33| Therapy Session

7.8K 590 54
                                    

33| Sesión terapéutica


—Me gustas, Liam.

Sentí un peso menos de encima al decir aquellas palabras, no obstante, otro peso volvió a instalarse en mis hombros al ver que Liam no respondía ni tampoco tenía intenciones de hacerlo. Mi respiración pronto se aceleró y mis manos comenzaron a sudar empapando la bata de hospital. Nunca me había enamorado, y por consecuente, tampoco me había declarado a nadie. 

Había evitado este momento tantas veces en mi vida, por la simple razón de que no quería tener un corazón roto al no recibir la respuesta que quería. Y aquí me encontraba, compartiendo mis sentimientos con la persona de la que creía estar enamorada, y ésta no respondía a mi declaración.

Entonces, y sin previo aviso, los labios de Liam se juntaron con los míos formando un tímido beso que, mientras los segundos pasaban, se transformaba en un beso más salvaje pero sin perder la ternura que lo caracterizaba. Mi mano derecha se encontraba en su cuello para profundizar el beso mientras que sus brazos rodeaban mi cintura. 

La estampida de elefantes dentro de mi estómago comenzó a correr con rapidez, sin intenciones de frenar. Ésta se encontraba descontrolada, al igual que mi corazón.

La falta de aire en nuestros pulmones fue lo único que nos obligó a separarnos.

—Tú también me gustas, Maya. —respondió, uniendo nuestras frentes mientras una sonrisa decoraba su rostro. No pude contener la risita que amenazaba con mostrarse ante Liam, pues su gesto me había derretido el corazón.

Volví a unir nuestros labios unos minutos más para poder seguir disfrutando de su cercanía, pero dos golpes en la puerta de mi habitación provocaron que ambos nos separáramos una vez más. Liam se paró al instante y se acomodó la ropa, mientras que yo me senté correctamente en la cama.

—Pase. —dije.

—Hola. —sonrió Melissa McCall entrando a la habitación con cautela y acercándose a mí. 

Liam se despidió de nosotras, con la excusa de que su madre lo regañaría si no llegaba a casa para almorzar, y no pude evitar sentirme un poco decepcionada por los pocos minutos que habíamos pasado juntos. Después de todo, nos habíamos confesado lo que sentíamos y yo esperaba pasar más tiempo con él para poder seguir conociéndonos.

—¿Cómo te encuentras? —cuestionó sacando de su bolsillo izquierdo una linterna pequeña, para después apuntar hacia mis ojos. —Sigue el dedo por favor.

—Por favor, Mel. —alejé la linterna de mi cara despacio. —Tú y yo sabemos que estoy bien y no hace falta que me revises de la cabeza a los pies.

—Maya, tú y yo sabemos que hace no menos de una hora estabas inconsciente por toda la sangre que habías derramado en Eichen House. —respondió colocando la linterna frente a mi rostro de nuevo.

Touché. —respondí, a lo que Melissa rió. 

Por casi quince minutos estuvo siguiendo el protocolo, hasta que finalmente llegamos a la peor parte; el agujero que decoraba la parte baja de mi abdomen.

—Parece estar cicatrizando, lentamente, pero lo está haciendo. —respondió quitando por completo el apósito que tenía. —Cambiaré la venda y quiero que lo hagas cada tres horas, no quiero que se infecte.

—No lo hará. —le aseguré con una sonrisa. Melissa se paró de la camilla para sacar vendas nuevas de un pequeño mueble a unos metros de la cama.

✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐀𝐑𝐄𝐖𝐄𝐋𝐋, teen wolf¹Where stories live. Discover now