Where is Lauren?

Entonces es tuyo

—No, sólo he venido aquí porque mis amigas hablan demasiado —dije intentando sonar simpática.

—Y tú demasiado poco, ¿no? —dijo y al parecer se arrepintió— Perdona, no he querido ser grosera, sólo que como te he visto antes muy callada pues...

—Tranquila —reí sin gracia—, hoy no es mi mejor día.

Debía ser amigable y así con un poco de suerte, cuando le sacase el tema del anillo no me miraría con mala cara.

—¿Mal de amores? —me preguntó, dejando lo que estaba haciendo y apoyando los codos sobre la barra mirándome ahora directamente a los ojos.

—Eh... No, no, qué va —reí nervosa—, simplemente no es mi día.

—Déjame que te invite a algo— ¿me estaba tirando los trastos?

—No hace falta... —dije pero me interrumpió.

Sin duda que me estuviera tirando los trastos sólo eran más que puntos a mi favor, al fin y al cabo, a lo mejor no resultaba tan complicado.

—Venga, es lo mínimo que puedo hacer —y dicho esto se puso manos a la obra a preparar lo que parecía una especie de coctel.

Mientras que la chica estaba concentrada en la copa yo me giré hacia mis amigas que miraban hacia nosotras sin ningún reparo y rápidamente empezaron a hacerme señas y preguntarme cómo me estaba yendo. Yo sólo me limité a asentirles con una media sonrisa para dejarlas algo más tranquilas, pero conociendo a Dinah seguro que se estaría poniendo cada vez más nerviosa y a su vez a Normani y a Ally.

—Aquí tienes —me dijo mientras colocaba delante de mí una copa de Martini con un líquido rosado con un par de hielos.

Susurré un "gracias" de la forma más simpática y amigable que sabía y me llevé la copa a los labios.

—Es-está muy bueno —dije mientras lo saboreaba en mi boca.

Ella sonrió orgullosa de su trabajo y la verdad era que tenía que estarlo, estaba demasiado bueno.

—¿Cómo te llamas? —pregunté intentado sonar coqueta.

—Zara —sonrió, dándome la mano.

Era una chica muy sonriente ya que desde que habíamos entrado no había dejado de sonreír ni un segundo.

—¿No es ahora cuando tú me preguntas el mío? —dije recibiendo una risa tímida de ella.

—He oído antes a tus amigas, Mila —contestó.

—Buen oído —dije y le di un pequeño sorbo a mi bebida.

—En realidad creo que todo el establecimiento se ha enterado —reí al recordar el grito de Normani—. ¿De dónde eres?

—De Miami pero actualmente vivo en Los Angeles —le informé.

—¿Y a qué se debe tu visita a la ciudad del amor? —me preguntó y rápidamente apareció Harry en mi cabeza.

Por un momento pensé que a lo mejor Harry sí que tuviera razón y pudiera encontrar a alguien, por el momento Zara estaba siendo una chica muy simpática, pero sin duda se me había olvidado el pequeño detalle de que ella tenía el anillo de Lauren y que a lo mejor no debía de fiarme tanto.

—Eh... Una amiga se casa aquí —dije mientras removía con un dedo los hielos del vaso.

No me di cuenta pero al parecer a Zara esa imagen de mí removiendo los hielos con un dedo le pareció bastante llamativa por lo que se quedó momentáneamente embobada en mí.