, noto la vergüenza y el nerviosismo que en ese mismo instante está recorriendo por su cuerpo, temiendo al qué dirán de los demás. Daryl posa sus dos manos en mi cintura y me aleja, dándome una última señal con su cabeza, yéndose hacia la caravana y recibiendo un guiño a modo de broma de parte del sheriff mayor, quien juega con el nerviosismo del ballestero, lo cual me hace reír.

El coche que maneja Harlan disminuye su velocidad y asoma su cabeza por la ventana. Yo lo saludo con mi mano, y él me sonríe.

— ¿Qué haces aquí? — Le pregunto mientras apoyo mis manos en el borde de la ventanilla.

Siendo tu reflejo, Dixon © (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora