Rick, por segunda vez en el día, se quedó en shock. ¿Cómo era posible que un niño de tres años muriera?

-¿Eres amigo de mi niña?- Rick no se había dado cuenta de que una mujer de edad algo avanzada se había acercado a ellos.

"¿Y ahora qué le digo?"
Pensó Rick.

-Podría decirse que sí- murmuró rascándose la nuca- ¿Podríamos hablar un segundo?

La mujer asintió, y le dijo a Dave que se quedara allí un momento.
El pequeño ni siquiera asintió, sólo se quedó allí con la mirada gacha.

-¿Qué tiene?- preguntó una vez que se alejaron lo suficiente del pequeño.

-Cáncer de leucemia- murmuró la mujer echándose a llorar- No encontramos un donante compatible y se nos acaba el tiempo.

Rick se quedó allí sin saber qué hacer o qué decir. Su pecho dolía, tanto que le impedía respirar correctamente.

¿De qué serviría decir un lo siento? O peor aún, ¿de qué serviría un lo siento de un desconocido?

Las cosas empeoraron cuando sintió que el dolor de su pecho aumentaba. Dolía tanto que hasta podía sentir a su lobo quejándose.

Una enfermera salió de una de las consultas para comunicarle a la mujer frente a él que Gisela se había desmayado.

No pensó, sólo actuó por instinto.

-Quiero hacerme las pruebas de compatibilidad- declaró atropelladamente.

Le preguntaron tantas veces que si estaba seguro que comenzó a agobiarse. Ya no sabía si estaba hablando en otro idioma distinto, o es que no estaba dejando las cosas claras.

-En unas horas tendremos los resultados- murmuró la enfermera y se marchó con los botes de sangre que le habían sacado.

Durante esas horas, nuevas esperanzas surgieron, pero éstas se vieron truncadas cuando los resultados no fueron los esperados.

Rick no era compatible con Dave.

Se sentía frustrado y furioso. Tanto, que se tomó la libertad de hablar con la doctora que trataba el caso de Dave.

Ni la madre de Gisela, ni la propia Gisela se opusieron, así que allí estaba frente a la doctora debatiendo posibles soluciones.

-Realmente sólo hay dos soluciones- comentó ella como si estuviera cansada de repetir lo mismo- O encuentras a un donante compatible o Gisela podría tomar la decisión de tener otro bebé y rezar para que éste sí sea compatible.

Rick suspiró frustrado e intentó pensar con claridad, porque hasta ahora no lo estaba haciendo.

-¿Qué tan probable es que encuentre un donante compatible?- preguntó esperanzado.

-Muy pocas, no hay mucha gente que done así que nuestras posibilidades son muy limitadas- respondió la doctora- Llevamos demasiado tiempo esperando y nada.

Rick se marchó de nuevo a la manada, no sin antes despedirse de Dave y prometerle que iba estar bien.

-¿Y? ¿Hay trato con el proveedor?- preguntó Sheran en cuanto Rick se adentró en la casa.

"¿El proveedor? ¡Oh, mierda!"
Pensó Rick.

-¡No hay tiempo para eso!- exclamó histérico- Esto que te voy a decir no es ninguna broma- sacó las bases de inyecciones vacías- Más te vale que te saques una puta muestra de sangre.

-¿Acaso te has vuelto loco? ¿Para qué quieres mi sangre?- preguntó Sheran horrorizado mirando las inyecciones.

Sheran se negó en rotundo y acabó con Rick inmovilizándolo y clavándole la aguja de una forma nada sensible.

También cogió muestras de casi toda la familia. Todo en vano, porque no encontraron un donante.

Durante semanas, Gisela y Rick se reunieron para hablar sobre Dave, y después iban a por él para pasar el resto del día juntos.

Oficialmente podía decirse que tanto Rick como su lobo habían acogido a Dave como si fuera su hijo de sangre propia.

Pasaron unas cuantas semanas más, y Rick le pidió una oportunidad a Gisela.

Oficialmente eran novios.

Gisela no se podía creer que el que un día fue un desconocido, al cual conoció de casualidad, le hubiera ayudado y apoyado tanto.

Rick se había convertido en alguien muy especial para Gisela y Dave. Y ambos se habían convertido en personas muy especiales para él.

Incluso los padres de Gisela estaban encantados con él.

Por otra parte, la familia de Rick comenzaba a preocuparse ya que éste casi no pasaba tiempo en casa.

Justo el mismo día que cumplieron un año de conocerse gracias a Dave y su pelota, se casaron.

Dave tomó también el apellido de Rick y ambos conocieron el secreto de éste, el cual aceptaron bastante bien.

Siete meses más tarde una pequeña se incorporó a la familia, a la cual llamaron Crystal.

Rick llevó una doble vida, pues no se atrevía a llevarlos a la manada. Allí la medicina que se conocía era entorno a los hombres lobo, y muy pobre para los humanos.

Crystal #2 ©Where stories live. Discover now