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El pequeño dormía en su cama mientras papá me ayudaba a tender a Liam en nuestra cama.
-¿Trajiste los paños?-asentí y se los di.-Hija, estás agotada. Necesitas dormir.
-Voy a estar con Noah.-dije con un nudo en la garganta.-Avisame si despierta.
Me rodeó con ambos brazos y lloré en su pecho durante unos largos minutos.
-Ya está. Lo dejaste salir. Ahora quédate tranquila, Maxi. Todo va a estar bien.
-Papá, -dije tragándome las lágrimas.- tengo miedo.
-¿De qué?
-De que un día todos se den cuenta de toda esta farsa.
-¿Qué farsa?-preguntó sentándome en sus piernas.
-Papá, Liam está todo el día fuera, trabajando. Nunca tenemos un momento los tres juntos. Noah se está perdiendo muchas cosas. -lloré.-Parezco más su compañera de juegos que su mamá. Él merece una buena mamá y...-no pude seguir porque él no me lo permitió.
- Creo que alguien se despertó.-dijo él y miré a Liam. Sus ojos estaban cerrados.-Escuchá.-murmuró.
Los pasos ligeros llegaron hasta la puerta y esta se abrió, dejando ver al pequeño de los inmensos ojos azules. Corrió hacía nosotros y saltó en mis brazos.
-¡Mami!-exclamó y besé su mejilla.- ¿Por qué lloras?
-Voy a ir a la cama de él.-dijo papá antes de besar mi cabeza y la del pequeño.
-Tu mamá cree que preferirías decirle mami a alguien más.-dijo Liam desde la cama y extendió su mano hacia mi.- ¿Vos que decís, Noah?
-Mamá tonta.-dijo enojado y me abrazó con fuerza.-Yo sólo quiero decirte mami a vos.
Me acosté en la cama, dejando a Noah en medio de nosotros dos y él nos juntó a ambos a su cuerpo, sin apartar sus ojos de los míos.
-Noah, creo que paso mucho trabajando. Así que pensé que... ¿No les gustaría tenerme más tiempo en casa?
-Si.-gritó el pequeño tirándose sobre él y haciendo así que Liam me juntara a su lado.
-Pensé que puedo componer desde casa. No necesito estar en una oficina rodeado de desconocidos. Yo los extraño mucho.-dijo y le besó la frente.- ¿Quieren?
Noah asintió efusivamente y papá apareció en la puerta y abrió sus brazos.
-¿No le queres hacer compañía a tu abuelo? -preguntó.-Hoy nadie quiso contarme una historia para dormir.
Noah besó la mejilla de Liam y la mía antes de saltar en brazos de mi padre. El hombre junto a mi ancló sus ojos en el techo unos instantes y volteé cerrando los ojos con fuerza.
-Me siento muy mal.-musitó y volteé para tomarle la temperatura.-No me refería a eso, Max.-suspiró y cerró ambos brazos en torno a mi cuerpo.- Voy a quedarme con vos en casa. Vamos a ser como antes. Vamos a... No quiero que te sientas así. Te amo y ahora no sé cuándo lo mencioné por última vez.
Me agarré a él con brazos y piernas y cerré los ojos con fuerza mientras escuchábamos el final del cuento que contaba Noah. La casa pronto quedó en silencio.
-Liam...-susurré.
-Lo sé.-dijo y me besó, quedando sobre mi.-Quiero que nos casemos, Max. Quiero que hagamos las cosas bien. Quiero que sea como vos querías. Sólo el civil y después el retorno a la gira como una rara luna de miel. Quiero que sea como a vos te gusta.
-Quiero que tengamos otro bebé.-murmuré y él me besó, riendo sobre mis labios.-Noah sería un increíble hermano mayor.
-Te gustó lo que dijo Noah.-sonrió.-Eso de que sólo quiere decirte mamá a vos.
-Si él cree que puedo, entonces voy a poder.
-Yo creo que podemos.-dijo él tomándome firmemente por la cintura.
-Pero no hoy.-murmuré besando su frente.-Estás muy enfermo y necesitas descansar. Voy a buscar...
-Nada.-dijo él y besó mi frente.-Sólo quedate acá conmigo. Ya me siento mejor. Sólo quiero que no te vayas.-se dejó caer a mi lado sin soltarme.- Amor, ya arreglé todo. Mañana ya no tengo que ir. Lo había hablado hoy temprano. Después de la gira quiero armar un estudio en el cuarto de huéspedes. Quiero almorzar con ustedes y poder estar para cada cosa que necesites. Quiero que seamos una familia unida, presente.
-Lo somos.-susurré y pasé mi mano por su pelo una y otra vez.-Tu fiebre me preocupa.
-Ya se va a pasar. Dormí, mi amor.
-¿Puedo...?-pasé mi brazo por su vientre y me junté más a su pecho.-Te extrañé tanto.
-No voy a volver a irme tanto tiempo.-dijo con voz cansada.-Me voy a quedar con vos y con Noah.
Y ya no sé si dijo algo más. Sólo recuerdo haber sentido la puerta abrirse y a alguien acurrucarse entre mis brazos. Una mano en mi vientre. Sí. Seríamos la mejor familia que el mundo haya visto, aunque no dejáramos que el mundo de metiera.

Pequeña TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora