27/30. Daños colaterales

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Dedicado a katiealone

A pesar de que las esposas ya no estaban en sus muñecas, Amber podía sentir la frialdad del metal presionando su piel. Frente a ella, decenas de desconocidos siendo testigos de horas y días de declaraciones y alegatos. A su mano izquierda, el jurado compuesto en su mayoría por hombres de mediana edad, cada mirada decía algo diferente, pero la mayoría decían una sola cosa: todos la juzgaban.

- Señorita Ritz - reiteró el fiscal de la parte acusatoria con voz severa  y  escrutadores ojos negros clavados en los de la muchacha. Ya habían pasado varios meses desde aquel infierno. Aunque ésta realidad no era exactamente color de rosas -, lo repetiré una vez más. ¿Conoce o no, el paradero de su amante Theo Blunt?

Las manos de Amber comenzaron a temblar involuntariamente. Recordar cada día lo que había ocurrido con Carly, lo que Theo le había hecho a su familia; las mentiras, acosos, violencia y finalmente, el secuestro.

- Ya se lo he dicho a la policía antes. No lo sé. Theo escapó cuando se vio acorralado - dijo Amber conteniendo la imperativa necesidad de vomitar.

El hombre le sostuvo la mirada lo suficiente, cómo para demostrarle que él sabía que esa no era toda la versión de la historia. Amber no cedió; sólo habían un reducido grupo de personas que sabían la verdad, y el fiscal de distrito no era una de ellas.

- Theo huyó - repitió la muchacha una vez más, y al igual que a la primera vez el paladar le supo a mentira.

*** Seis meses atrás ***

Dicen que el asesino regresa siempre a la escena del crimen, y Theo no era la excepción. En cierto modo le gustaba el dramatismo, todo lo amplificaba.

Un cartel de venta con letras Rojas en negrita, yacía balanceandose suavemente por la brisa marina. El olor a sal llenaba sus fosas nasales. De alguna manera sentía que le infundia cierto valor.

Aquella casa maldita, la misma en la que hizo el amor por primera vez con Brandon, aquella en la que perdió su embarazo, y poco después conociera a Theo; y ahora, tiempo más tarde, volvía para rescatar a su hermana, su daño colateral.

Amber empujó suavemente la puerta de entrada con la intención de hacer el menor ruido posible; fue en vano, el silencio amplificaba cualquier ínfimo sonido.

Dudó al cerrar la puerta tras de si. Analizó el hall  de entrada con las fotos en blanco y negro de los Woodley. Los muebles modernos y metal y cuero blanco. Todo tan impoluto, tan siniestramente perfecto y en su lugar. Amber miró para dentro de si, y se imaginó que si ella misma fuera una casa, los muebles estarían desperdigados por doquier, la cortinas roidas y cristales de las ventanas rajados. No le gustó su versión de si misma y sabía que en el día de hoy, o aprendería a aceptar  a su versión triste y destrozada, o la odiaria por siempre.

El sonido de un cristal rompiéndose en el piso de arriba sacó a Amber de su letargo, y rápidamente subió escaleras arriba, gritando a viva voz en nombre de Carly.

Abrió cada una de las puertas a su paso, y se encontró con un Theo de mirada calculadora y sangre y sudor en el rostro y camiseta. Theo se encontraba en la habitación de Brandon. Todo estaba revuelto o roto.

- ¡Hijo de puta! ¿¡Dónde está mi hermana!? - exclamó fuera de si y avalnzandose sobre su acechador. Amber sentía cómo si el pecho le fuese a estallar de tanta ira contenida - ¿Qué hiciste con Carly!- exclamó pensando lo peor.

ACORRALADA [ Finalizada ]Where stories live. Discover now