CAPÍTULO 8.

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La seguí sin saber muy bien qué quería. Ella tiraba de mi muñeca, como si cualquier cosa. Me llevó hasta el parque (que estaba al lado del insituto) y nos sentamos en un banco de madera.

-¿Qué pasa? -le pregunto, sin poder evitar sonreírle.-

Lauren se descuelga la mochila y un mechón de pelo negro le cae en la cara. Es tan perfect... ¿Hola?, ¿Camila, eres tú?. Se coloca bien las mangas de la chaqueta y tira de la cremallera de la mochila con firmeza. Extrae una libreta blanca y me la enseña.

-La última hoja. -me dice, y abro la libreta.-

Es un dibujo a lápiz de un unicornio. Es perfecto, casi parece real. Cada línea está colocada en su sitio justo, y se marcan las sombras del pelaje y los ojos.

-¡Es perfecto! -le sonrío, y ella me regala una media sonrisa.-

-Lo hice anoche, no podía dormir -se encoge de hombros.-

-¿Te pasa siempre?

-No -afirma, frunciendo los labios.- Vayamos a clase, llegaremos tarde.

Me fijé en sus ojos. Tenía ojeras, pero parecía querer camuflarlas con maquillaje. Aún así se notaban. Caminamos en dirección a clase, esta vez a paso ligero.

-¿Ya no me agarras de la muñeca?

Ella se gira y se ríe. Me encanta hacerla reír, podría llegar a decir que a partir de ahora  es mi nuevo hobbie. A veces tengo la sensación de que nos conocemos desde hace mucho tiempo, y se me olvida que apenas nos hemos visto. No sé, ella me resulta familiar.

Levanto la vista al frente y veo a lo lejos que la puerta ya está abierta, aunque todavía no hay nadie. Adelanto a Lauren y la agarro del brazo, haciendo que trote detrás de mí.

Ella parecía haber olvidado la escena de la ducha, y yo también, supongo que sería lo mejor, y que ella sólo habría tenido un lapsus.

-Espera -dice, mientras se frena en seco, haciendo que casi me caiga.-

Me giro y la miro confundida.

-¿Qué ocurre?

-Se me ha olvidado el desayuno.

En ese momento empezamos a reír a la vez.

Hasta que la última Rosa muera. (CAMREN)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant